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Albert Rivera durante la rueda de prensa tras la Ejecutiva nacional - JAIME GARCÍA

Rivera evita atarse a Sánchez y busca su ansiado diálogo a tres con PP y PSOE

Ciudadanos se encuentra en plena sintonía con la decisión del Rey de no convocar todavía una ronda de consultas y plantear que los partidos deben negociar primero. Rivera niega que su compromiso sea con Sánchez sino con el documento.

Madrid Actualizado: Guardar
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Si el grado de compromiso de Albert Rivera y Pedro Sánchez pudiese describirse con los estados de Facebook, el presidente de Ciudadanos optaría por definirla con el muy recurrente «es complicado». El secretario general del PSOE no dudaría, por contra, en asegurar que «tiene una relación».

Cuando en una pareja los dos miembros de la relación no quieren lo mismo o lo quieren en tiempos diferentes el resultado más probable es una ruptura, casi siempre traumática. No eres tú, soy yo. ¿Sobreviviará la unión entre Sánchez y Rivera a estrategias que no persiguen exáctamente lo mismo?

Albert Rivera se negó ayer a señalar a Pedro Sánchez como su candidato. En su entorno insisten en que su candidato puede ser una figura «distinguida» del PP o del PSOE que genere el consenso suficiente y que presente como base de su programa de Gobierno el acuerdo de 200 reformas alcanzado hace dos semanas entre centristas y socialistas.

Se muestran más reticentes a la opción de que pueda liderarlo un independiente. «No sé si la sociedad está preparado para eso», señala un colaborador de Rivera, que también rechaza la posibilidad de que sea su presidente el candidato final. Creen que abrir esa puerta siendo el cuarto partido podría ser presuntuoso.

Pedro Sánchez quiere ser presidente, pero Albert Rivera se niega a comprometerse a tanto tan pronto. Al fin y al cabo, vive su adolescencia política y tiene muchas noches por delante. Si Sánchez no se casa ya se le puede pasar el arroz. Rivera, por contra, no para de escuchar voces que le dicen que tiene toda la juventud por delante.

Mientras Pedro Sánchez insiste en llevar la iniciativa política gracias a que los 131 votos de su investidura frente a los 122 del Partido Popular, Rivera defiende que esa alianza sirve para impedir que Rajoy se arroge esa posición predominante. Pero tampoco para concedérsela a Sánchez. «No me importa tanto quién va a ser el presidente del Gobierno, sino qué va a hacer ese Gobierno», aseguró ayer el líder de Ciudadanos.

En la planta quinta de la calle Alcalá sienten que su visión de la situación política se encuentra en plena sintonía con los tiempos que está marcando el Jefe del Estado. «No hay candidato, no hay una persona designada por el Rey», defendía Rivera, que aseguró que la decisión le parecía «razonable».

«Como no hay candidato vamos a hablar de acuerdos y de sumar. Sólo en la última fase se hablaría de nombres», apuntó también. Rivera no considera que en esta primera fase de la nueva etapa tengan que adquirir protagonismo los líderes de los partidos, sino que reclama que las negociaciones sean en un segundo nivel entre equipos negociadores.

Rivera se declara «satisfecho y orgulloso» del trabajo que han hecho en la negociación con el PSOE, insiten en que Sánchez era el candidato designado por el Rey tras la renuncia de Rajoy y que han logrado plasmar en el acuerdo el espíritu de su programa. Ese es el resumen que hacía ayer un miembro de la Ejecutiva del partido para justificar el acercamiento al PSOE. Son conscientes no obstante que el pacto ha podido ofuscar a parte del electorado, y quieren por ello escenificar que siguen abiertos al PP, pese a lo deteriorada que ha salido su relación desde la investidura.

Si reconocen en Ciudadanos que si el Rey vuelve a proponer a Sánchez y este lleva como bandera el acuerdo alcanzado, tendrá su apoyo, pero otro miembro de la Ejecutiva insiste en que el fin último que mueve al partido «no es hacer presidente a Sánchez», sino alcanzar un pacto con el PP y PSOE para que la legislatura pueda arrancar.

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