Unas nuevas elecciones acelerarían la desconexión social con los políticos

La inercia de los Presupuestos aprobados acaba en septiembre

Madrid Actualizado: Guardar
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El fantasma de unas terceras elecciones campa a sus anchas en la política española, ante la falta de acuerdo para investir un presidente del Gobierno. Sería algo inédito desde todos los puntos de vista, un «ridículo mundial», como advierten en Moncloa, pero si los partidos no son capaces de llegar a un pacto abocarán a los españoles a volver a las urnas por tercera vez en menos de un año. ¿Y quién garantiza que sería la última y no habría unas cuartas y hasta unas quintas elecciones? Desde el Gobierno en funciones advierten del impacto económico que supone esta parálisis sin fin a la vista, pero también del desprestigio que supone para nuestro país en el contexto internacional, por no hablar de la desconfianza creciente que existe en los ciudadanos hacia sus políticos.

«El distanciamiento que ya existe entre los ciudadanos y sus políticos se haría más grande. Una repetición de las elecciones llevaría a la desconexión absoluta», advierte el presidente de GAD3, el sociólogo Narciso Michavila, quien cree, además, que «sería una situación muy peligrosa para los políticos, porque la sociedad podría descubrir que puede vivir sin ellos». A su juicio, los partidos «no han entendido que los electores no quieren mayorías absolutas, pero tampoco oposiciones absolutas». Michavila lanza esta inquietante pregunta: «¿Y qué ocurrirá si después de unas terceras elecciones seguimos sin Gobierno?» Tiene claro que si hay nuevos comicios, los electores castigarán a quien ha obstaculizado la formación de Ejecutivo: Ciudadanos, en primer lugar.

España lleva ya más de siete meses con un Gobierno cesado y en funciones, y aun así el PIB sigue creciendo por encima de la media europea: un 0,8 por ciento en el primer trimestre y un 0,7 por ciento en el segundo. En diciembre, el paro registrado se situaba en 4.093.508, y en junio pasado ya estaba en 3.767.054. El bloqueo no parece afectar a datos como estos, pero siempre queda la duda de qué habría pasado si hubiéramos tenido un Gobierno desde enero con nuevas reformas para impulsar la economía y el empleo.

Presupuestos prorrogados

Este primer semestre de 2016 ha contado con una variable a su favor: los Presupuestos Generales del Estado de este año se aprobaron antes de la convocatoria electoral de diciembre, y han permitido a la economía aprovechar todo el viento de cola. ¿Pero qué ocurrirá si hay una nuevas elecciones? De entrada, será imposible aprobar a tiempo unas nuevas cuentas públicas para 2017, y ahí sí que podría dejarse sentir un brusco tirón en la economía.

La Constitución establece que el Gobierno debe presentar ante el Congreso los Presupuestos antes de octubre. Pero un Gobierno «en funciones» no puede aprobar leyes, por lo que es imprescindible que se forme un Ejecutivo para que la ley más importante del año llegue a tiempo al Parlamento. Antes, tiene que aprobarse la senda del déficit y el techo de gasto, que afecta a las cuentas de todas las administraciones. Esas son las tareas más urgentes y que en circunstancias normales se sacan adelante entre julio y agosto. Si los Presupuestos no están listos el 23 de septiembre (último Consejo de Ministros para aprobarlos y poderlos llevar al Congreso antes de octubre), se producirá una prórroga automática de las cuentas actuales. Pero no de forma completa, ya que las pensiones o los sueldos de los funcionarios quedarían congelados y necesitarían un decreto ley para actualizarse. Según fuentes de Moncloa, un Gobierno en funciones no puede aprobar un proyecto de ley, pero sí un real decreto ley «en caso de urgente necesidad», que debe ser convalidado por el Congreso en un plazo de 30 días.

Otros 130 millones de euros

La prórroga de los Presupuestos resultaría «letal», según fuentes de Moncloa, por el mensaje de incertidumbre que se produce y por la falta de impulso a la economía. «Unas terceras elecciones serían veneno para nuestra economía, por la desconfianza que se generaría», advierten. El desprestigio exterior afectaría al papel de España en las instituciones europeas y en la negociación tras el Brexit, cuando queremos pujar por lograr la sede de algunas instituciones de la City. Al mismo tiempo, como informó ABC, sobre España pende la amenaza de multas de hasta 230 millones de euros por el retraso en adaptar directivas europeas.

Convocar otras elecciones costaría, además, 130 millones de euros.En total, las tres elecciones supondrían un gasto de casi 400 millones de euros.

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