TV3 sigue como punta de lanza del soberanismo a seis semanas del 21-D

La televisión de la Generalitat todavía considera «presidente» a Carles Puigdemont

Daniel Tercero

«Buenas tardes, ciudadanas y ciudadanos de la República catalana». La locutora Mònica Terribas inició con estas palabras el especial de Catalunya Ràdio el viernes 27 de octubre, solo unos minutos después de que el Parlamento autonómico aprobase ilegalmente la declaración de independencia de Cataluña. Más de una semana después, Terribas no se ha retractado ni ha explicado a sus oyentes dónde quedó la «República catalana».

Desde aquel 27 de octubre, los medios de comunicación de la Generalitat, bajo el paraguas de la marca Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) y con un presupuesto de más de 236 millones de euros , niegan la legalidad, no aceptan la realidad y, en consecuencia, desinforman a espectadores y oyentes, especialmente en los espacios informativos.

Para TV3, en múltiples ocasiones, Carles Puigdemont es todavía el «presidente legítimo» de la Generalitat (mientras José Montilla aparece como «expresidente», evitando así el recurso protocolario de que todo expresidente de la Generalitat es siempre considerado «presidente») y de él se informa que está en el «exilio», dando por buena la posición que defiende el nacionalismo cuando considera «presos políticos» a los exconsejeros en prisión preventiva.

De la misma manera, Santi Vila sigue siendo «consejero» y como tal se le nombró tras su salida de la prisión de Estremera (Madrid) previo pago de los 50.000 euros de fianza impuestos por la jueza instructora de la Audiencia Nacional. TV3 está volcada totalmente en esta estrategia de legitimación del gobierno cesado. Tanto es así que el «mensaje institucional» (¿de qué institución?) de Puigdemont, desde Bruselas (Bélgica), tras la entrada en prisión preventiva de nueve de sus exconsejeros , se emitió en exclusiva por TV3, como cuando Puigdemont se dirigía a la ciudadanía desde el Palacio de la Generalitat.

Desde las pantallas también se ha intentado «limpiar» al abogado del expresidente autonómico, el belga Paul Bekaert, al que se le elogia por ser especialista en la defensa de «los derechos humanos», mientras se dice de refilón, o se omite, directamente, que es el jurista que más ha ayudado a los etarras instalados en Bélgica para no tener que dar cuentas ante la Justicia española.

El goteo es constante y disimulado. Ayer, el programa de debate del sábado por la noche -cuya pluralidad política brilló por su ausencia- llevaba por título: «Gobierno en la prisión» . No importa, según parece, que la entrada en prisión preventiva de los exconsejeros se hiciera después de que aquellos cesaran de sus cargos gubernamentales.

En esta constante, el jueves pasado, el programa de humor «Polònia», que se emite en TV3 y lo dirige Toni Soler, optó por no salir en antena. Lo anunció el mismo Soler desde su cuenta de Twitter, a las 19.13 horas, poco después de que fuera notificada la entrada en prisión preventiva de los nueve exconsejeros de Puigdemont: «No hay programa, no hay ganas de broma. Nos vamos a la calle. Libertad presos políticos ». El sarcasmo, por lo visto, sí tiene límites para unos humoristas que no se han privado cuando se trata de buscar la carcajada contra el Real Madrid, el PP, el Gobierno de España, el PSOE o Ciudadanos, por recordar los casos más significativos.

Tertulianos numantinos

Cada noche, en el canal 3/24, el canal de información continua 24 horas de la CCMA, es el turno para un programa de análisis político y debate de la jornada. Lo presenta Xavier Graset y en él el debate es prácticamente inexistente , solo salvado por algunos tertulianos, casi numantinos, como Argelia Queralt o Iva Anguera.

Como es habitual en este tipo de espacios, el programa empieza con un editorial del presentador. Así lo hizo Graset el pasado 31 de octubre, martes: «Un presidente en el exilio en 2017. Se pueden pellizcar pero es en esta condición como hemos visto al presidente Puigdemont y a una buena parte de los consejeros que le han acompañado a Bruselas». Tal cual.

Estos son solo algunos ejemplos de los últimos días que se suman a los recurrentes y habituales. Es un clásico ya que «Els matins» siga, cada mañana, en TV3 con tertulias sin rigor y sin intercambio de ideas ni propuestas. Todos a una, en el mejor de los casos. O que los informativos sigan con el mapa del tiempo en el que muestran a los «Países Catalanes», como si fuera un concepto político, e ignoran a la vez el tiempo en España, que solo incluyen cuando se refieren a Europa. Y no hay que olvidar que los medios de la CCMA siguieron emitiendo publicidad del referéndum ilegal del 1-O después de que la Justicia hiciera expresa su ilegalidad.

Poco antes de la aprobación de las medidas del 155 en el Senado, los directores de TV3, Vicent Sanchis, y Catalunya Ràdio, Saül Gordillo, aparecieron en «sus» medios para advertir al Gobierno de España de que no aceptarían las órdenes que recibieran del interventor legal correspondiente. «No renunciaremos a continuar trabajando, a hacer la programación y los informativos», señaló Sanchis. No hizo falta desobedecer ninguna orden. El Senado eliminó la petición del Gobierno para controlar los medios públicos autonómicos.

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