Sánchez permite a Robles pilotar el relevo en el CNI

La ministra designa a alguien de su confianza para relevar a Esteban en el CNI y niega que sea una «destitución»

El Ejecutivo evita explicar los motivos del cese, pero subraya que la nueva directora conoce mejor las tecnologías

La ministra de Defensa, Margarita Robles, durante la comparecencia en el Congreso este martes Jaime García

Mariano Alonso

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Ocho días después de comunicar que los teléfonos de Pedro Sánchez y Margarita Robles habían sido infectados por Pegasus en 2021 y que el asunto se había puesto en manos de la Justicia, el presidente del Gobierno culminó este martes el primer cortafuegos para esa crisis política, sobrevenida a la de las escuchas a Pere Aragonès y otros líderes independentistas. Sánchez cesó a la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban , para satisfacer las demandas de ERC, su socio parlamentario, que amenaza con hacer descarrilar la legislatura. Y al mismo tiempo permitió a la ministra de Defensa pilotar el relevo (la nueva directora del CNI, Esperanza Casteleiro, es la actual secretaria de Estado de Defensa y había sido su jefa de gabinete) y comunicarlo a la opinión pública. Así, el jefe del Ejecutivo mata dos pájaros de un tiro, en principio, aunque ni la fidelidad de los republicanos independentistas ni la satisfacción de Robles dentro de un gabinete donde mantiene una tensa relación con el titular de Presidencia, Félix Bolaños, y donde incluso Unidas Podemos la discute, están garantizadas con este movimiento.

Media hora antes de comenzar la reunión ordinaria del Consejo de Ministros, la vicepresidenta segunda e interlocutora de Podemos en la coalición, Yolanda Díaz, recibía la comunicación de que se cambiaba a Esteban por Casteleiro . Y también de que sería la propia Robles quien comparecería en la rueda de prensa en La Moncloa, junto a la portavoz Isabel Rodríguez, para comunicar la decisión. Un gesto encaminado a presentarla como algo de su competencia y a tratar de evitar la lectura de que sale debilitada de la crisis. Apenas seis días antes, en su comparecencia ante la Comisión de Defensa, Robles había salido a defender a Esteban y había insinuado que correspondía a Bolaños la seguridad de los terminales de los miembros del Gobierno.

Fue un día antes de que Esteban compareciese en la comisión de secretos oficiales y mostrase a los diputados a puerta cerrada las autorizaciones judiciales para las escuchas a dirigentes del independentismo. Este martes, en una comparecencia donde comenzó refiriéndose a un «cambio» en el CNI y dond e tardó varios minutos en pronunciar el nombre de Esteban, cuya dedicación y profesionalidad alabó en todo momento, la ministra evitó explicar las razones de su cese. Incluso negó la mayor, corrigiendo a uno de los informadores que le había preguntado por la «destitución» de la responsable de los servicios secretos. «No le acepto la destitución, sino sustitución. De una funcionaria del Centro por otra funcionaria del Centro» espetó Robles. A otra pregunta sobre las posibles razones del cese llegó a decir, de manera tajante: «No ha pasado nada» .

Lo único parecido a una razón para esa «sustitución» en la cabeza de la Inteligencia española que esbozó la ministra -a menos de dos meses de un desafío de seguridad de la envergadura de la cumbre de la OTAN de junio en Madrid- fueron varias apelaciones a la necesaria «modernización» del CNI y al hecho de que su nueva directora tendría un perfil más adecuado para ese cometido. «Va a dar un impulso, porque conoce muy bien el CNI, y lleva trabajando desde el Ministerio de Defensa en todo lo que es innovación, tecnología, seguridad...» señaló.

Calmar a ERC

El cese de Paz Esteban es la primera cabeza que Sánchez entrega a Pere Aragonès desde que estalló el caso de las escuchas tras las revelaciones de la organización internacional Citizen Lab, y lo hace además antes de la reunión que ambos comprometieron el pasado viernes, cuando coincidieron en la clausura de las jornadas del Círculo de Economía en Barcelona. Hasta este momento, nada había calmado a ERC, que enfrenta en Cataluña la presión de su socio, Junts Per Catalunya, el partido que lidera Carles Puigdemont, mucho más beligerante frente al Gobierno central. Bolaños, incluso, llegó a desplazarse un fin de semana a la Ciudad Condal para darle explicaciones en una reunión bilateral a la consejera de Presidencia de la Generalitat, la republicana Laura Vilagrà. Pero ni ella ni Aragonès bajaron la presión sobre Moncloa . Ambos venían exigiendo explicaciones y ceses, además de la desclasificación de los documentos del CNI que autorizan las escuchas, una posibilidad a la que Sánchez se abrió el lunes ante la Ejecutiva Federal del PSOE, siempre que lo requiera un juez y no atente contra la seguridad del Estado. El primer cese se sirvió en bandeja este martes.

Fue en esa reunión con la cúpula socialista donde, según fuentes conocedoras del encuentro, el presidente se mostró convencido de poder retomar la relación con ERC para lo que queda de legislatura. Ya tenía en la recámara el descabezamiento del CNI dentro de esa estrategia, y por eso el portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, Felipe Sicilia, evitó respaldar a Paz Esteban con la misma contundencia que lo hizo con Margarita Robles. «A día de hoy» matizó convenientemente Sicilia, «no hay ninguna razón para que Paz Esteban no esté en su puesto» . Una leve maniobra de distracción sobre una decisión que ya estaba tomada.

En la misma rueda de prensa, Isabel Rodríguez informó de que un tercer terminal, además de los de Sánchez y Robles, fue infectado, el del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska . Aunque el Gobierno, como informó ABC, tenía serios indicios desde hace meses de la infección con Pegasus de esos teléfonos , decidió no hacerlo público, como el resto de países afectados por ese software israelí, cuya existencia saltó a la opinión pública el año pasado. La versión oficial es que tuvieron conocimiento el último fin de semana de abril, antes de darlo a conocer el lunes dos de mayo en una rueda de prensa convocada de urgencia. Ya para entonces la presión política por las otras escuchas, las realizadas a los independentistas, asediaban al Ejecutivo. La operación de daño controlado efectuada al revelar la vulnerabilidad de las comunicaciones de Sánchez y Robles permitió, en un primer momento, darle un poco de oxígeno político al Ejecutivo, que pasaba de acusado a víctima de unas escuchas. Más adelante llegó la comparecencia de Esteban en la comisión de secretos, facilitada gracias a que se rebajaron las mayorías para constituirla e incluir en ella, por primera vez, a Bildu. Y, luego, tras deslizar durante varios días que «no hubo orden del Gobierno» para las escuchas a los independentistas, como llegó a decir Nadia Calviño, quedó preparado el terreno para la destitución de la directora del CNI.

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