Todo irá bien

La papelina

Lo de Forn con Roures es como si un condenado por narcotráfico trabajara en sus permisos para el cártel de Sinaloa

El exconseller Joaquim Forn (i), condenado a prisión por el 1-0, saluda al diputado de la CUP, Carles Riera EFE
Salvador Sostres

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El exconsejero de Interior Quim Forn trabajará en Mediapro, la empresa de Jaume Roures durante los permisos para salir de la cárcel. Si los que han recurrido al voluntariado han demostrado que lejos del sueldo público sólo en la beneficencia pueden hallar acomodo, lo de Forn con Roures es una burla al Estado, como si uno condenado por narcotráfico trabajara en sus permisos carcelarios en el cártel de Sinaloa.

Roures ha sido el gran artificiero del proceso . Usó su dinero, su influencia, su poder y su talento para desestabilizar al Estado con propaganda secesionista, a través de sus documentales, de sus relaciones con Venezuela y Rusia y de su resentimiento social , por su dura infancia y la terrible historia de su madre, causando todo el daño posible a la convivencia en Cataluña: más por devolver el dolor que sufrió que porque su ideología sea una o la otra. Por la misma razón se hizo comunista.

Es un escarnio a la Ley que un condenado por sedición use su supuesto periodo de rehabilitación para ir a compadrear con el hacedor tecnológico y mediático de los días más aciagos de la historia de España desde la recuperación de la democracia . Roures ha intentado desbordar, siempre que ha podido, y en todo los ámbitos a su alcance, nuestro sistema legal y nuestra democracia, y no es serio que se tolere al señor Forn «rehabilitarse» en ese gran sindicato del crimen que es Mediapro.

No hay ningún conocimiento o habilidad que Forn pueda acreditar para justificar su contratación como «asesor en asuntos legales» . No ha trabajado en su vida, ni de abogado ni de nada que no sea su cargo público. Y si Jaume Roures no ha sido procesado como los demás condenados del «procés», no es porque sea menos culpable sino porque es más cínico, más sofisticado en su maldad y demasiado inteligente para dejarse pillar.

España puede apiadarse de los arrepentidos pero no puede invitar a los delincuentes a reincidir. Si alguien quiere que le perdonemos, que pida perdón . Mandar a los condenados del «procés» a reinsertarse con Jaume Roures es ingresar a tu hijo a una clínica de rehabilitación, y escondida entre la ropa, mandarle la papelina.

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