La DPZ acometerá reparaciones de urgencia en las zonas azotadas por las trombas de agua y granizo

La Diputación de Zaragoza (DPZ) va a acometer obras de urgencia para reparar los caminos rurales que han resultado dañados por las trombas de agua y granizo que han azotado varios términos municipales del entorno de la Sierra Vicor. Así lo anunció este viernes el presidente de la DPZ , Juan Antonio Sánchez Quero, durante la visita que giró a los términos municipales de Santa Cruz de Grío, Sediles, Belmonte de Gracián y Mara, muy afectados por el agua y el granizo que descargaron esta semana en esa zona.

Sánchez Quero ha visto de primera mano los daños provocados por las fuertes tormentas que cayeron ayer en esa zona de la provincia de Zaragoza. El agua y el granizo han causado pérdidas muy importantes en los cultivos y también ha dañado los caminos agrícolas, por lo que los alcaldes han solicitado la ayuda de la DPZ para arreglarlos.

La zona afectada es bien conocida por el presidente provincial, ya que es alcalde de Tobed, localidad que linda con Santa Cruz de Grío, en las faldas de las sierra Vicor. Los cultivos más afectados han sido la cereza, la oliva, la almendra, el cereal y frutales como el melocotón y la ciruela.

«Este mismo lunes técnicos del servicio de Recursos Agrarios acudirán a estos municipios para evaluar los daños y ver cuáles son las necesidades, pero de entrada vamos a tener tres motoniveladoras trabajando en la zona», ha destacado Sánchez Quero. «Los caminos tienen que estar transitables lo antes posible porque ya ha comenzado la temporada de recogida de la cereza y que los agricultores necesitan acceder al resto de cultivos para realizar tareas como el sulfatado».

La localidad más afectada ha sido Santa Cruz de Grío, donde llegaron a medirse acumulaciones de granizo de hasta 80 centímetros y en las zonas barridas por las tormentas se han perdido todas las cosechas. En otras, como Sediles, cayeron unos 40 litros de agua y pedrisco en apenas dos horas.

La intensidad de las precipitaciones ha erosionado los caminos agrícolas y también ha provocado daños puntuales en los cascos urbanos: en Belmonte de Gracián se inundaron la planta baja y la bodega de una vivienda, pero también hubo inundaciones en bajo y filtraciones en muros y tejados.