Un documento de ERC pone en jaque el plan de Sánchez con Cataluña

La Guardia Civil intervino una hoja de ruta secesionista que recogía la mesa de negociación con el Gobierno de Sánchez

Acto de unidad de los políticos presos, Carme Forcadell, Joaquim Forn, Raúl Romeva, Jordi Sánchez, Jordi Cuixart, Oriol Junqueras, Josep Rull, Jordi Turull y Dolors Bassa Pep Dalmau | Vídeo: Aragonès: "El conflicto político no acabará sólo con los indultos" (EP)

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Un documento intervenido por la Guardia Civil en octubre pasado al exconsejero de ERC Xavier Vendrell, en el marco de la operación Volhov, demuestra hasta qué punto la nueva ‘hoja de ruta ’ del secesionismo estaba diseñada desde hace ya meses y proyecta una sombra de duda sobre los pasos que empieza a dar el Gobierno de Pedro Sánchez para contemporizar con el secesionismo. Según el documento, desvelado por ‘El Confidencial’ y a cuyo contenido ha tenido acceso ABC, el plan soberanista quiere utilizar la mesa de negociación entre el Ejecutivo y la Generalitat para debilitar al Estado y utilizar la jurisprudencia europea para reducir las penas por declaraciones unilaterales de independencia y retocar los delitos de sedición o rebelión. Lo primero está por ver si finalmente se produce; lo segundo ya es una realidad palpable.

Las fuentes consultadas no especifican la fecha en que se elaboró ese documento, pero forzosamente tuvo que ser después de la sentencia del ‘procés’, el 14 de octubre de 2019. Para llegar a esa conclusión se basan en que en él se hace referencia a «reducir las penas» por la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) en los tribunales europeos, un debate que se planteó después de que el Tribunal Supremo se pronunciase sobre esos acontecimientos.

Es llamativo que en el documento, que estaba alojado en el teléfono móvil de Vendrell, se abogara por aprovechar la mesa de diálogo entre el Ejecutivo central y la Generalitat, que se va a retomar en las próximas semanas, para «abrir los ojos a los catalanes» y aprovecharla para «enfrentar Gobierno (catalán) y Estado» . En estos momentos al frente de la Generalitat está Pere Aragonès, de ERC, al igual que la persona a la que se intervino el documento, por lo que surgen dudas de si ese diagnóstico es compartido por el nuevo ‘president’ y, por tanto, de si los pasos que ha dado este no son más que un mero seguimiento de esa estrategia.

De la misma forma, y al tratarse de una operación de la Guardia Civil, no es descabellado pensar que el Ministerio del Interior, y por extensión Presidencia del Gobierno, han tenido acceso al documento y que aun así hayan puesto en marcha la operación de los indultos a los presos políticos catalanes y la reactivación de la mesa política entre ambas administraciones. No obstante, las fuentes de ambos departamentos consultadas por ABC aseguraron no tener constancia del contenido del informe.

Tres fases

La nueva ‘hoja de ruta’ independentista intervenida a Vendrell divide el nuevo proceso en tres momentos: «Prepararnos, votar y culminar»; es decir, alcanzar la independencia, que es su objetivo irrenunciable. En la primera de ellas se prevé «ensanchar la base social ERC y JxCat» y «utilizar la mesa de negociación para abrir los ojos de más catalanes» , así como «aprovechar la situación económica» para convencer a más ciudadanos de las bondades de la independencia. También, como ya se ha señalado, «confrontar al Estado en la calle defendiendo el Parlament y las instituciones».

Según la estrategia diseñada por el independentismo, hay que denunciar la supuesta vulneración de derechos humanos, «acorralar al Estado judicialmente», debilitarlo «con la contracción económica» y «ejercer la desobediencia civil». En este plan estratégico del secesionismo otro de los objetivos es conseguir la complicidad internacional con una campaña para llevar a la comunidad internacional el convencimiento de que la solución para Europa es una Cataluña independiente. Para ello, se anima a «aprovechar el sentimiento antieuropeo de la derecha española causado por los tribunales europeos» y a apelar a una mediación internacional. Todo ello muy poco compatible con una supuesta buena voluntad para llegar a un entendimiento entre el Gobierno y la Generalitat que no pase por la asunción de los postulados de esta última.

En el apartado de «votar» se proyecta superar el 50 por ciento de los votos «de forma estructural» en unas elecciones autonómicas que no precisa, pero que cabe identificar con las del pasado 14 de febrero, así como convocar unos comicios catalanes con carácter plebiscitario, lo que por el momento no ha sucedido, aunque las fuerzas secesionistas aprovechan cada convocatoria para tratar de darle ese carácter.

En el caso de conseguir la mayoría de los votos, la idea del documento intervenido a Xavier Vendrell es la de volver a plantear un ultimátum al Estado y a la comunidad internacional para negociar una «solución política definitiva en el conflicto».

Pasos cumplidos

En este escenario, la última fase, la de conseguir la independencia, se plantea con dos alternativas distintas. O bien se negocia un referéndum –el Gobierno de Sánchez no reniega de ello siempre que haya un acuerdo sobre un estatuto de autonomía–, o en el último caso, si no hay una cesión por parte del Ejecutivo, se plantea una Declaración Unilateral de Independencia.

Si el documento intervenido a Vendrell –hay que insistir, exconsejero de ERC y alto cargo de esa formación– no va más allá de un simple informe sobre ideas abstractas no habría mayor problema. Lo que preocupa a las fuentes consultadas por ABC es que parte de la ‘hoja de ruta’ parece cumplirse con la complicidad del Gobierno. Y eso son palabras mayores.

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