Sánchez comprime el calendario para dejar a Iglesias sin margen para negociar

El presidente solo irá a una nueva investidura si Podemos garantiza previamente su apoyo

Pedro Sánchez a su llegada ayer a un acto del PSOE Jaime García
Víctor Ruiz de Almirón

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Coherente con su estrategia de llevar a Pablo Iglesias a una disyuntiva binaria, Pedro Sánchez sigue dando más pasos para dejar al líder de Unidas Podemos sin la prolongada negociación que pretende para convencer al PSOE de lograr un Gobierno de coalición. Pero en la dirección socialista no hay una gran voluntad negociadora. Ésta se limita a poder incluir algunas aportaciones de Unidas Podemos al programa «abierto» que Pedro Sánchez va a presentar el próximo martes. Pero los socialistas ya anticipan que ese documento incluirá «una buena parte» de las propuestas de la formación morada y reivindicaciones de otras fuerzas como Compromís o el PNV.

No hay por tanto una gran negociación que desarrollar, según el criterio del PSOE. Sánchez ha buscado comprimir los calendarios para optimizar la posición que ha impuesto en el PSOE y que es mayoritaria: si Iglesias cede, bien, de lo contrario se irá a elecciones. No hay sobre la mesa más alternativa. Desde La Moncloa se apunta que «lo único que esperamos de Iglesias es que nos diga sí o no», resume un miembro del Ejecutivo.

No habrá margen para más. Aunque la agenda todavía no está cerrada, Pedro Sánchez se reunirá el miércoles con el PNV y con PRC para presentarles el documento y recabar sus apoyos. En el PSOE ya saben que tienen el apoyo del grupo cántabro y son muy optimistas con los nacionalistas vascos. Sin embargo, el PNV recordó ayer que en su opinión los tiempos deberían ser gestionados de forma diferente: «Hacen falta, primero, otras alianzas, y, después, puede venir el PNV» , dijo ayer el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, y emplazó a los concernidos «a que formen gobierno de una vez».

Apoyo previo

El PSOE, por el contrario, ha querido posponer esos contactos con Podemos a la siguiente semana. Además, ayer la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, aseguró que Sánchez solo se presentará a una nueva investidura en el mes de septiembre «si cuenta con los votos que la respalden» .

Si un eventual cara a cara entre Sánchez e Iglesias tiene que esperar a la semana del 9 de septiembre y además se anticipa que solo se irá a la investidura si se tienen garantizados los apoyos el resultado es que el calendario se comprime y no queda apenas espacio para la negociación, ya que se calcula que la ronda de consultas del Rey debería celebrarse como tarde a mediados de septiembre. Fuentes socialistas apuntan a que si Iglesias cede las consultas del Rey deberían estar listas el viernes 13 de septiembre. Para dejar entre el 16 y el 20 de septiembre para que se desarrollase el pleno de investidura.

Los tiempos con los que juega Sánchez corresponden más con la idea del ultimátum que con la de la negociación. Algo que casa bien con el sentir general del partido, en el que en privado se pone por delante la gobernabilidad antes que el evitar elecciones a toda costa .

Mientras Podemos intenta cerrar filas con sus formaciones aliadas para no moverse de la petición de una coalición, en el Ejecutivo insisten en cerrar el paso a esa fórmula. Ni siquiera a la posibilidad de volver a la propuesta que ellos mismos hicieron en el mes de julio. «La propuesta de Gobierno de coalición ya no está vigente, no está encima de la mesa, es una propuesta minada por la desconfianza de la negociación y la votación de investidura de julio».

Celaá trasladó a Podemos que «elegir es renunciar», y siguió atornillando a Podemos con un relato con claro aroma electoral: «No podemos volver al tiempo pasado, que no fue mejor, los trenes pasan, elegir es renunciar, eligieron decir ‘no’ a la coalición so pretexto de que la oferta era decorativa ».

El pleno del jueves sobre el Open Arms ha tensado más la situación. Al menos ha dado más argumentos a los socialistas: « No me parece que es la manera de avanzar en la búsqueda del objetivo del que habla Iglesias , no es serio, me lo esperaba por parte de la derecha, no me sorprendió el discurso de Santiago Abascal, sino el de Unidas Podemos», dijo ayer el portavoz del PSOE en el Senado, Ander Gil

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