Guadalajara

Un mar violeta que impregna con sus aromas los campos alcarreños

La localidad de Brihuega (Guadalajara) recibe estos días a miles de turistas que viajan hasta allí para contemplar la floración en su mejor momento

La floración de la lavanda convierte a Brihuega y los pueblos de alrededor en un atractivo turístico ABC
Francisca Ramírez

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El mar morado y violeta ilumina y perfuma estos días los campos de Brihuega (Guadalajara) , a escasos 45 kilómetros de Madrid. El mes de julio es el momento de máxima floración de las más de 1.800 hectáreas de plantación de lavanda que rodean al municipio y varios pueblos de la comarca. Se trata de un espectáculo único e inolvidable para los sentidos. Una experiencia perfumada para los miles de turistas que cada año se acercan hasta la zona.

En los últimos años, antes de la pandemia del coronavirus, Brihuega organizaba un bucólico y emocionante festival de música para celebrar el momento de la recolección. De momento, el consistorio organiza una serie de actividades que sustituyen al festival, para que se puedan disfrutarlas.

Viajar a la alcarria para contemplar la floración de los campos de lavanda es una de las citas mas fascinantes del verano, que atrae a visitantes de diferentes ciudades españolas, de Francia y Alemania . Habrá que esperar a que la vacunación consiga que la incidencia de Covid baje para volver a ver los miles de turistas de años anteriores.

El alcalde de Brihuega, Luis Viejo, explica a ABC que en los dos últimos años «el turismo de interior está siendo una salida importante para la reactivación de la economía local y comarcal». «El turismo de interior no es que esté de moda, lo que ocurre es que como no se puede viajar a muchos países, los españoles han decidido hacer turismo nacional y de interior. La ventaja: estamos muy cerca a Madrid y somos un destino, no solo relacionado con los cultivos de lavanda y las plantas aromáticas. También ofrecemos un espacio saludable y de bienestar», remarca el regidor Luis Viejo.

Vivir en el campo

El edil reconoce que la ventajas que ofrece esta zona ha favorecido, además, que nuevos habitantes lleguen a esta localidad. Brihuega (2.763 habitantes) ha registrado en el último año más de 400 nuevas personas que amplían el padrón del municipio, situación —remarca Viejo— motivada por la pandemia del Covid-19. «Creo que las personas que tenían previsto vivir en el ámbito rural han tomado esa decisión y se han trasladado. La gente se está viniendo a vivir a los municipios, al campo. A respirar aire puro», repite el político briocense.

Y es que Brihuega —en la alcarria guadalajareña— era un pueblo de ganaderos y agricultores, con una pequeña industria, por ser sede de la Real Fábrica de Paños (que se convertirá en breve en un hotel-balneario). Luego todo comenzó a decaer y la gente decidió marcharse. Ahora, repasa Luis Viejo, el municipio posee un importante patrimonio cultural y artístico que se está recuperando y que se abrirá al público para que se pueda contemplar y será un atractivo más.

El edil asegura que el color morado de los extensos campos de lavanda ya no es exclusivo de la Provenza francesa, zona mundialmente conocida por cultivar esta planta aromática de la que se obtienen esencias para elaborar perfumes o cosméticos, sino que desde hace unos años la provincia de Guadalajara también se ha convertido en un referente mundial, que genera desarrollo turístico y también agrícola para la comarca.

Explica que ha ayudado a su consolidación las características climáticas particulares de la lavanda guadalajareña. La altitud, su suelo calcáreo y poroso así como su tradición centenaria en el extracción de los aceites esenciales en general «y su extremada calidad» hacen que su producto tenga «algo especial», puntualiza.

El resultado, la alta producción que se obtiene cada año y que ha provocado que este cultivo haya ido relegando al de cereal de todo tipo y al secano. «Aunque seguimos apostando porque la alcarria y los agricultores busquen un equilibrio entre el secano y las aromáticas», dice el alcalde.

El cultivo en España

Los datos del sector indican que la provincia de Guadalajara está viviendo un auténtico «boom» y solamente en la zona de Almendrones, Cogollor y Brihuega, que superan las 1.800 hectáreas cultivadas, suponen el 80 por ciento del total en España.

En el caso del pueblo de Almadrones, a tan solo media hora de la capital alcarreña y a poco más de una hora de Madrid, resulta curioso y llamativo, porque se trata de una pequeña población en la que durante el invierno apenas llegan a 30 vecinos. En la actualidad se cultivan unas 300 hectáreas de lavanda y hay mas vecinos.

Las cifras demuestran que en toda Castilla-La Mancha, se ha multiplicado por cinco su producción, lo que ha convertido a esta comunidad en la principal productora de lavanda. Como resultado de este incremento se construyó una planta destiladora de la esencia de la lavanda, con capacidad para más de 200 kilos a la hora, y que está considerada como la mejor equipada de Europa.

Se trata de Intercova Aromática, que da trabajo a unos 200 agricultores de la comarca, que se encargan de cultivar dos variedades de lavanda apta para alta perfumería, cosmética, medicina y restauración, y otras hectáreas de lavandín (la unión de la lavanda y del espliego) para decoración y perfumería. Últimamente están apostando por la Siempreviva, otra planta aromática con una esencia mucho más concentrada que la lavanda.

Frenar a la despoblación

En una de las zonas de España con mayor éxodo rural, estas plantaciones contribuyen a frenar la despoblación, ya que, además de por el incremento del turismo en los meses de verano, «por cada 100 hectáreas de lavanda, se generan seis o siete empleos durante todo el año», lo que está ayuda a que la población de la zona «no se vaya a la ciudad y apuesten por quedarse. Quizá —como asegura el alcalde de Brihuega—, el coronavirus haya contribuido a evitar que la despoblación siguiera aumentando.

Ahora, sin conciertos y menos bullicio, los visitantes nacionales siguen apostando por acercarse a contemplar estos campos morados, llenos de matices y muchos aromas.

Por su parte, el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo , considera que estamos en un momento excepcional, porque la lavanda está en flor y desde hace unos años se ha convertido en un atractivo turístico en la provincia guadalajareña, a la que viaja mucha gente de fuera.

Martínez Arroyo reconoce que este cultivo genera mucho ingreso y en estos meses se convierte en una de las imágenes más importantes de Castilla-La Mancha, «vinculada al saber hacer de nuestros agricultores, que han apostado por las plantas aromáticas».

Reconoce que desde el Ejecutivo regional están también trabajando para apoyar al sector. «Hay una ayuda específica, de carácter agroambiental, para que ellos puedan desarrollar mejor el cultivo , que se pueda destilar luego aquí esa flor que, con un buen tratamiento, logra unos aromas excepcionales que además llegan al mundo entero desde Guadalajara, a través de los perfumes que luego encontramos en las tiendas de las multinacionales con las marcas más conocidas que se suministran de la lavanda», reconoce el titular de Agricultura.

Cree que es un turismo de naturaleza, de desarrollo sostenible, que supone un valor añadido. «Desde aquí animo a todos a conocer el proceso de cultivo, la destilación de la flor y la parte turística que tiene ver ese paisaje tan bonito», asegura.

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