Santamaría, a Aznar: «Le tocó reducir el déficit como a nosotros y lo hizo con la misma responsabilidad»

La vicepresidenta y portavoz del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, ha recordado este martes al presidente de honor del Partido Popular, José María Aznar, que cuando él llegó a La Moncloa por primera vez en 1996 encontró el déficit de España en el 7%, mientras que Mariano Rajoy ha tenido que reducirlo durante la pasada legislatura desde el 9,3%. En una entrevista en «Herrera en COPE», Sáenz de Santamaría respondió así al ser preguntada sobre las declaraciones de Aznar que publica en la «Tercera» de ABC, en las que critica que Rajoy comparase el fin de semana el esfuerzo de reducción del déficit de ambos periodos para defenderse de la crítica del expresidente del Gobierno a la relajación del objetivo de déficit

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Sáenz de Santamaría indicó que en los tres gobiernos del PP que ha habido en España (de 1996 a 2000, de 2000 a 2004 y de 2011 a 2015) «ha habido bastante de vidas paralelas», porque a su formación le ha tocado «levantar» al país de «las crisis que deja el PSOE cuando gobierna», e hizo un llamamiento para «comportarse con responsabilidad». « Al señor Aznar le tocó reducir el déficit como nos ha tocado a nosotros y lo hizo con la misma responsabilidad de gobierno», dijo la vicepresidenta en funciones, quien adujo que en 2015 se ha bajado el déficit en 8.000 millones de euros, en la misma cantidad que ahora reclama la Comisión Europea para los dos próximos ejercicios, «sin hacer recortes», porque con el crecimiento económico y la creación de empleo ha sido suficiente.

Carta a Juncker

Sáenz de Santamaría explicó que la carta que Mariano Rajoy envió a principios de mayo al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pone de manifiesto que «España ha hecho un esfuerzo como ninguno anterior» para reducir el déficit público a la mitad con dos años de recesión y dos de crecimiento. Señaló que «es bueno mantener ese ritmo de creación de empleo y de crecimiento» para poder seguir reduciendo el déficit a un ritmo similar sin tener que realizar recortes públicos, sin perjuicio de aplicar las reformas económicas planteadas en el Plan de Estabilidad y de Reformas que el Consejo de Ministros aprobó a finales de abril y remitió a Bruselas.

A su juicio, con ese Plan de Reformas «cumplimos el objetivo de estabilidad» para los próximos años e insistió en que el esfuerzo de reducción del déficit «no ha sido pequeño» en estos años porque el socialista José Luis Rodríguez, Zapatero llegó a tenerlo en el 11% en 2010 y en los últimos años se ha bajado hasta el 5,3%. Esto demuestra, subrayó, que «España es un país que ha hecho sus deberes» y que «somos un ejemplo de que se puede combinar austeridad con crecimiento porque hemos hecho reformas que ha permitido ir eliminando los desequilibrios que tenía nuestra economía».

Sobre el incremento de la deuda pública hasta superar el 100% del PIB, esgrimió que cuando el PP llegó a La Moncloa «la deuda estaba allí» pero «no estaba aflorada» porque había facturas sin computar y sin pagar. «Afloramos mucha deuda que no estaba contabilizada y hemos pagado también el déficit energético, que eran 25.000 millones», dijo. Sáenz de Santamaría rechazó que para bajar el déficit o la deuda haya que subir los impuestos, como Mariano Rajoy hizo en 2011 «porque no quedaba otro remedio», y se mostró partidaria de mantener la senda de reducción de la presión fiscal de los dos últimos años, porque «la economía tiene más gasolina si conseguimos que la gente invierta o consuma al tener más dinero en el bolsillo».

Por último, sobre el nuevo impuesto que propone crear el PSOE para sufragar el desvío del déficit de la Seguridad Social y garantizar el pago de las pensiones, la mano de Rajoy en el Gobierno indicó que esa medida es «pan para hoy y hambre para mañana», porque con 3.000 millones de euros recaudados en concepto de solidaridad se soluciona un ejercicio pero no los siguientes, lo que podría llevar a subir ese impuesto «todos los años». La vicepresidenta en funciones adujo que es preferible crear más empleo y llegar en 2020 al objetivo de 20 millones de personas trabajando para tener suficientes cotizantes que puedan pagar las pensiones de los jubilados.