Rivera ofrece una coalición para echar a Sánchez y el PP responde: «Es tarde»

Ciudadanos cree que es una «emergencia nacional» enviar al presidente del Gobierno a la oposición

Albert Rivera, en Vigo ayer por la mañana EFE
Juan Casillas Bayo

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La posibilidad de un gobierno del PSOE y de Ciudadanos se esfumó ayer en el aire de un plumazo. El presidente de la formación liberal, Albert Rivera , cortó de raíz las especulaciones sobre una reedición del acuerdo que selló con Pedro Sánchez en 2016 y tendió la mano al único partido con el que a día de hoy p arece dispuesto a pactar: el Partido Popular . «Al PP y al señor Casado les tiendo la mano para que formemos un gobierno y echemos a Sánchez y a los que quieren liquidar España», anunció Rivera en un acto de precampaña en La Coruña.

El líder liberal despeja así cualquier posibilidad de acuerdo con el PSOE, y es que pese a que el Comité Ejecutivo ratificó solemnemente este veto el pasado 19 de febrero, los precedentes juegan en contra de la credibilidad de este mensaje. En 2015 Rivera ya aseguró que «jamás» pactaría con Sánchez ni con Mariano Rajoy y terminó llegando a acuerdos de investidura con ambos. Con Sánchez en 2016 durante la legislatura fallida, y con Rajoy unos meses después para terminar con el mayor periodo de ingobernabilidad que ha sufrido España en democracia.

En esta precampaña Cs está esforzándose mucho en que cale el «no» a Sánchez y al PSOE, que entiende que deben «pasar a la oposición», y en presentarse como alternativa al bipartidismo desde la moderación. Ahora, con esa mano tendida a Casado a más de un mes para la celebración de los comicios, dan un nuevo portazo al PSOE. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos , aseguró el domingo que para su partido sería «preferible» pactar con Cs que con Podemos y el resto de sus socios en la moción de censura, aunque un día después la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra , evitó respaldar las palabras de su secretario de Organización.

Una «buena idea» tardía

Para el Partido Popular es tarde. Desde la formación aseguran que la propuesta del presidente de Cs llega fuera de tiempo .

«Rivera podía haberlo pensado un día antes de que acabe el plazo de candidaturas», señalan fuentes del PP. «Ahora ya es tarde para hacer una coalición», continúan, aunque el presidente popular, Pablo Casado, dijo en un acto en Ceuta que le parece «muy buena idea» contar los escaños que tienen tras la cita electoral quienes se oponen a «comunistas, separatistas y socialistas». Aun así, desde el PP critican este cambio de rumbo y recuerdan que fue Rivera quien impidió hacer candidaturas únicas en diferentes territorios. «Ni siquiera en el País Vasco, donde se le ha ofrecido hacerlo porque ellos nunca obtienen representación allí», apuntaron las mismas fuentes.

El PP, eso sí, lanzó un claro mensaje a Rivera: « Nuestra oferta de coalición es con todos los votantes de centro-derecha para que aúnen su voto en torno al PP como único valor seguro para echar a Sánchez». Según subrayan desde Génova, el PP ofreció también a Rivera listas compartidas al Senado y el secretario general de Cs, José Manuel Villegas, dijo «no». La única opción para echar a Sánchez, sostienen, es agrupar el voto antes de las elecciones: «La coalición con voto dividido no suma».

Rivera, por su parte, calificó de «emergencia nacional» enviar a Sánchez a la oposición y por ello considera indispensable que el PP asuma el compromiso de entrar en un gobierno de coalición con Cs, encabezado por el que mejor resultado obtenga en las urnas. «Los españoles decidirán en las urnas si ese gobierno lo encabeza Cs o el PP», clamó Rivera.

Según explicaron en su día fuentes de la Ejecutiva liberal, el partido decidió vetar cualquier pacto postelectoral con el PSOE después de comprobar en datos demoscópicos internos que Sánchez era el líder político que generaba más oposición entre sus electores. Los votantes de Cs, de hecho, mostraban un mayor rechazo al actual presidente del Gobierno que los del PP. Algo que empujó a Cs a anunciar ese «no» al sanchismo para frenar también el diez por ciento de electores que se les ha fugado a Vox desde el 2016.

Cs, después de haber apoyado de forma externa al Gobierno de Rajoy y haber pasado a la oposición con la victoria de Sánchez en la moción de censura, cree que ha llegado el momento de empezar a entrar en gobiernos. Por eso firmó un acuerdo de coalición con el PP en Andalucía y quiere hacer lo propio ahora en el ejecutivo central.

Cuando Sánchez desveló que daba por finiquitada la legislatura y que convocaría elecciones para el próximo 28 de abril , Cs se abrió a pactar con el PP, pero en ningún momento habló de cerrar un posible pacto de coalición antes de la celebración de los comicios -fuentes de la dirección liberal decían que podía «confundir» a sus votantes-. Los liberales confiaban en poder dar el «sorpasso» a los populares y forzarles a ellos y a Vox a investir a Rivera como única alternativa a una reedición del «Gobierno Frankenstein» . Pero ahora, con el partido de capa caída en las encuestas -la última de GAD3 para ABC les sitúa en una horquilla de entre 37 y 38 diputados-, Cs quiere asegurarse la entrada en el gobierno, en el caso de que el centro-derecha remonte y alcance los 176 escaños necesarios para garantizar la investidura de un presidente.

«La partida está echada, las cartas están encima de la mesa. O Sánchez gobierna con los separatistas y Podemos o Cs con el PP», sentenció Rivera, que insistió en presentar los comicios como una dicotomía entre Sánchez y sus socios o el PP y Cs. Del presidente del Gobierno, recordó que no es que vaya a «reeditar» la alianza con los separatistas, sino que «ya lo hizo» en la moción de censura porque en 2016 «lo echaron» del PSOE -en aquel Comité Federal del 1 de octubre- para evitar precisamente que buscase una mayoría alternativa con ellos en el caso de frustrarse la investidura de Rajoy.

El presidente de Cs, mientras se ofrecía al PP para firmar un gobierno de coalición, aprovechó para atacarle por sus casos de corrupción, o sus pactos en el pasado con los nacionalistas. Así, en un complejo equilibrio, buscó un sí del PP a la vez que intentaba situar a su partido como la mejor alternativa de centro-derecha para encabezar ese gobierno de oposición a Sánchez.

Los españoles tendrán que decidir, afirmó Rivera, entre un mandato de Sánchez con Pablo Iglesias como «vicepresidente económico» y con Carles Puigdemont, Quim Torra y Gabriel Rufián «escupiendo» a España. A la vez que afirmaba que no le preocupan los escaños y que él no pide cargos «como Iglesias», decía que quiere encabezar el gobierno. Rivera lanzó un guante al PP, quizá demasiado tarde.

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