Bidones abandonados de la antigua fábrica de Inquinosa, que produjo y vertió lindano en grandes cantidades entre 1974 y 1989
Bidones abandonados de la antigua fábrica de Inquinosa, que produjo y vertió lindano en grandes cantidades entre 1974 y 1989
Ciencia

Un ejército de bacterias para luchar contra el mayor foco de contaminación de España

Los científicos buscan microorganismos eficaces de «digerir» el tóxico lindano que se acumula en la cuenca del río Gállego, en Aragón

Zaragoza Actualizado: Guardar
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Un equipo de científicos, coordinados por el Gobierno aragonés, trabaja en la búsqueda de bacterias que sean capaces de luchar de forma eficaz contra el lindano, un tóxico compuesto industrial que quedó extendido por la cuenca del río Gállego, en Aragón, y que constituye el mayor foco de contaminación que sufre España, y uno de los mayores de Europa.

El lindano se utilizó tiempo atrás como base de insecticidas de alta potencia. Su carácter nocivo hizo que fuera prohibido hace años en Europa. En Sabiñánigo (Huesca) fue producido durante 25 años, entre 1974 y 1989, por la fábrica Inquinosa. La planta cerró, pero quedó su foco contaminante, no solo en las instalaciones abandonadas de la vieja factoría, sino en una amplia extensión de terrenos y en vertederos.

Hubo, durante años, abundantes vertidos ilegales.

El problema es de gran calibre, medioambiental y económico. No se le ha encontrado solución hasta la fecha. Se han llevado a cabo obras y programas de control, pero queda mucho por hacer. Hasta ahora se llevan invertidos alrededor de 50 millones de euros, pero se calcula que pueden hacer falta hasta 150 millones más, y décadas de trabajo.

Para acelerar las tareas de descontaminación y tener controlado el foco -en varias ocasiones, como consecuencia de las lluvias, el lindano ha acabado concentrándose en las aguas del río Gállego en niveles elevados-, un equipo de técnicos y científicos están diseñando un programa especial. Empezó a funcionar el año pasado. Hasta ahora se ha conseguido disponer de una red de puntos de control que permite medir, de forma exhaustiva y permanente, el nivel de lindano que hay en las aguas del Gállego, de las que abastecen un buen número de poblaciones.

Esta fase preventiva se da por encauzada. Pero queda la gran tarea de la descontaminación, y es aquí donde están buscándose soluciones lo más eficaces posibles, algo que no resulta sencillo.

Una vía en la que están trabajando los científicos es en buscar bacterias que puedan ser dispuestas en cantidad suficiente como para luchar eficazmente contra el lindano y lograr la reducción significativa de la contaminación latente.

Se sabe que hay bacterias que pueden ser capaces de neutralizar y transformar el lindano en materiales no tóxicos. El reto está en buscar mecanismos que permitan el uso masivo de bacterias de este tipo, un «ejército» de microorganismos capaces de digerir el lindano.

A la par, se trabaja en otros mecanismos complementarios, como el tratamiento químico con procesos catalíticos o la incineración de residuos. Los ensayos de laboratorio están en marcha en varios frentes y, a la espera de dar con ese «ejército» de bacterias saludables contra el lindano, la próxima semana se va a poner en práctica sobre el terreno otro método, la oxidación química in situ (ISCO en sus siglas en inglés). Este programa cuenta con el apoyo de la Unión Europea.

Se trata de un proceso de lavado del suelo mediante el uso de líquidos oxidantes que degrandan las partículas de lindano y las reduce a compuestos más pequeños y con menor efecto contaminante. Depsués, esos restos se retiran y se trasladan a una planta de tratamiento especializada.

Los estudios en laboratorio han dado resultados favorables, que permiten alentar esperanzas sobre la efectividad de este método. Ahora llegan las pruebas sobre el terreno.

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