«Esos nórdicos»
En mayo de 1749 el gobernador Castellanos, que era el sistituto de Gabriel José de Zuloaga y Moyúa, designó como autoridad judicial y cabo de guerra a Martín de Echevarría . Su antecesor es Juan Francisco de León, autor de frases como: «No queremos justicia de Vizcaya. Queremos isleños o criollos; pero vizcaínos, no» o que «es necesario que en toda esta provincia no quede ninguna persona de esa raza », de acuerdo con los datos de Ricardo Cierbideen su investigación académica «La Compañía Guipuzcoana de Caracas y los vascos en Venezuela durante el siglo XVIII».
El profesor Otto Pikaza, de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos, destalla que la presencia de canarios en negocios ilegales no era producto de la casualidad: «Los isleños o canarios habían sido relegados. La riada inmigratoria no pudo obtener sino los peores terrenos para la agricultura y con ellos la miseria. El contrabando fue un desahogo lógico y fácil ».
Marcha armada sobre Caracas
El historiador e hispanista británico, John Lynch , sostiene que «la inmigración canaria fue una empresa esencialmente privada en la cual los inmigrantes tenían que sobrevivir, no a través del patronazgo o los privilegios que les pudiera brindar el sistema, sino que utilizando sus propias iniciativas, la astucia y el talento empresarial ». Recuerda que «los canarios no habían emigrado a Venezuela para conformarse trabajando en la tierra como peones».
De León era venezolano originario de El Hierro, el territorio más reducido de Canarias. Se negó a aceptar la destitución y fuerza a Echevarría a volver a Caracas. No contento con ello, Creó una marcha sobre Caracas con el objetivo de desmantelar la Compañía Guipuzcoana. Le comunica a Castellanos que no tiene nada contra la corona; pero sí contra el capital vasco.
¿Quebraron la empresa con tanto disgusto?
La marcha se procuce desde varias partes de Venezuela al grito de «Viva el Rey, mueran los vizcaínos». Castellanos cedió y expulsó del poder a los integrantes de la Compañía Guipuzcoana de Caracas. En septiembre de 1749, llega desde Madrid la orden de nombramiento de Julián de Arriaga como dirigente político con mando en Caracas.
Arriaga teme una revuelta armada liderada por los canarios y llega a la ciudad sin escolta. Pide negociar con la minoría canaria y la empresa comienza a funcionar de nuevo hasta que en 1752 se arma un conato de violencia armada contra los intereses vascos . De León fue detenido y llevado a Cádiz, donde muere en 1753. Carlos III cerró la empresa en 1785 al fusionarla con su la de Filipinas.
Dos hijos de De León y otros «revolucionarios» como José Lorenzo de Córdoba son condenados a muerte. Pero reciben el perdón. Son castglados a luchar en Ceuta y Orán. Nicolás de León regresó 24 años después a Venezuela para seguir trabajando en el cacao junto a su mujer e hijos.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión