El centro universitario de Canarias tiene 1.653 profesores de los que el 52% no es funcionario. La crisis de Ralons obliga al centro a buscar alternativas lógicas para que se no se vea mermada la calidad del servicio
Pedro Duque y Rafael Robaina por la presencia de la ULPGC en el proyecto Air CenterABC
El rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Rafael Robaina, concluye este mes de febrero una apretada agenda en la búsqueda de soluciones a la herencia recibida por los acuerdos sobre financiación autonómica alcanzados en el pasado. Fue en momentos de crisis en el periodo de Paulino Rivero como presidente regional y con el PSOE controlado el presupuesto educativo de las islas.
La ULPGC tiene 1.653 profesores de los que el 52% no es funcionario. Hace 13 años esa cifra era del 43,19% de contratado laboral. Entre otras miserias, el personal de limpieza no cobra porque el suministrador del servicio, Ralons, estaría en quiebra técnica.
La estrategia que se ha marcado el centro canario consiste en avanzar más hacia una universidad de servicios docentes antes que un centro de servicios balorales de bajo coste. Es decir: quiere reducir la brecha laboral de personal sin dedicación plena. Este centro maneja cada año unos 150 millones de euros. Hay hasta 200 profesores que podrían estar llegando a dar sesenta horas anuales.
El presidente de la Junta de Personal de la ULPGC, Antonio Rodríguez, sentenció este febrero a la prensa local de Canarias. «Yo creo que no se puede jubilar un catedrático y sustituirlo por tres o cuatro docentes a tiempo parcial, muchos de ellos con contratos basura, falsos asociados que no sacan ni para pagarse el autónomo. Por eso se va a resentir la calidad docente».
De un lado, Robaina ha lanzado una agenda de incorporación de mano de obra especializada y de menor dependecia de profesores asociados. Esto pasa por hacer metabolizar al Gobierno de Canarias sus responsabilidades. Cada ejercicio en la ULPGC se jubilan 25 trabajadores de alta cualificación.
