La pareja acusada de seducir y enterrar vivo a un hombre en Zaragoza se culpa entre sí en el juicio

«Le arrebataron la vida de la forma más cruel, violenta e inhumada», destaca la fiscal. Están acusados de asesinato con alevosía, robo con violencia y detención ilegal

El acusado (tocándose la mascarilla), tras su cómplice, durante el juicio en la Audiencia de Zaragoza Fabián Simón

ABC

El hombre y la mujer acusados de seducir y asesinar a un hombre al que enterraron vivo en Luceni (Zaragoza) en 2019 se han lanzado acusaciones cruzadas este lunes, durante el juicio que se sigue contra ellos en la Audiencia Provincial de Zaragoza. La pareja, que en su día compartieron relación sentimental, están acusados de asesinato con alevosía, robo con violencia y detención ilegal, así como de vender el coche que robaron a la víctima.

En el banquillo se sientan la dominicana Hedangeline Arrieta y el marroquí Mohamed Achraf. Tienen 36 y 37 años , respectivamente. Cuando se produjeron los hechos, dos menos. Estaban afincados en esta zona próxima a Zaragoza, donde, según la investigación, habían formado una banda que robaba a hombres a los que atraían bajo engaño, con los que ella contactaba en redes sociales.

El caso que se juzga en la Audiencia de Zaragoza se conoce como el de 'la banda del Badoo' , por haber actuado a través de esa red social de contactos.

Esta banda fue detectada a raíz del asesinato de un informático vasco, de Getxo, de 54 años, José Antonio Delgado Fresnedo . La acusada contactó por él a través de esa red de contactos por internet, lo sedujo, le hizo ver que quería mantener una relación con él e intimar. Así lo atrajo hasta Luceni. Cuando llegó, los miembros de la banda lo retuvieron, le robaron todo lo que llevaba encima, incluidas las tarjetas de crédito con las que extrajeron 1.800 euros en varios cajeros. También se apoderaron de su vehículo de marca Mercedes, que vendieron días después.

Una de las imágenes con la que la acusada se prodigaba en redes sociales y de contactos

El hombre fue golpeado brutalmente. Cuando sus captores creyeron que estaba muerto, lo enterraron en un paraje de esa zona de la provincia de Zaragoza. Cuando fue localizado el cadáver, la autopsia reveló que lo habían enterrado aún con vida . Llevaba tierra en la boca, en la faringe, la laringe, el esófago y el estómago. Agonizó y murió bajo tierra.

«La acusada le embaucó para atraerlo a Luceni, donde quedó con él en la tarde del 6 de septiembre de 2019», relató la fiscal del caso este lunes, durante el juicio. «Le arrebataron la vida de la forma más cruel, violenta e inhumada», ha subrayado, y «en ningún momento tuvo posibilidad de defenderse, al estar inmovilizado».

Según la autopsia, murió por 'shock' hemorrágico. El cadáver presentaba traumatismo craneal y nueve costillas fracturadas. La fiscal ha destacado que la autopsia encontró «síntomas inequívocos de que intentó sobrevivir estando enterrado» .

La acusada, durante el juicio, ha echado la culpa al otro procesado, que a su vez ha inculpado a Hedangeline. Ha negado que ella fuera víctima, como ahora pretende hacer ver, y ha insistido en que ella era parte activa del plan delictivo y nunca estuvo retenida contra su voluntad sino que en su día fueron pareja sentimental.

La investigación destapó que el informático vasco al que enterraron aún con vida no fue su única víctima. Hubo más, que vivieron para contarlo, tras ser retenidos, agredidos y desvalijados.

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