«Treinta millones de pesos o mato a este cabrón»

El secuestrador de dos españoles en México, un exmilitar despedido de la empresa, pidió el rescate al presidente de la compañía

Vídeo: Así es la habitáculo donde encerraron a las víctimas Europa Press
Cruz Morcillo

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Eran las seis de la mañana del pasado lunes cuando tres españoles, ejecutivos de una multinacional navarra dedicada a los repuestos del automóvil, se dirigían a su trabajo en el estado mexicano de Puebla. Los tres comparten vivienda en una urbanización con importantes medidas de seguridad. Pasaron el primer control, sin contratiempos, pero en el segundo, en la carretera de Lomas de Angelópolis, dos turismos los golpearon y varios individuos con metralletas los interceptaron y los obligaron a salir del coche. Ahí empezó su agonía. El español que viajaba en la parte trasera logró escapar y alertó del rapto a la Unidad contra el secuestro de ese estado.

La primera llamada que hicieron los secuestradores aventuró los peores pronósticos: la recibió el presidente de la empresa en España, no en México, que además es amigo íntimo de uno de los capturados. El mensaje fue rotundo: «30 millones de pesos o mato a este cabrón». La cifra, altísima, 1.350.000 euros , y la exigencia trasladada a nuestro país resultaba especialmente inquietante. Veinticuatro horas despúes del secuestro, dos negociadores de la Policía española aterrizaban en Puebla y empezaban a trabajar codo con codo con el fiscal.

Los investigadores averiguaron que el «santo» lo había dado un extrabajador de la empresa, un mexicano que hasta un mes antes había sido el director de seguridad y que llegó a marcarlos en el primer control. Se trataba de un exmilitar, lo que complicaba aún más la operación. A partir de ese dato, con la colaboración de los agentes españoles y mexicanos en unas horas se logró dar con el escondite: una granja en la que habían encerrado a las dos víctimas en condiciones penosas. Los metieron en una cámara frigorífica y pese a que la desconectaron de la luz conservaba una temperatura gélida, estaban a oscuras, con un cubo para sus necesidades y sin colchón. A uno además lo agredieron.

«En este caso pintaba muy mal. Tenían mucha información de las víctimas y la amenaza era muy clara. Pensábamos que los iban a matar y lo habrían hecho, si no llegamos a tiempo», admiten fuentes de la investigación con alivio tras el desenlace. El miércoles, tres días después del secuestro, los dos españoles fueron localizados y rescatados. «He vuelto a nacer» , confesó uno de ellos a uno de los veteranos policías.

El exmilitar y extrabajador de la empresa fue quien organizó y planificó el secuestro. Para ello contrató en Ciudad de México a un grupo de experimentados secuestradores, dos de los cuales custodiaban a las víctimas y fueron también detenidos.

Los dos agentes que viajaron a Puebla y que aún continúan allí forman parte del Equipo de Intervención en el exterior de la Policía Nacional, un grupo de agentes que bajo otro nombre son los artífices de la liberación de 43 españoles desde 2001 secuestrados en América, Asia, Europa y África.

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