Aragón, la tierra de los mil castillos

Aragón cuenta con casi mil castillos y fortificaciones, un patrimonio tan extenso como crítico, porque una buena porción del mismo se encuentra en estado de ruina tan avanzada o preocupante que lleva camino de borrarlos para siempre del paisaje.

Luchar contra la desaparición de este patrimonio histórico, concienciar sobre el mismo y ponerlo en valor es la tarea en la que llevan embarcados desde hace años los miembros de la Asociación para la Recuperación de los Castillos de Aragón (ARCA).

Para contribuir al estudio científico y a la difusión de esta riqueza patrimonial, también desde hace años organiza jornadas que reúnen a especialistas y a amantes de las históricas fortificaciones. La nueva edición, que será la octava de estas «Jornadas de Castellología Aragonesa», se celebrará en Calatorao (Zaragoza) del 4 al 6 de noviembre. La organiza ARCA, junto a la Iniciativa Cultural Barbacana de Calatorao.

Desde ARCA no se cansan de insistir en la necesidad de que las administraciones públicas se tomen en serio la urgencia de invertir para salvar los castillos y los vestigios de fortificaciones que salpican la geografía aragonesa -y que se prodigan también en el resto de España-. Testimonio vivo de un pasado medieval, que acumula siglos de historia y que en muchos casos está en riesgo de desaparición absoluta.

Solo contando castillos propiamente dichos, Aragón suma casi 600, en mejor o peor estado de conservación, con más o menos elementos en pie. Los hay excelentemente conservados y que se han demostrado como un potente foco de atracción turística. Pero abundan también los que languidecen peligrosamente por el olvido.

Si a esos casi 600 castillos se le añaden los restos de fortificaciones, torres o casas fortificadas, la lista se sitúa ampliamente por encima de los 900.

Más de la mitad de los castillos y fortificaciones que hay en Aragón son propiedad de los ayuntamientos. Del resto, aproximadamente la mitad son privados y la otra mitad no se sabe con precisión quién es su dueño, lo que supone un riesgo añadido para su conservación.

Hace ya más de diez años, ARCA calculaba que solo un 27% de los castillos aragoneses estaban en buen estado de conservación, y un 7% en condiciones «aceptables». Ya por entonces, un 40% se encontraban en situación ruinosa y casi irrecuperable, habían llegado a un punto tal en el que a lo más que se podía aspirar era a consolidar lo que quedaba en pie, acondicionar esos enclaves y sacarles partido cultural y turístico. Y, también por entonces, un 26% de los castillos y fortificaciones presentaban un estado delicado de conservación, pero eran recuperables.

Desde entonces, la situación ha variado, pero solo levemente. Ha habido ejemplos de castillos en los que la inversión pública -y en algún caso privada- ha logrado devolverles el esplendor o darles mejores visos de futuro. Pero, en el lado contrario, también ha habido no pocos ejemplos de castillos o fortificaciones en los que la ruina no ha hecho más que avanzar, en ocasiones de forma irrecuperable.