Imagen del cierre de campana de Pedro Sánchez, arropado por Susana Díaz
Imagen del cierre de campana de Pedro Sánchez, arropado por Susana Díaz - Raúl Doblado

Sánchez desafía a Ferraz e insiste en que el PSOE debe aliarse con Podemos

El exsecretario general confirma que irá a las primarias y la presidenta andaluza le responde con su silencio

Tacha de «gran coalición» la abstención de su partido a Rajoy y propone una «alianza de las fuerzas progresistas»

Sevilla/ - Madrid Actualizado: Guardar
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No pudo haber elegido Pedro Sánchez un escenario mejor para confirmar que se presenta a las primarias por el liderazgo del PSOE. En Dos Hermanas, Sevilla, feudo de Susana Díaz, a quien desafió en un acto con tintes mesiánicos, aclamado por dos mil militantes. «Veo agua en la piscina. Llegó la hora de decirlo alto y claro: en el PSOE la militancia es la máxima autoridad», proclamó. Abandonado por los barones tras su derribo en aquel Comité Federal del 1 de octubre, Sánchez promete cabalgar el descontento de las bases para recuperar la Secretaría General de Ferraz y promete una gran movilización.

Lo hace persistiendo en su «no es no» al PP, su bandera. «Es nuestro adversario ideológico», recordó a sus fieles, a los que volvió a ilusionar con una eventual «alianza de fuerzas progresistas», que no le dio resultado tras abandonarle Podemos en su intento de ser investido

hace un año. Pese a su fracaso, Sánchez insiste en que la única opción del PSOE es entenderse con los de Pablo Iglesias. Reta así a Ferraz, que esta semana presentó un documento de bases políticas en el que define a Podemos como un « populismo destructivo» que busca deslegitimar el sistema. Además, recriminó «la gran coalición» que ha permitido el Gobierno de Rajoy y propuso «una alianza de las fuerzas progresistas».

El exlíder y exdiputado por Madrid se autoproclamó el «candidato de la militancia» y dibujó las primarias de mayo como un «plebiscito» entre «dos opciones»: o la gestora y la candidatura que «tendrá» -dijo sin citar a Díaz-, o él, que se alza como voz de las bases desencantadas por la abstención en la investidura de Mariano Rajoy. Apenas tuvo una mención a Patxi López, el otro candidato oficial hasta hoy. Tiene «legítimo» derecho, dijo.

Solo hay dos opciones en las primarias, insistió: «Entre un PSOE de izquierdas y autónomo, libre de toda injerencia, coherente y creíble». O votar a quien «se abstuvo ante el PP y dejó al PSOE en tierra de nadie», resumió.

Se guardó dentro el resquemor por la traición del exlendakari, que le ha arrebatado los apoyos de tres organizaciones que le eran afines: Madrid, Baleares y País Vasco. López le dio la bienvenida al «debate de las ideas». Ferraz no se pronunció, aunque todos saben que su incorporación a la carrera juega en ventaja de Susana Díaz porque se dividirá el voto crítico hacia la líder andaluza. A ella le lanzó un recado muy claro: «Queremos un PSOE de un militante, un cargo», cortando así el paso a compaginar el cargo de Secretaría General con el de presidenta de la Junta, como es su intención.

Censura a la gestora

Ante un público entregado, que abucheó cada vez que la gestora y la figura de Díaz planearon sobre el discurso, Sánchez formuló ayer una enmienda a la totalidad sobre la gestión de la gestora de Javier Fernández, a la que acusa de traición. «Con todo respeto le digo a la gestora: Os habéis equivocado al facilitar el Gobierno del PP. Porque en lo esencial nada ha cambiado. Bárcenas sigue en la calle y Rajoy en la Moncloa», dijo, resumiendo el desencanto de los allí presentes críticos con la líder andaluza. Incluido el alcalde anfitrión, Francisco Toscano, en el poder desde hace 34 años.

Sánchez llamó a las bases a dar «una lección de dignidad» e independencia. «Hay poderes que desean un PSOE subalterno de la derecha. Vamos a dar en las primarias una lección de democracia, libertad, autonomía política y dignidad», destacó.

Su presentación desbordó las previsiones de asistentes, que triplicaron el aforo y obligaron a llevar el escenario sobre un lago artificial con gradas para 1.500 personas. Muchos llegaron en autobuses de otras partes de España, haciendo ver que el tirón de Sánchez es fuerte. «Os he estado escuchando, sé que muchos de vosotros me queréis como candidato. No soy un político que se ande con rodeos y estrategias de la vieja política. Es el momento de comprometerse, de dar lo mejor de uno mismo así que será un honor liderar vuestro proyecto por España. Aquí en la cuna del socialismo andaluz y español os anuncio que seré vuestro candidato», se postuló.

A la misma hora, Susana Díaz contraprogramó con un acto de partido a 120 kilómetros, en Alcalá de los Gazules (Cádiz). Pero no habló de candidaturas, ni de primarias ni de su futuro porque su programa para llegar hasta Ferraz es otro. Teniendo la plataforma de la Junta de Andalucía, Díaz no iniciará la carrera hasta que no empiecen a contar los plazos orgánicos. Lo contrario sería generar una crisis en el Gobierno andaluz y darle balas a la oposición (tanto interna como política en el Parlamento andaluz). «Ahora no toca hablar de candidaturas. El PSOE tiene una fuerza enorme y nos vamos a levantar muy rápido y en condiciones de volver a ganar muy pronto», aseguró.

La presidenta andaluza mantiene su hoja de ruta perfectamente delimitada aunque la exhibición de fuerzas de Pedro Sánchez en Dos Hermanas no la ha dejado indiferente. Su círculo recuerda, eso sí, que se trata de unas votaciones de militantes que tienen que estar incluidos en el censo. ¿Cuántos de los asistentes ayer a la proclamación de Pedro lo están?

Díaz no ha logrado el respaldo público de Alfredo Pérez Rubalcaba tal y como le hubiera gustado a pesar de que los dos estaban anunciados en los carteles de la celebración de Alcalá de los Gazules. Cenó con él en Sevilla en la noche del viernes pero no se les ha podido fotografiar juntos, tal vez porque el veterano socialista ve en López el futuro del PSOE. En cualquier caso, toda una declaración de intenciones.

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