Sánchez «salva» su consulta al PSOE

El acuerdo que ha alcanzado el PSOE con Ciudadanos supone oro político para el relato de Pedro Sánchez, tanto en su búsqueda de otros apoyos parlamentarios para ser investido presidente del Gobierno como si el escenario se tuerce y hay que repetir elecciones. Y es que, a partir de hoy, habrá menos dudas en el socialismo de que Sánchez volvería a ser el candidato a la Moncloa.

Sus criticos dudaban de que la jugada le saliera y estaban esperando a que mañana no tuviera acuerdo alguno que someter a la Ejecutiva Federal. Él mismo se había creado esa presión al convocar a referéndum a los 195.000 militantes este fin de semana, con el objetivo inconfesable de sortear el posible rechazo de los barones más fuertes a sus pactos.

Albert Rivera le ha proporcionado esa salida, aunque para ello el líder socialista haya tenido que aceptar una supresión de las Diputaciones que traerá cola en las filas del socialismo; no en vano, Alfredo Pérez Rubalcaba tuvo que renunciar a algo similar para el programa electoral de 2011 por la oposición frontal de muchas federaciones.

Per se, el texto no le sirve a Sánchez para ser presidente en la votación del 2 de marzo, con mayoría absoluta, ni en la del 5 de marzo con mayoría simple, porque PSOE y Ciudadanos solo suman 130 escaños.

Pero introduce un punto más de presión en Podemos para que, como mínimo, se abstenga en la investidura de un gobierno de «cambio reformista». De momento, los de Pablo Iglesias ya han tenido que levantar el veto a que la formación naranja pacte con los socialistas mientras ellos, Compromís e IU siguen sentados por otro.

No obstante, Pablo Iglesias sigue insistiendo en que ellos nunca apoyarán un gobierno en el que esté Ciudadanos, pero han sorteado argumentalmente su veto inicial asegurando que el pacto PSOE-C´s no es tal, son solo «fuegos artificiales» y que si Sánchez quiere ser presidente del Gobierno tendrá que pactar con ellos un verdadero «gobierno de coalición» con Iglesias de vicepresidente.