Sociedad

Teruel se apresura a buscar agua subterránea para sobrevivir a la sequía

El embalse que abastece a la ciudad está bajo mínimos, y los pozos que tiene en uso cuentan con reservas limitadas

Desde octubre, la emblemática Fuente del Torico es la única de toda la ciudad de Teruel por la que aún sale agua, y de forma restringida Fabián Simón

R. Pérez

La sequía ha disparado las alarmas en Teruel . El agua escasea cada vez más, el embalse que abastece a la capital está bajo mínimos y los pozos que tiene en uso cuentan con reservas limitadas. Y, lo peor, es que se teme que la sequía pueda prolongarse durante más de un año. Incluso durante más de dos . Con este panorama, la preocupación crece día a día y el Ayuntamiento ha lanzado un apresurado programa de búsqueda de agua subterrénea con el que anticiparse a una eventual sitaución de escasez extrema.

Hay que remontarse más de veinte años atrás para encontrar una sitaución de sequía de una dimensión similar en Teruel, ciudad en la que viven unas 35.000 personas. Entre los años 1994 y 1995 se vivieron momentos de acusada escasez, lo que llevó a abrir pozos que sirvieran, a futuro, como una garantía extra de abastecimiento y como alternativa a la fuente fundamental de suministro de la capital, el Pantano del Arquillo.

Aquellos pozos que se abrieron en el barrio turolense de San Blas están siendo ahora providenciales. Aportan la mitad del aque que consume Teruel, mientras que la otra mitad sigue llegando de un pantano cada vez más seco.

El Arquillo está ahora a solo el 14% de su capacidad, con menos de 3 hectómetros cúbicos de agua. Pero no toda el agua que le queda es aprovechable. El mínimo de seguridad que se debe mantener en el embalse es de 1,5 hectómetros cúbicos. Así que la reserva realmente disponible en este pantano es de apenas otro hectómetro y medio . «Si la sequía persiste como hasta ahora, eso significa que en unos meses se habrá agotado el Pantano del Arquillo», explica la alcaldesa de Teruel, Emma Buj .

Si se da esa situación, todo el suministro de agua a Terel dependerá de los pozos de San Blas. Pero las reservas de este acuífero no son ilimitadas, dan de sí para «año y medio o dos años», explica la alcaldesa. Y el temor es que la sequía pueda prolongarse incluso por más tiempo.

«No hay tiempo que perder»

«Lo que nos dicen los especialistas de la Confederación Hidrográfica del Júcar, a partir de las estadísticas y de los modelos predictivos que manejan, es que esta sequía puede prolongarse durante más de dos años», explica con preocupación la alcaldesa. De confirmarse esa negra previsión, o Teruel tiene para entonces otras fuentes de suministro, o el problema de desabastecimiento sería absoluto. Para evitarlo, Teruel ha puesto en marcha ya un plan de contingencia que consiste en buscar, de forma acelerada, nuevos acuíferos a varios kilómetros de distancia , en la zona de Escandón.

Los proyectos se han lanzado con la máxima celeridad -explica la alcaldesa- porque «hay que tener en cuenta que son procesos que requieren tiempo: primero los sondeos de investigación para ver si hay agua en cantidades suficientes; si el resultado es positivo, luego tocan los sondeos de explotación; y a continuacion toca realizar las conducciones, que en este caso sería lo más costoso».

«No hay tiempo que perder, las previsiones son alarmantes y hay que estar preparados», afirma Emma Buj . Se van a hacer cuatro sondeos de investigación en esa zona, alejada a varios kilómetros del casco urbano de Teruel. Se harán prospecciones a 300 y a 500 metros de profundidad.

Parques y jardines en apuros

Mientras tanto, los turolenses siguen apretándose el cinturón en el consumo de agua. Hace meses que el Ayuntamiento activó la prealerta por sequía. En octubre apeló a la población para que redujera el consumo de agua, a la par que el Consistorio aplicaba su particular plan de ahorro hídrico en espacios e instalaciones públicas. «Desde entonces se ha reducido el consumo de agua en la ciudad en un 5% , que es realmente mucho», dice la alcaldesa. Pero la sequía sigue, y el problema crece.

Desde octubre, todas las fuentes del casco urbano de Teruel están cerradas. Solo funciona, y con caudal restringido, la emblemática Fuente del Torico. Se han restringido considerablemente las limpiezas con agua de calles y plazas, y la ciudad también se ha visto forzada a limitar el riego de sus zonas verdes. Tal es la escasez que han empezado a aflorar problemas en la vegetación ornamental, con plantaciones jóvenes asfixiadas por la falta de agua. Para ponerle remedio a esto último se acaba de encontrar otra solución alternativa: usar agua de acequias, caudales que no entran en el circuito del abastecimiento para el consumo de boca.

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