El Rey preside el capítulo de la Orden de San Hermenegildo en El Escorial
La tradicional ceremonia ha tenido que adaptarse a las restricciones impuestas por la pandemia
El Rey ha presidido este martes en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial la celebración del Capítulo de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, que fue instituida en 1814 por Fernando VII, a propuesta del Consejo de Guerra y Marina, para reconocer la constancia en el servicio militar a los oficiales del Ejército.
La ceremonia ha tenido que adaptarse a las restricciones impuestas por la pandemia, de manera que se ha suprimido la imposición de condecoraciones, el homenaje a los que dieron su vida por España, la parada militar y el vino posterior.
El Capítulo está integrado por 48 caballeros y damas (veinte del Ejército de Tierra, diez de la Armada, diez del Ejército del Aire, cuatro de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas y cuatro de la Guardia Civil), además de los miembros de la Asamblea Permanente. En su origen se decretó la celebración anual del Capítulo de la Orden, pero en la actualidad tiene carácter bienal.
Esta ha sido la tercera vez que Don Felipe ha presidido esta ceremonia como Rey, aunque ya lo hizo con anterioridad como Príncipe de Asturias.
La reunión se celebra en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial por su vinculación con San Hermenegildo, ya que allí se custodia la principal reliquia del santo , y por albergar el Panteón Real de todos los Reyes y Soberanos de la Orden.
A su llegada a la Lonja del Monasterio, Don Felipe fue recibido por el jefe de Estado Mayor de la Defensa, general del Aire Miguel Ángel Villarroya Vilalta y por el Gran Canciller de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, general de Ejército Jaime Domínguez Buj .
Tras recibir honores con salvas a cargo de la Batería Real, el Rey pasó revista a la Compañía de la Guardia Real y pasó al Patio de Reyes, donde recibió el saludo de las autoridades civiles y de Defensa, y de los miembros de la Asamblea Permanente. El cortejo procesional se dirigió a la Basílica en cuya puerta aguardaba el reverendo padre prior del Monasterio, Antonio Iturbe, que ofreció al Rey el Lignum Crucis y se interpretó el Himno Nacional.
El arzobispo castrense de España, Juan del Río , ofició la ceremonia religiosa, tras la cual el Rey se integró en el Real Cortejo Capitular y, ya en su sala, abrió el Capítulo de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
