Las mentiras del «Gobierno legítimo de Cataluña»

Puigdemont ofrece un discurso a la prensa internacional plagado de victimismo, falsedades y tergiversaciones, propio de una realidad paralela

Puigdemont y el resto de consejeros cesados, durante la rueda de prensa de ayer REUTERS

DANIEL TERCERO

Carles Puigdemont, haciendo gala de la representación del nacionalismo catalán por excelencia, defendió su posición en Bruselas (Bélgica) con varias mentiras en su discurso.

«Ofensiva altamente agrevisa» del Gobierno

Instalado en un lenguaje de amigo-enemigo, el expresidente autonómico llegó a decir que el Gobierno de España «tolera» y «ampara» la violencia de extrema derecha. Una barbaridad sin precedentes que se desmonta al comprobar la manera «quirúrgica» en la que el Ejecutivo está aplicando el artículo 155.

Rechazo del «diálogo hasta el infinito»

Una y otra vez, tanto Puigdemont como sus exconsejeros, han defendido que el Gobierno no quiere «dialogar» con ellos. Sin embargo, cuando Puigdemont habla de «diálogo» tan solo se refiere a que el Ejecutivo ceda a sus pretensiones de celebrar un referéndum de autodeterminación, al que Cataluña no tiene derecho por más que el nacionalismo lo repita una y otra vez.

Presidente del «Gobierno legítimo de Cataluña»

En su discurso de ayer en Bruselas, Puigdemont recordó, en varias ocasiones, que él seguía siendo el presidente de la Generalitat y, como tal, estaba al frente del «Gobierno legítimo de Cataluña». Nada más lejos de la realidad. Por más que el postureo es máximo -Junqueras y otros cuatro exconsejeros mostraron una fotografía, ayer, de un encuentro simulando una reunión ejecutiva-, su gobierno catalán quedó desbaratado el viernes por la tarde.

La querella se refiere a «hechos políticos»

Según Puigdemont, la querella del fiscal general del Estado «no se sustenta jurídicamente» y se basa en «hechos políticos». Saltarse la ley, los dictámenes del Tribunal Constitucional y las recomendaciones de los letrados del Parlamento de Cataluña son, para el expresidente autonómico, «hechos políticos». Las «leyes de desconexión» aprobadas en el Parlamento de Cataluña se tramitaron y firmaron por el entonces gobierno catalán siendo conocedores de su ilegalidad.

«La falta de imparcialidad» de la Justicia

Un argumento recurrente del nacionalismo catalán es que no existe separación de poderes en España y así lo indicó Puigdemont ayer, que se considera un perseguido político. Pese a esto, unos ejemplos sirven para desmontar esta tesis : la decisión de la fiscal en el caso Gürtel acusando al PP, la prisión preventiva en la que se encuentra el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González y los casos Matas y Camps.

Los problemas se resuelven en las urnas y no «encarcelando políticos»

Una derivada del punto 5 de esta lista, es la que establece que en Cataluña existe un problema político y que hay que resolverlo en un referéndum. Pero la solución no puede llegar de quien aviva el problema, es decir, del nacionalismo. Y por ello en España no se «encarcela políticos», se encarcela a ciudadanos que han cometidos delitos, ejerzan de políticos o no.

«Un reto democrático», evitando que se cumpla la Constitución

Como adelantaron el PDECat y ERC , el independentismo catalán acudirá a las elecciones autonómicas del 21-D, efecto de la aplicación del 155, y lo argumentan como «un reto democrático». Más allá de criticar y aceptar (al mismo tiempo) esta medida del Gobierno, Puigdemont pidió a los funcionarios que «hagan todo lo posible para evitar» su aplicación, alejándose de cualquier concepto básico de democracia y respeto a la ley.

«Le pido a Europa que reaccione»

En un ya clásico argumento del victimismo, y después de radiografiar España como si fuera una especie de Kosovo , Puigdemont exhortó a Europa para que «reaccione» contra el Gobierno. Europa y el mundo ya han reaccionado desde el viernes: apoyo total al Ejecutivo de Rajoy.

«Es en el terreno de la democracia donde siempre hemos ganado»

Una vez aceptado que el próximo 21-D se celebrarán elecciones, Puigdemont defendió que el nacionalismo siempre gana e incluso llegó a retar al Gobierno a que aceptase el resultado de las urnas. ¿Pero cuándo un Gobierno de España o el PP o el PSOE o Ciudadanos no han aceptado el veredicto de las urnas? Es más, solo el nacionalismo se niega, una y otra vez, a aceptar la pluralidad electoral.

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