Este fin de semana, el estreno del último trabajo de Kevin Spacey ha terminado con él como en una de sus escenas, con su carrera por los suelos. Ha recaudado 247 euros por todo Estados Unidos. En cada una de las once salas en las que se proyectó, sólo hubo seis espectadores. Spacey toca fondo, castigado por las denuncias de abusos sexuales durante décadas dentro y fuera del plató. Ni sus dos Óscar le salvan de hundirse. -Redacción-
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