Suárez Illana: «Eso de las tres derechas no es cierto; Cs es socialdemocracia»

Tras protagonizar el tropiezo de la semana del PP, el presidente de la Fundación Concordia y Libertad expresa su compromiso «en cuerpo y alma» con el proyecto político de Casado. Es el número dos de la candidatura del PP por Madrid

Ignacio Gil

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Adolfo Suárez Illana (Madrid, 1964) ha tenido un estreno como número dos del PP por Madrid un tanto accidentado, al entrar al trapo de un asunto, el aborto, en el que los populares no dejan de tropezar. El candidato lo ha pasado mal estos días con la polémica del aborto y los neandertales, sobre la que tuvo que rectificar y pedir disculpas. Ahora pasa página, da por zanjado ese capítulo y está totalmente concentrado en volcarse en el proyecto de Casado, tras dejarlo todo en su vida profesional como abogado.

Como número dos en la lista de Madrid ocupa el mismo puesto que tuvo Soraya Sáenz de Santamaría. ¡Cómo ha cambiado el PP!

Es un puesto de una extraordinaria responsabilidad, significa un honor enorme que un partido como el PP te lo ofrezca, y solo espero estar a la altura de aquellos que me han precedido en esta posición y en el Parlamento, y ser digno del aplauso a la salida, como nos gusta a los toreros, cuando acaba la faena.

También es un puesto que suele estar ligado a una vicepresidencia si se gobierna.

En este caso está ligado al presidente de la Fundación Concordia y Libertad. El futuro no lo conozco.

¿Qué le ha pedido Pablo Casado?

Compromiso absoluto, trabajo y nada más.

¿Su compromiso llega a estar en la oposición también, si no gobiernan?

Absolutamente. Yo he dejado mi vida profesional para entregarme a este proyecto. No sé lo que nos depara el futuro, pero si Dios me da salud, inteligencia y capacidad, y el presidente Casado me da sitio, estaré a su lado en el Congreso el tiempo que sea necesario.

¿Es un compromiso personal con Casado?

Y con el PP. Yo soy miembro del PP desde hace 17 años, he asumido candidaturas que nadie quería asumir en su momento, he aceptado derrotas sin hacer ninguna alharaca, he dejado incluso mi escaño porque se me ofrecía ir a una institución distinta por la que había sido elegido, en el Senado, en vez de mantenerme en la oposición en Castilla-La Mancha. Preferí no estar en política activa a estar en un puesto distinto por el que había sido elegido. He sido tentado con muchos millones de euros para formar una alternativa al Partido Popular y he seguido leal a este partido. Mi compromiso es absoluto con el PP y, por supuesto, con mi presidente, Pablo Casado.

Es Casado el que le ha ilusionado y convencido para volver...

Creo en el proyecto, y me ha hecho generar la suficiente ilusión como para involucrarme en cuerpo y alma y dejarlo todo para ponerme a su lado.

Ha tenido un estreno complicado con la polémica por sus declaraciones sobre el aborto y los neandertales. El PSOE, Podemos y Ciudadanos han acusado al PP de regresar al pasado. ¿Qué propone exactamente?

Ese asunto está suficientemente aclarado y, en ese sentido, el PP propone una ley de apoyo a la Maternidad para que todas las mujeres que libremente decidan ser madres lo puedan ser, teniendo para ello todas las ayudas económicas, laborales y fiscales que se puedan facilitar.

¿Le sorprendió la reacción por desproporcionada? ¿Cree que estas polémicas pueden quitar votos al PP?

No voy a hacer ningún comentario más sobre esa polémica.

¿Cree que la derecha sí ha sido algo cobarde al no cumplir su promesa de reformar la ley del aborto?

Es tremendamente valiente plantear la ley de apoyo a la Maternidad que le acabo de comentar.

Hablemos de la renovación del PP. La revolución en las listas ha sido total, tanto que apenas quedan «marianistas» o «sorayistas». ¿Ve positivo que se prescinda de ellos en primera línea?

Hace muy poco se nos estaba acusando por falta de renovación, porque no había savia nueva. Y ahora se nos acusa porque hay mucha savia nueva, es curioso. Cuando además ni era cierto lo anterior ni lo de ahora. El partido es una sucesión, hay gente que nos ha entregado el testigo y nosotros entregaremos el testigo el día de mañana a una nueva generación. Eso no se hace de una forma abrupta, se hace de una forma pausada en el tiempo, hay momentos que son más críticos, los de las elecciones, donde lógicamente se producen cambios en las listas, pero se procura conservar la mejor parte cuando se puede. También hay ciclos vitales de gente que quiere cambiar, y hay que atraer talento y personas distintas comprometidas con el proyecto y capaces de llevarlo adelante.

Adolfo Suárez Illana con el líder del PP, Pablo Casado EFE

Solo constato que han desaparecido de las listas, porque no están.

Yo he defendido a Mariano Rajoy muchísimas veces. ¿Estoy ahora en contra de Rajoy? No. Soy leal al partido, he defendido al partido en sus distintas etapas. No hay enfrentamiento entre una y otra, hay sucesión. ¿Ha cometido errores Aznar? Sí. ¿Ha cometido errores Rajoy? Sí. ¿Los va a cometer Casado? Sí, seguro: todos cometemos errores y aciertos. No hay esa ruptura, ni se ha barrido aquí o allá.

¿No habría sido más enriquecedor mayor presencia de los pesos pesados que estaban en primera fila hace solo unos meses?

Se ha ofrecido, pero hay gente que tiene ciclos vitales y prefiere dar un paso atrás. Y eso no significa romper con el partido.

¿Este nuevo ciclo político del PP cuánto debe durar si no se ganan las elecciones?

Es muy difícil hacer un plan de negocio como se hace en una empresa. Aquí tienes la incertidumbre de la política, de las elecciones. Si consiguiéramos llegar al Gobierno en estas primeras elecciones y estamos dos periodos, yo creo que para mí personalmente sería un momento de dar un paso atrás y permitir que hubiera una renovación. Puede ser un poco más largo o más corto, depende de las circunstancias y de cómo se produzca la renovación.

¿Y si se quedan ahora en la oposición?

En la oposición también, por supuesto.

La división del centro-derecha puede ser decisiva el 28 de abril. ¿Qué le parece que Ciudadanos proponga un Gobierno de coalición ahora, después de rechazar listas conjuntas con el PP?

Con todo mi respeto hacia un rival político, Ciudadanos es bastante inconsistente en el tiempo con sus propuestas. Ha dicho sí, no y lo del medio en la prisión permanente revisable, en el impuesto de sucesiones y donaciones, en las mujeres de 16 años para abortar sin el permiso de sus padres, ha dicho que no al apoyo del PSOE de Sánchez, que no al PP con Rajoy, y al final firmó con Sánchez y con Rajoy. Mire, hubo un tiempo para hacer ese pacto y no quisieron. El pacto que tenemos que hacer ahora es con los ciudadanos, y decirles si quieren tener a Sánchez o a Casado en el Gobierno, porque esas son las dos únicas opciones y no hay intermediarios para ello.

Sánchez sabía perfectamente que la fragmentación del centro-derecha le iba a favorecer cuando convocó las elecciones. ¿Hasta qué punto puede ser letal esa división?

Es curioso que se incluya en el centro-derecha a Ciudadanos, porque no es un partido de centro-derecha, es un partido socialdemócrata, es una escisión del Partido Socialista de Cataluña. Pero han sido muy hábiles desde el PSOE, porque parece una alternativa razonable al PP, cuando no lo es. El que quiera votar socialdemocracia que vote a Ciudadanos, el que quiera votar centro-derecha que vote al PP.

Pues hubo millones de votantes del PP que se fueron a Ciudadanos.

Sí, sí, han sido eficaces en esa división, pero no es real y hay que decirlo. No es derecha. Eso de las tres derechas no es cierto.

¿Existe o existió esa derechita cobarde de la que habla Abascal?

Yo lo que puedo asegurar y le aseguro es que ni soy, ni he sido ni seré jamás esa derechita cobarde. Y usando una frase que me ha encantado del presidente Casado, los verdaderos valientes normalmente no presumen de serlo.

«Yo lo que puedo asegurar y le aseguro es que ni soy, ni he sido ni seré jamás esa derechita cobarde»

-Hablemos de las otras dos derechas. PP y Vox están en una dinámica de lanzarse dardos envenenados entre sí. Parece difícil el entendimiento.

Hace poco nos criticaban por no diferenciarnos de Vox, y ahora nos critican porque nos lanzamos dardos. Primero, yo no he lanzado dardos, puñales, dagas ni insultos a ninguno de mis rivales. Eso sí, los hemos recibido de casi todos. Y vemos que Vox no siempre ha defendido lo que dice ahora. Nunca he visto criticar a las autonomías al señor Abascal y resulta que ahora es antiautonomista. Es curioso. Yo no sé si ha defendido los toros toda su vida, pero ni a Miguel Abellán ni a mí, que nos hemos jugado la vida en el ruedo, nos va a dar lecciones de defender la tauromaquia o la caza o el mundo rural. Y eso de llamarnos derechita cobarde, oiga a nosotros nos han matado, nos han perseguido y es una falta de respeto.

¿Comparte su propuesta sobre las armas para defensa personal?

El PP se tiene que preocupar de crear unas condiciones para repartir trabajo entre los españoles y no armas.

¿Cómo esperan recuperar el voto que se fue a Vox?

Se recupera ilusionando, significa imaginar un futuro mejor y trasladarlo a un programa. Los españoles quieren una economía sana y eso sabe hacerlo el PP, es experto. Eso lo unimos a la seguridad que demanda el ciudadano, certidumbre respecto a lo que le dicen los partidos, y el PP cumple sus promesas. El PP además garantiza el cumplimiento de la ley, siempre, en cualquier caso y lugar y no le tiene miedo. Y el PP ofrece concordia. Los ciudadanos quieren vivir en paz y libertad. España aprendió en la Transición a compartir los sueños y no imponerlos.

El votante del PP que se marchó a Vox está indignado con las políticas de ese partido cuando gobernó. Y no acaba de creer que hayan cambiado.

No soy un gran experto en fútbol, pero oiga yo soy un jugador al que han sacado en la segunda parte del partido y vamos perdiendo 4-0. Y me están hablando todo el rato de aquel al que yo sustituí y lo que hizo el míster en la primera parte. Oiga, estamos en la segunda parte, en un equipo nuevo, generando muchísimas propuestas e ilusión, un juego distinto… Júzgueme por lo que estoy haciendo yo, no por lo que se hizo en el pasado. Estamos mirando al futuro. Si alguien está enfadado, tendrá que desenfadarse.

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