El día en que Trapero optó por dejar de ser policía

Policías y guardias civiles con los que trabajó en el pasado, decepcionados por su deriva profesional: «Ya no es de fiar»

El mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero AFP
Pablo Muñoz

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Fue Alfredo Pérez Rubalcaba, entonces ministro del Interior , quien «bendijo» al policía Josep Lluís Trapero –mucho antes de ser mayor– para que se sumara a una operación liderada por la Policía Nacional y la Fiscalía Anticorrupción allá por 2009. La idea no partió del ministro, pero cuando se le propuso le pareció interesante que los Mossos d’Esquadra se sumaran a «Java» , el cuarto gran golpe contra la mafia rusa y georgiana en España. Trapero, entonces encuadrado en la Judicial de su Cuerpo, puso una condición ya en su primera reunión con los responsables de los servicios centrales de la Policía: no podía entrar la Jefatura de Policía de Barcelona porque ese era su «territorio». Hubo tiras y aflojas, pero casi hasta el final logró su objetivo. Fue además una de las primeras veces, si no la primera, que los Mossos se sentaron a una mesa con policías de otros países (Francia, Alemania y Austria). Java acabó como un gran éxito policial y a partir de ese momento Trapero y los suyos aparecieron en otras operaciones conjuntas en las que continúan. Al menos hasta el domingo.

«Ahora no sabemos qué va a pasar –confiesa un inspector de la Comisaría General de Policía Judicial que lleva años trabajando con la Policía autonómica en organizaciones criminales– Yo me fío de las personas concretas, pero de sus jefes...» . Quienes han tratado de tú a Trapero durante años destacan su prepotencia. «Siempre ha tenido ese punto chulesco y nosotros hemos comentado muchas veces que su fulgurante crecimiento policial era por ser del partido». Un comisario principal va más allá:«Quienes no quisieron ver que no cumpliría se engañaron a propósito. Muchos no nos fiábamos de él, pero también ha tenido grandes defensores fuera de su Cuerpo. Ahora que le pidan explicaciones», ironiza.

Uno de los éxitos de Trapero era su capacidad para ganarse la confianza de la mayoría de sus interlocutores: «Siempre decía que era policía, solo policía, y la verdad es que se ha trabajado muy bien con él», explica otro mando de las Fuerzas de Seguridad. «Técnicamente es bueno, trabaja mucho y hasta que ha llegado esta situación todo lo que decía lo cumplía . Por supuesto es solo una opinión, pero quizá sabía que no iba a seguir mucho en el cargo y decidió ayudar a la Generalitat para hacerse después con un puesto político».

La actitud del mayor ha sido un duro golpe para los que siempre le han defendido, también en ocasiones delicadas como cuando fue fotografiado y grabado en una comida informal con invitados como Pilar Rahola o Puigdemont .

Hay otra característica de Trapero. No es cobarde y mañana no se escudará detrás de sus subordinados... Salvo que también haya cambiado en eso.

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