Iván Fandiño, en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid durante la última Feria de San Isidro
Iván Fandiño, en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid durante la última Feria de San Isidro - Paloma Aguilar

«Desolación y pena» en Fuentelencina por la muerte de su vecino Iván Fandiño

Numerosas autoridades han lamentado el fallecimiento del torero, que vivía junto con su familia en esta localidad de Guadalajara

Guadalajara Actualizado: Guardar
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Los vecinos del municipio de Fuentelencina (Guadalajara) viven con «desolación y pena» la muerte del matador de toros Iván Fandiño, dado que el diestro tenía fijada la residencia con su mujer y su hija en una finca de esta localidad desde hace varios años.

Su muerte «deja huella» en el municipio, señala consternado el alcalde de esta pequeña localidad de la Alcarria, Santos López Tabernero, tras aludir a la vinculación del matador con el pueblo, donde también contaba con su propio tentadero y del que llegó a ser pregonero en las fiestas.

«A veces le veíamos correr por la vía pecuaria porque hacía su gimnasia por aquí y también tenía relación con algunos de nuestros vecinos», de ahí que según Tabernero, «para nosotros ha sido un palo, lo hemos sentido muchos porque además era muy joven».

Aunque la finca está a varios kilómetros de Fuentelencina, él bajaba de vez en cuando al pueblo y, «al enterarnos de la noticia, no nos lo creíamos».

Fandiño ya venía a Fuentelencina cuando era un simple 'maletilla', y «para nosotros era un orgullo tenerle como vecino sabiendo además que había llegado a tener un gran reconocimiento como torero», ha precisado. El alcalde se reunirá con los concejales del Ayuntamiento con intención de valorar si se tiene algún tipo de homenaje o recuerdo al diestro. «Es una pena muy grande», ha lamentado.

El presidente de la Escuela Taurina de Guadalajara, José Antonio Cid, ha recibido la noticia de la muerte de Iván Fandiño con «tremenda impresión y tristeza porque no deja de ser un shock, un tremendo mazado para el mundo del toro».

Cid, que conocía a Fandiño desde hace más de veinticinco años, cuando el matador era novillero sin caballo y empezaba a ir a Guadalajara, le tenía mucha estima porque existía una relación personal, de ahí que esté especialmente apenado, tal y como ha expresado a Europa Press.

Pero a la tristeza de esta muerte por la relación personal que existía se une el «tremendo mazado» en el aspecto taurino para quienes le conocían en su faceta artística. «Hoy mismo les he dicho a mis alumnos cuando estábamos haciendo una tienta que esto es el precio, y que está ahí; nos llega y es un alto tributo que se paga, es así, aquí se vive y se muere, así de claro», añade Cid.

«Cada uno tiene su marca, su día y salió así», lamenta el presidente de la Escuela Taurina, abatido por esta muerte de un matador que llegó a tierra alcarreñas procedente del País Vasco «en busca de oportunidades». De hecho, fue en Guadalajara donde se relacionó y conoció a su apoderado y amigo, Néstor García, y desde esta provincia pronto empezaría a despuntar hasta encontrar su muerte este sábado en Francia.

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