Sánchez saca pecho de su giro en el Sahara: «el balance es positivo»

El socialista vuelve a quedarse solo en el Congreso al defender que el acuerdo con Marruecos defiende los intereses de España

Gamarra exige a Sánchez que recupere una política internacional «digna» y por consenso

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez EP | Vídeo: EP

Ana I. Sánchez

Ni rastro de autocrítica por las formas utilizadas, la falta de diálogo con el resto de grupos políticos, las denuncias de abandono del pueblo saharaui o la irritación provocada a Argelia. El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez , ha vuelto a defender el giro de 180 grados dado a la posición española en el Sahara poniendo el foco en que ha permitido alumbrar un «nuevo marco de relaciones» con Marruecos, quedándose nuevamente solo en el Congreso.

«El balance aunque provisional, podemos calificarlo de positivo», ha subrayado ante la cámara baja, donde comparece este miércoles para aclarar sus acuerdos con Marruecos . Una rendición de cuentas que realiza forzado por toda la oposición y que ha diluido al añadir en la misma comparecencia sus explicaciones por el último Consejo Europeo sobre la guerra en Ucrania .

Según ha argumentado Sánchez, el giro en el Sahara se ha hecho en defensa de los intereses generales de España porque ha permitido reanudar la colaboración en temas de inmigración con Marruecos, reabrir el Paso del Estrecho y las fronteras de Ceuta y Melilla . En esta última idea ha hecho especial hincapié, insistiendo en que la españolidad de estos dos ciudades no está en cuestión. «La soberanía española sobre Ceuta y Melilla está fuera de toda duda como en cualquier otra parte del territorio nacional», subrayó. Y ello porque aprovechó su viaje a Rabat para trasladar al Rey de Marruecos que España no acepta que «se hable de Ceuta y Melilla como ciudades ocupadas porque son territorio español».

A partir de aquí ha destacado el alcance de un acuerdo sobre «respeto mutuo» entre España y Marruecos para evitar «todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte». Además, ha señalado que otro acuerdo ha sido mantener «un canal abierto entre ambos siempre para aclarar cualquier malentendido y preservar la confianza».

El líder socialista ha defendido este «balance provisional positivo» al mismo tiempo que aseguraba que no va a permitir la utilización de la inmigración como arma de presión, pese a que el pacto con Marruecos sobre el Sahara se produjo meses después de que Rabat orquestara los asaltos de la frontera de Ceuta.

Por todo ello, ha considerado que son todos los demás partidos los que tienen que modificar su posición ante el acuerdo alcanzado con Marruecos. Entre otras ideas fuerza, ya esbozadas en su comparecencia anterior por esta cuestión, ha subrayado que la comunidad internacional está ofreciendo una respaldo creciente a la solución planteada por Marruecos que hoy ha vuelto a catalogar como «la más sólida, creíble y realista». «47 años deberían ser suficientes para entender que tenemos que mover nuestras posiciones», ha defendido aludiendo también así a la larga duración del conflicto.

Otra vez solo

Pero, como era de esperar, ninguno de estos argumentos está convenciendo ni a los propios socios del Gobierno ni a la oposición liberal-conservadora. Todos ellos han vuelto a criticar en tromba lo que tanto la portavoz del PP, Cuca Gamarra , como el presidente de Vox, Santiago Abascal, y la presidenta de Ciudadanos , Inés Arrimadas , han considerado un «bandazo».

La número dos del PP ha criticado que el socialista no haya aclarado las principales incógnitas que rodean al acuerdo con Marruecos: si la cesión de Sánchez se produjo porque Rabat le presionara utilizando material extraído de su móvil con Pegasus y quién negoció el contenido de la carta. Y frente al balance «positivo» del socialista ha hablado de «fracaso» recordando que «aún no se ha creado la aduana comercial de Ceuta y la de Melilla sigue cerrada», y le ha urgido a arreglar cuanto antes el «estropicio» causado a las relaciones con Argelia.

Para Abascal el giro en el Sahara ha sido un «regalo» para Marruecos y ha considerado insuficiente los acuerdos alcanzados con Rabat, exigiendo a Sánchez que exija a Mohamed VI el reconocimiento de la españolidad de Ceuta y Melilla, la repatriación de todos los inmigrantes ilegales, de todos los «delincuentes de nacionalidad marroquí» y el desmantelamiento del tráfico de personas. Ante la evidente soledad de Sánchez ha advertido que el acuerdo con Marruecos no ata a los futuros gobiernos de España ni al Congreso.

Desde Unidas Podemos, Pablo Echenique , mostró el choque frontal que existe entre los dos socios de coalición al volver a reclamar la libre autodeterminación del pueblo saharaui como solución para el territorio, y advirtió que acatar una posición marcada por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump , significa no estar «a la altura» de lo que esperan los votantes de izquierdas«.

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián , achacó el acuerdo con Marruecos a cuestiones de geopolítica energética que ha ocultado Sánchez. «Rabat hace tiempo que está intentando vender miles de kilómetros de desierto del Sahara para instalar pantallas eólicas, miles de energías renovables», señaló, «y a España le interesa aún mas posicionarse como un 'hub' energético europeo».

Desde EH Bildu, su diputado Jon Iñarritu ha acusado a Sánchez de «vender» al pueblo saharaui y ha tachado el acuerdo con Marruecos de «error» geopolítico sin «lógica de Estado» fraguado a espaldas de todos los grupos políticos. «Decía que el balance es positivo, explíquenos en qué«, retó Iñarritu a Sánchez, cuestionándole por qué si es una solución tan buena no ha acudido a presentarla a los campamentos saharauis. Además, el diputado vasco criticó al líder socialista por mezclar dos comparecencias -Sahara y Consejo Europeo- para reducir su rendición de cuentas.

Las explicaciones de Sánchez sobre lo acordado en el último Consejo Europeo -el sexto paquete de sanciones a Rusia- también ha vuelto a exponer su soledad frente a la mayoría de investidura. Echenique volvió a mostrar su oposición a que se envíen armas a Kiev y reclamó que ese dinero se destine a cuestiones sociales. Además cuestionó a la Unión Europea por lo que consideró como subordinarse «a los intereses» de Estados Unidos .

Insistiendo en esa brecha, Rufián cargó contra el jefe del Gobierno acusándole de contradicciones: «no se puede ser republicano y monárquico a la vez, no se puede ser socialista, pero de la CEOE a la vez y no se puede ser pacifista y de la OTAN a la vez». El republicano recomendó a los socialistas un «háganselo mirar» que también le recomendó la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas . Rufián fue aún más lejos que Podemos en el ataque a Sánchez y criticó que pretenda hacer pasar por «estadista» a quien apoya a la OTAN. «Se empieza así y se acaba haciendo una foto con dos criminales de guerra en las Azores», cargó.

 

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