Sánchez se acerca a los barones de López para disuadirle de competir en las primarias del PSOE

El éxito de movilización con el que ha arrancado la campaña de Pedro Sánchez empieza a hacer mella entre barones que antes le apoyaban y luego se pasaron a Patxi López pensando que el exsecretario general no se iba a presentar a las primarias del PSOE.

Y el sanchismo está aprovechado esa circunstancia para cruzarse mensajes y mantener conversaciones con ellos; oficialmente, para preparar «el día después», pero a nadie se le escapa que una defección masiva debilitaría a López y podría llevarle a tirar la toalla, admiten a ABC diversas fuentes.

Porque, tanto si López cumple su compromiso de llegar «hasta el final» y pierde frente a Sánchez o Susana Díaz, como si renuncia antes de las primarias, los barones de Baleares, Madrid, Murcia y Castilla y León quedarán en tierra de nadie. Si la integración fuera con la candidatura de Sánchez, no habría excesivo problema, pero ninguno acepta integrarse con Díaz a día de hoy.

La cara del castellano-leonés, Luis Tudanca, el sábado durante el multitudinario mitin de Sánchez en Valladolid al que asistieron decenas de cargos públicos, procuradores y alcaldes, además de la «vieja guardia» con Demetrio Madrid y Tomás Rodríguez Bolaños a la cabeza, «era un poema», recuerdan varios asistentes.

Tudanca lo tiene más fácil

Tudanca sabe que quienes no acudieron, la exportavoz en el Congreso Soraya Rodríguez y siete de los secretarios provinciales, están con Susana Díaz, no con López; de hecho, solo en Burgos, su provincia, se prevé victoria del exlendakari. No obstante, de los cuatro barones mencionados es quien más fácil tendría volver al sanchismo porque nunca hizo gestos muy claros de respaldo explícito al exlendakari.

Todo lo contrario que el murciano Rafael González Tovar, a quien no se le iba la cara de asombro en el mitin de Sánchez en Calasparra el pasado día 7 ante más de 700 personas. Él y sobre todo su hija, la diputada María González Veracruz -ella no asistió-, eran de los más fieles a Sánchez.

De hecho, María votó sí a la investidura de Mariano Rajoy «por imperativo», pero luego secundó a su padre en el distanciamiento del exsecretario general y se pasó a López. La situación orgánica ahora es delicada ya que la comarca de Cartagena parece haber tomado partido por Díaz y el resto de la región, temen, apoyará en gran medida a Pedro Sánchez.

Por lo que respecta a Madrid, ayer trascendió que el martes almorzaron Sánchez y el exsecretario general del PSM Rafael Simancas, uno de los puntales del equipo de Patxi López junto con el actual presidente de la federación, Manuel Robles, y la secretaria general, Sara Hernández.

Según explicó Simancas a los periodistas, el organizador de la comida fue el director de la revista `Temas´ y actual ideólogo del sanchismo, José Félix Tezanos, muy amigo suyo.

Simancas «sigue» con López

Simancas asegura que él «sigue» con Patxi López, pero a nadie se le escapa que la posición de Sara Hernández es sumamente delicada, ya que tiene a la federación madrileña dividida en tres, y con muchas posibilidades de que su candidato, Patxi López, quede tercero en las primarias. Y en Baleares, la presidenta de las islas, Francina Armengol, también está preparando el terreno porque ve que el vencedor de las primarias será Sánchez o Díaz y no quiere quedarse al margen.

Caso aparte es La Rioja, con el exsecretario federal, César Luena, aún al frente. Pedro Sánchez y su actual equipo consideran a Luena y al exportavoz en el Senado, Óscar López, «irrecuperables» para el sanchismo, según las mismas fuentes.

Sánchez les acusa de urdir con Patxi López a sus espaldas la candidatura de éste; es más, alguna fuente sostiene a ABC que en la misma noche electoral del 26-J ya tenían un plan para derrocar al candidato a La Moncloa y secretario general en favor de López, si Podemos hubiera ganado al PSOE.

Page arremete contra Sánchez

Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, arremetió contra el concepto que tiene Pedro Sánchez de España.

Page dejo claro que «España es una nación plural, pero no una pluralidad de naciones», y advirtió que para gobernarla «no puedes reinventarla ni ponerla patas arriba por ganar cuatro votos en el PSC o en otros partidos».

La plurinacionalidad «no es de izquierdas, es hacer el caldo gordo a los nacionalistas», sostiene el mandatario castellano-manchego.