Economía

Aragón, un enorme desierto económico

Teruel es la provincia con menos oportunidades laborales de toda España, y Huesca es la sexta. La provincia de Zaragoza tampoco anda sobrada: está muy por debajo de la media nacional

Vista de Belchite, centro de una de las comarcas más despobladas de España y con menos empleo Fabián Simón

R. Pérez

Aragón es un gran desierto laboral , la inmensa mayoría de su territorio es un tremendo erial económico. La región es un desierto demográfico –está entre los territorios más despoblados de España- y lo es también económico. Hay poca población, pero es que también hay pocas oportunidades de encontrar un trabajo, lo que dificulta gravemente la atracción de habitantes para compensar la sangría demográfica en la que está inmersa la mayor parte de la región.

Los últimos datos de afiliados a la Seguridad Social son contundentes. Teruel es la provincia con menos oportunidades laborales de todo el país : no tiene ni cuatro puestos de trabajo por kilómetro cuadrado. En la provincia turolense la media es, exactamente, de 3,65 empleos por kilómetro cuadrado . Está por detrás de Soria , donde el promedio es ligeramente mejor, un escuálido 3,73. La tercera provincia española con menos densidad laboral es Cuenca, con 4,4 puestos de trabajo por kilómetro cuadrado.

Son auténticos eriales económicos en términos de empleo, que contrasta con los 400 empleos por kilómetro cuadrado que se dan en la Comunidad de Madrid, los más de 300 que registra la provincia de Barcelona o los más de 200 de la provincia de Vizcaya. En cómputo nacional, la media es de 37 puestos de trabajo por kilómetro cuadrado, diez veces más que el ratio que ofrece la provincia de Teruel.

La de Huesca también ofrece un mapa laboral desolador. De hecho, la provincia oscense es la quinta con menos oportunidades laborales de toda España: seis empleos por kilómetro cuadrado, solo por delante de Zamora, Cuenca, Soria y Teruel.

La provincia de Zaragoza sale mejor parada, pero con importantes matices . Su promedio es de 24 puestos de trabajo por kilómetro cuadrado, así que también está muy por debajo de la media nacional . La razón radica en la enorme brecha que se da entre la gran urbe que es Zaragoza –y los municipios industriales de su entorno inmediato- y el resto de la provincia. La gran mayoría del empleo que tiene la provincia de Zaragoza se concentra en ese núcleo, mientras que abundan las comarcas que son auténticos desiertos laborales, muy similares a los que se dan en la provincia de Teruel.

Hay una enorme descompensación entre los indicadores económicos que ofrece Zaragoza y el que se da en el resto de la provincia, una gran extensión de territorio profundamente lastrada por esa espiral de pérdida de población, baja actividad económica y escasez de puestos de trabajo. Los casos más extremos se dan en las comarcas más despobladas y en situación demográfica más crítica: Campo de Belchite y Campo de Daroca.

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