Sánchez deja el 155 en el aire y ofrece más autogobierno a Cataluña
El presidente promete cesiones al independentismo si obtiene el respaldo del 75 por ciento de los catalanes
El presidente arrancó su intervención dejando claro que no lo permitirá todo en Cataluña. «Todo lo que se sitúe fuera de la Constitución y fuera del Estatut contará con la respuesta firme, serena y proporcional pero contundente del estado de Derecho», advirtió a Torra, rescatando el espíritu de un comunicado pactado con Mariano Rajoy el pasado mes de mayo en La Moncloa. Pero no mencionó el uso del artículo 155 que tanto PP como Ciudadanos vienen reclamando.
Según Sánchez por que la respuesta de Moncloa a las faltas cometidas por la Generalitat debe ser «proporcional» . Un concepto que también recogía el citado comunicado pactado con Rajoy y al que el expresidente popular aludió en innumerables ocasiones antes de aplicar el artículo 155 en Cataluña. A juicio de Sánchez sus intenciones están claras. «No hace falta decir más, no hay ni que gesticular, ni que hablar más alto para que se me entienda», justificó.
Pero la realidad es que la falta de concreción de sus palabras permiten interpretaciones casi a medida de cada votante. La única medida específica que incluyó Sánchezpara acompañar su discurso fue la confirmación del envío de un «número suficiente» de policías a Cataluña, si la dirección de los Mossos sigue incurriendo en dejación de funciones ante las actuaciones violentas de los Comités de Defensa de la República (CDR). Una advertencia que no es más qeu el resumen de la misiva enviada el pasado lunes por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al conseller del ramo.
El jefe del Ejecutivo mantiene su decisión de celebrar el Consejo de Ministros del próximo 21 de diciembre en Cataluña, pese a las amenazas de los CDR. Y anunció que utilizará ese cónclave para elevar el Salario Mínimo Interprofesional hasta los 900 euros al mes para el año 2019.
Las mentiras de Torra
Sánchez continuó su giro al centro acusando al presidente de la Generalitat de utilizar una «retórica inflamatoria inaceptable» y lanzar «mensajes gruesos que no resultan admisibles para el Gobierno de España».
El llamamiento a la vía eslovena fue calificado por el presidente como «una manipulación inaceptable» fruto «de la desesperación de quien ya no tiene ningún argumento más que la mentira para sostener sus posiciones».
Incluso Sánchez equiparó las técnicas de tergiversación del Brexit con las del independentismo catalán. «Caminan por la misma vía de agravios inventados y de decisiones binarias, que obligan a elegir entre identidades, procesos en que se culpa a un tercero y se obvian las responsabilidades propias, en que se demoniza a quien discrepa y se genera crispación», censuró. Pero sus palabras no lograron convencer ni al sector más crítico de su bancada ni a los propios indepentistas que reaccionaron con nuevas amenazas.
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