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Rajoy y Sánchez, ayer, antes de iniciar su reunión - Jaime García

Sánchez supedita su apoyo a Rajoy a que abra el diálogo con Puigdemont

Exhiben unidad frente al referéndum unilateral pero el líder del PSOE avisa de que él tomará la iniciativa política si el presidente sigue a la «defensiva»

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Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se vieron ayer en Moncloa durante dos horas y media. Un encuentro inusualmente largo para este tipo de citas en el que ambos líderes superaron diferencias para encontrar un espacio institucional de diálogo que no necesariamente se traducirá en acuerdos. El presidente salió «satisfecho», según afirmaron luego fuentes de su equipo, que creen muy positiva la cordialidad con la que se desarrolló el reencuentro.

Aunque ambos exhibieron su unidad ante el desafío planteado en Cataluña, los socialistas matizaron después que tratarán de tomar la iniciativa política si el diálogo entre ambos gobiernos no cristaliza. «Sería bueno que el presidente del Gobierno se reuniera con el señor Puigdemont», dijo Sánchez en una entrevista nocturna en Telecinco.

Algo que en Moncloa ven difícil dada la posición intransigente del secesionismo.

En la reunión tuvo un espacio especial la situación de Cataluña, aunque ambas partes destacaron también la sintonía en materia internacional para evitar que la cita fuese concebida como un monográfico catalán. Se soslayaron, sin embargo, las cuestiones económicas como el techo de gasto, la reforma laboral o el acuerdo de libre comercio con Canadá, CETA, para no arruinar el clima de entendimiento en su respuesta a Puigdemont.

«Coincidencia sustancial»

El secretario general del PSOE reiteró al presidente del Gobierno que siempre va a encontrar a su partido «en la defensa de la legalidad y la Constitución», como ya le expresó en su conversación telefónica del pasado 28 de mayo, después de la victoria de Sánchez en las primarias socialistas. Desde el Ejecutivo se celebró la «coincidencia sustancial en lo esencial», como lo definió el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo. «La prioridad y la coincidencia sustancial entre ambos es declarar inaceptable este referéndum y la violación sistemática de las leyes», indicó en una comparecencia que no se decidió hasta el final.

Fue la portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, Margarita Robles, la encargada de comparecer ante los medios y manifestar una vez más que el PSOE se opone al referéndum planteado por los independentistas y a cualquier «iniciativa unilateral». Ambos exhibieron una posición conjunta contra el referéndum y acordaron abrir un canal de «comunicación permanente». Rajoy le ofreció a Sánchez un hilo directo en el asunto catalán, pero también en el resto de asuntos de Estado. Desde ambas partes se trató ayer de quitar excepcionalidad a esta nueva relación. Un portavoz de la Presidencia del Gobierno afirmó que la evidente enemistad que hasta ahora han mantenido se explicaba por su pugna por conquistar La Moncloa.

Asumir el liderazgo

Con su explícita defensa de la legalidad, el PSOE se pone frente a los independentistas, pero tampoco quiso trasladar Robles que vayan a atarse a la estrategia política del Gobierno en esta materia. Es más, apremió a Rajoy a un cambio de actitud. Por eso se trata de un apoyo condicionado. Según Robles, Pedro Sánchez transmitió a Mariano Rajoy que «es imprescindible buscar vías de diálogo» con la Generalitat de Cataluña. Y que en ese espacio el Gobierno de España «debe aportar soluciones».

El PSOE descarta competir por el momento con el Gobierno a la hora de plantear soluciones respecto al desafío independentista. Pero le advierte que si ese diálogo entre ambos gobiernos no se produce o no fructifica «el PSOE va a tener iniciativa en esa materia». En su entrevista, Sánchez dio muchas más pistas e insistió en la idea de dar una «solución política» que podría articularse «entre todas las fuerzas parlamentarias en el Congreso mediante una acción legislativa que pueda distender la situación». Y se refirió a la necesidad de «abrir una subcomisión para la reforma constitucional». Lo hizo recordando a Rajoy que «ya no hay mayoría absoluta y los grupos podemos hacer mucho para alterar y encauzar ese diálogo legislativo». Un claro aviso de que tratará de liderar una respuesta política alternativa si la situación entre el Gobierno central y la Generalitat sigue bloqueada.

El alineamiento con el Gobierno es tangencial, ya que no escatima críticas en el papel de Rajoy en esta crisis. Robles acusó al presidente y líder del PP de parapetarse en una estrategia «defensiva» consistente en ampararse en la legalidad. «Tras cinco años entendemos que el Gobierno no está dando pasos para establecer esos cauces» para solucionar el conflicto, señaló. «El PSOE no se resigna a ser un convidado de piedra», añadió, porque tras cinco años de «inactividad» el conflicto ha ido «a peor».

Para que ese diálogo pueda producirse, Sánchez le pidió a Rajoy «mesura en el tratamiento de lo que está ocurriendo», algo que a su juicio pasa por «evitar determinadas declaraciones que pueden entenderse como una provocación y que a lo mejor son innecesarias». Una cuestión que entronca directamente con la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Aunque Robles aseguró que ayer no se puso sobre la mesa de la reunión la «utilización por parte del Gobierno del artículo 155», en cualquier caso aclaró que «el PSOE entiende que esa solución no sería procedente, y por tanto no la apoyaríamos». El asunto se trató en la Ejecutiva socialista el pasado lunes y hubo consenso en esta posición. La víspera, en cambio, Felipe González no la descartó, por estar dentro de la respuesta legal ante el desafío catalán.

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