Análisis

La venganza de las urnas

El hundimiento de Cs y el retorno masivo de su electorado al PP le permite superar al PSOE en la mayoría de las provincias

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto de presentación de España 2050 Europa Press
Narciso Michavila

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La pandemia está teniendo un efecto perverso para las élites decisoras. Las medidas de restricción las ha alejado de la calle, justo cuando se han producido los mayores cambios sociales desde la Segunda Guerra Mundial. La distancia entre los polos decisores y el centro de gravedad social ha aumentado dramáticamente. La desconexión entre el actual debate político y las preocupaciones ciudadanas es abismal. La perplejidad del elector catalán y madrileño ante debates artificiales de crispación sólo es comparable con la perplejidad de sus promotores al ver el resultado de las urnas. Un resultado que podía anticiparse bien: basta ver las encuestas publicadas por GAD3 hace un año, cuando se produjo el mayor cambio de voto. Los principales movimientos electorales se observan ahora en toda España: retorno mayoritario del votante de Ciudadanos a un Partido Popular que capta además casi medio millón de votantes socialistas, especialmente varones menores de 45 años. Y con el agravante de que el sistema electoral del Congreso de los Diputados , que tanto benefició a Pedro Sánchez , ahora se le vuelve en su contra. Si al comentar la primera encuesta que situaba en cabeza al PSOE hace tres años decía «La ilusión cambia de bando», ahora podemos afirmar que D'Hont cambia de bando. Efectivamente, el hundimiento de Cs y el retorno masivo de su electorado al PP le permite superar al PSOE en la mayoría de las provincias. Sánchez ha dejado de contar con la ventaja competitiva de la que no disfrutaron sus antecesores: la división en tres opciones del electorado a su derecha. El mayor regalo a Pablo Casado se lo han hecho los promotores de la fallida moción de censura en Murcia .

«Toda realidad ignorada prepara su venganza», decía Ortega y Gasset. En política la venganza es especialmente cruel pues, a diferencia del resto de ámbitos, tal desprecio de la realidad no se descubre hasta la apertura de urnas. ¿Imaginan un entrenador despreciando los resultados de los partidos o un empresario la cuenta periódica de resultados? Pues eso es lo que hacen algunos líderes políticos cuando niegan las evidencias empíricas de los cambios sociales. La historia de la humanidad es un permanente ciclo de élites afirmando «nunca pasa nada» para justificar decisiones contrarias al sentir mayoritario… ¡hasta que pasa todo de golpe! La ventaja de las democracias es que la venganza de la realidad se canaliza pacíficamente a través de las urnas. Que no digan luego que no se podía anticipar.

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