La boda, el volcán y la leyenda del Diablo de Timanfaya

La tradición oral relata que cuando la tierra estalló el 1 de septiembre de 1730 una lluvia de lava y rocas volcánicas acabó con una boda que se celebraba en la zona

«Pobre Diablo», dijeron quienes pudieron ver la desoladora escena

El parque nacional de Timanfaya acoge más de 25 volcanes en 51 kilómetros cuadrados y es el cuarto parque en número más visitado de España con 1,6 millones de visitantes al año

El Diablo de Timanfaya en las Montañas del Fuego (Lanzarote) Cedida a ABC por Juan Méndez para ilustrar esta noticia (@j.mendez.fotografia)

Laura Bautista

Cuenta la leyenda que las Montañas del Fuego de Timanfaya, Lanzarote, temblaron el fatídico 1 de septiembre de 1730 , un día que marcó el futuro de la isla para siempre. Llovieron cientos de rocas , la isla quedó arrasada por ríos de lava y la destrucción y la desolación se extendió seis agónicos años.

En el momento en el que despertó Guayota, el demonio del fuego que vive en los volcanes canarios, se estaba celebrando una boda en las cercanías de estas montañas. Una pareja conformada por el hijo de uno de los habitantes más pudientes de la isla y una joven cuya familia se dedicaba al cultivo de plantas curativas declaraban su amor rodeados de familiares, amigos y vecinos de todos los rincones de Lanzarote.

La destrucción llegó en medio de la ceremonia, con bombas de lava y rocas que caían del cielo en un momento que se vivió como el fin del mundo. Los invitados corrieron despavoridos ante la fuerza del volcán, pero en su enorme destrucción no todos tuvieron suerte. La desgracia le llegó a la novia, que fue sepultada por una gran roca procedente del volcán antes de poder encontrar un refugio que la salvase de la ira de Guayota.

El novio, al ver lo ocurrido, tomó una forja de cinco puntas y trató por todos los medios de liberar a su amada de la enorme piedra, tratando de salvarla de su fatídico destino. Cuando al fin lo logró, no pudo más que confirmar que su prometida había fallecido bajo la furia caprichosa del volcán. Desesperado y desolado, sin soltar la forja, el novio levantó a su amada y corrió por todo el valle en busca de ayuda y refugio.

Quienes pudieron ver la escena, entre el humo, la ceniza y la lluvia de bombas de lava que aterrorizaban al pueblo, no pudieron más que lamentar la suerte de la pareja y empatizar con la desolación del novio. «Pobre Diablo», dijeron .

Ahora, el recuerdo del ardiente terreno de Lanzarote está simbolizado por esa figura que porta una forja en alto, el Diablo de Timanfaya que recuerda ese día de 1730 que marcó un antes y un después en la isla, haciéndola suya por seis años y protagonizando la erupción volcánica más larga y destructiva que ha vivido Canarias.

Juan Méndez Quesada es fotógrafo aficionado y cada día pasa por este monumento y este parque nacional, construyendo en su imaginario la foto que ilustrase la leyenda de su pueblo. Tras nueve meses , en torno a las 17.45 horas y antes de que la oscuridad se adueñase del espacio, el fotógrafo conejero encontró el momento perfecto, usando una puesta de sol de fondo y la interpretación que le daba su cámara y su teleobjetivo.

A unos 300 metros y dejando que la naturaleza mostrase toda su magia, Juan Méndez logró al fin inmortalizar aquella imagen que era símbolo de las entrañas volcánicas de Lanzarote , con un rayo de sol que entra en las nubes recordando aquella tormenta de fuego que se apoderó del territorio hace casi 300 años.

National Geographic ha elegido la foto de Juan Méndez Quesada para contar la historia de este espacio único, un reconocimiento internacional que, tal y como ha expresado Méndez a ABC, ha recibido con toda la satisfacción.

Un chute de motivación

Juan Méndez Quesada aprendió fotografía por hobby y cada vez le pone « más ganas y empeño » a esta pasión. Que National Geographic haya apostado por su fotografía fue «una grata sorpresa» porque «es una foto difícil y cuando lo consigues y se reconoce tu trabajo es una gran satisfacción».

No es la primera vez que National Geographic elige las creaciones de Méndez, ya es la quinta fotografía que le publican. «Cuando una página o revista te hace un reconocimiento de estos me motiva muchísimo para seguir disfrutando de la fotografía y aprendiendo cada un poco más».

Tierra de volcanes

El parque nacional de Timanfaya es un espacio natural protegido entre los municipios de Yaiza y Tinajo, un espacio que narra un pasado volcánico y que recibe cada año a más de 1,6 millones de visitantes .

Sus 51 kilómetros cuadrados de historia construida en lava lo convierten en el cuarto parque nacional más visitado de España y el segundo parque nacional en número de visitantes de Canarias, solo por detrás del parque nacional del Teide en Tenerife.

Parque Nacional de Timanfaya Turismo Lanzarote

Fue declarado parque nacional el 9 de agosto de 1974, y en su espacio volcánico acoge más de 25 volcanes , que entraron en erupción entre 1720 y 1736 y en 1824, fecha desde la que esta cordillera ha permanecido dormida. Además de las Montañas del Fuego, este parque cuenta con otros volcanes como Montaña Rajada o la Caldera del Corazoncillo.

A día de hoy tras varios siglos sin erupciones, aún presenta actividad volcánica, con puntos de calor en la superficie que alcanzan los 100-120 grados y 600 grados a apenas 13 metros de profundidad.

Parque Nacional de Timanfaya Turismo Lanzarote
Parque Nacional de Timanfaya Turismo Lanzarote
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