Santa Pola puede esperar

La plaza de registrador de la propiedad en Santa Pola ha vuelto a ser adjudicada a Mariano Rajoy, tras su división en dos demarcaciones

Este artículo fue publicado en ABC el 15 de marzo de 2008

David Martínez

No está, pero se le espera. Aunque es probable que transcurran aún bastantes años antes de que el presidente del PP, Mariano Rajoy , regrese a su plaza como registrador de la propiedad en la localidad alicantina de Santa Pola. Una plaza, en propiedad, que ya ocupó durante unos años antes de 1990. El Ministerio de Justicia adjudicó ayer a Mariano Rajoy la plaza de registrador en Santa Pola. Puesto que nunca dejó de pertenecerle ¿está en excedencia desde el citado año¿, pero que se le ha vuelto a conceder merced a la nueva estructura organizativa de los registros.

Compañeros de promoción

Según explica Francisco Riquelme, su eterno sustituto provisional ¿«registrador accidental permanente»?, como se define él mismo, Santa Pola se ha dividido en dos demarcaciones. El Ministerio ofreció a Rajoy, como titular, la posibilidad de elegir su «nuevo» destino: Santa Pola 1. Precisamente el que ahora ocupa interinamente, pero sin fecha de caducidad ¿así ha sido en los últimos dieciocho años¿ Riquelme.

El registrador santapolero ha coincidido poco con el dueño de su plaza en los últimos años, aunque no han perdido el contacto. Una relación «más personal que política», afirma. Recuerda nítidamente sus correrías como compañeros de promoción. « Los dos nos licenciamos en 1978, y coincidimos aquí », explica. «Mariano sólo estuvo dos años ¿entre diciembre de 1987 y abril de 1990¿, pero le cogió mucho cariño a la provincia de Alicante».

Recuerdos difusos

En cualquier caso, el paso de los años ha difuminado su recuerdo entre los vecinos de Santa Pola, y sus evocaciones de Rajoy parecen «creadas» tras su ascenso político , más que reales.

El dependiente de una tienda náutica, a sólo unos metros del Registro, llega incluso a afirmar que « Rajoy no llegó a ejercer » de registrador. Otros sí son capaces de evocarle frente al mar alicantino, siquiera porque su trayectoria institucional les ha «refrescado» la memoria.

Pero la Santa Pola que Rajoy, si así lo decide, se encontrará -si es que algún día opta por el regreso- se parece en poco a la que dejó. Algo así sucede con el Registro: un edificio moderno y diáfano, en los bajos de la calle Soria ¿que desemboca en el paseo marítimo¿, con una actividad que se puede calificar, generosamente, de escasa. Sea o no achacable a la «crisis del ladrillo».

Riquelme se ha acostumbrado al morbo que despierta su interinidad, y asume con naturalidad condescendiente las preguntas sobre la etapa como registrador del líder popular. Ocupación que requerirá de Rajoy un intenso «curso de reciclaje», si le llega el momento de regresar: « Las cosas han cambiado mucho ».

Quizá llegue el día en que Rajoy se instale de nuevo entre los aguerridos pescadores de Santa Pola. Quizá no. Su futuro, en cualquier caso, ya está registrado. Como los inmuebles que el hoy líder de la oposición inscribió entre 1987 y 1990.

* Este artículo fue publicado en ABC el 15 de marzo de 2008

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