Las Minas de Almadén cumplen 10 años como Patrimonio de la Humanidad

Reconocidas como las minas de mercurio más grandes del mundo en una candidatura que se presentó junto a la ciudad de Idrija (Eslovenia), conforman «La Ruta del Mercurio» y desde abril tienen el sello de Patrimonio Europeo

Mariano Cebrián

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«Con unos pocos cohetes porque no tenemos para más». Así contaba a ABC el entonces alcalde de Almadén, Carlos Rivas, cómo se celebró hace diez años en esta localidad ciudadrealeña de unos 5.000 habitantes la declaración como Patrimonio de la Humanidad de sus famosas minas . El regidor almadenense estuvo presente el 30 de junio de 2012 en la ciudad rusa de San Petersburgo en la que el comité de la Unesco reconoció su valor como las minas de mercurio más grandes del mundo en una candidatura que se presentó junto a la ciudad de Idrija (Eslovenia), conformando «La Ruta del Mercurio» .

De este modo, las Minas de Almadén se sumaron al selecto grupo de lugares en ser reconocidos como Patrimonio de la Humanidad, algo de lo que en Castilla-La Mancha solo pueden presumir de ello las ciudades de Toledo y Cuenca . Puede que sea ese el rasgo que hiciera que el comité de la Unesco no tuviera ninguna duda en otorgar el título por unanimidad después de las intentonas de 2009 y 2010. En aquellas ocasiones, la localidad ciudadrealeña iba de la mano con la ciudad de Potosí (Bolivia).

Según el miembro del comité técnico encargado de elaborar el expediente, la candidatura de Almadén «se centró en este tercer esfuerzo en el patrimonio minero-metalúrgico del mercurio y en su influencia tanto en la economía mundial como en el intercambio cultural», detalló después de su visita a la localidad minera. Ser Patrimonio de la Humanidad significa que aquella ciudad o bien cultural que lleve el título debe ser preservado para las futuras generaciones, y que tanto las instituciones como organismos deben velar por ello.

Una labor que se hace en Almadén desde hace más de 25 siglos, con la primera extracción de mercurio. Sus minas de cinabrio, mineral del que se extrae mercurio, aunque ya están cerradas, son las más grandes del mundo. Sus reservas eran ya explotadas en tiempos de Estrabón, Vitrubio y Plinio , que aluden al cinabrio de Almadén al mencionar la cercana ciudad romana de Sisapo.

Desde que la actividad de las minas de mercurio se cerrara en 2002, Almadén ha sido una comarca que ha intentado reinventarse a sí misma, ayudándose de la historia de sus minas y de los tres siglos de existencia que acumula la Escuela de Minas. Convertido en un parque a visitar, estos espacios conforman el núcleo del motor de riqueza de Almadén.

Prueba de ello es que la Comisión Europea decidió el pasado abril conceder el sello de Patrimonio Europeo al Parque Minero de Almadén , un reconocimiento que se otorga a lugares que han desempeñado un papel importante en la historia y la cultura de Europa.

El objetivo de este sello, que otorga un grupo de expertos independientes de toda la UE, es mejorar la comprensión y la apreciación de los ciudadanos, y en particular de los jóvenes, del patrimonio común y diverso de la Unión Europea.

Según informó la Comisión Europea, el Parque Minero de Almadén ha funcionado como centro de innovación tecnológica aplicada durante los últimos 500 años , por lo que se ha convertido en «un modelo en la evolución de la minería y un ejemplo de la larga tradición del patrimonio industrial europeo y de su importancia en el proceso de desarrollo económico y de la ciudadanía europea».

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