Rivera se esconde tras Villegas y Arrimadas en plena crisis de Ciudadanos

La cúpula del partido reprocha a Igea que no asuma la votación del Comité Ejecutivo

Arrimadas recalcó que solo hay «cuatro» en Cs que piden investir a Sánchez Efe
Juan Casillas Bayo

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La dimisión de Toni Roldán , primer miembro de la cúpula de Ciudadanos (Cs) que abandona el partido por discrepancias ideológicas, ha abierto una crisis interna sin precedentes en unas filas acostumbradas a la calma y a la unanimidad. A su adiós a Cs le siguió la renuncia de Javier Nart a su asiento en el Comité Ejecutivo y la despedida de Juan Vázquez , independiente que hasta anteayer lideraba a los liberales en el Principado de Asturias.

Albert Rivera , callado en estos dos días, ha preferido delegar el sorteo del temporal en su número dos, José Manuel Villegas , y en la portavoz nacional, Inés Arrimadas . Fue ella quien dio la cara tras una de las ejecutivas más tensas del partido y ambos desfilaron ayer por diversas radios y televisiones para minimizar el conflicto interno que se ha llevado por delante al diseñador de los programas electorales . Pasado el mediodía, Arrimadas compareció también en el Congreso, en la misma sala en la que 24 horas antes Roldán se despedía conmocionado de la política, y dejó claro que el «no» a Pedro Sánchez es inamovible. Así lo ratificó el lunes el Comité Ejecutivo, aunque a diferencia del pasado 17 de febrero, cuando hubo unanimidad, lo hizo con cuatro votos en contra y tres abstenciones.

Villegas, en su paseo mediático, reiteró una y otra vez el mismo mensaje: «Los que pierden tienen dos posturas: asumir la votación como propia o dar un paso a un lado». Roldán ya lo ha dado, pero la frase se interpretó como un dardo directo a Luis Garicano , Francisco Igea , Javier Nart y Fernando Maura , los cuatro dirigentes que apostaron, como Roldán, por replantearse la estrategia respecto a la investidura del candidato socialista. En el núcleo del partido existe un especial enfado con el líder de Cs en Castilla y León, Francisco Igea, que ayer reclamó otra vez que su partido se abra a abstenerse ante Sánchez. No se entiende que, después de que los críticos de la Ejecutiva forzasen una votación al respecto –y la perdiesen–, continúe por esta línea.

Otras fuentes de la dirección admiten que en la Ejecutiva del lunes se vivieron momentos de tensión en los que cada uno defendió sus postulados «con pasión», pero restan importancia al debate interno y niegan que se haya abierto una crisis. No se mojan sobre los próximos pasos que podría emprender Igea, pero sí señalan que acaba de firmar un pacto programático de cien medidas con el PP y que lo lógico es que termine concretando un gobierno de coalición con los populares.

Cs está decidido a mantener el no a Sánchez para ser alternativa a PP y PSOE, y no «bisagra»

El expresidente del Gobierno Felipe González espetó anteayer al PP y a Cs que deberían marcharse «al rincón de pensar» y facilitar la investidura de Sánchez, y la portavoz de Cs en el Congreso tampoco quiso dejar sin respuesta al otrora crítico con la deriva sanchista. «No sé qué le diría González a Sánchez después del pacto en Navarra», ironizó, para después referirse al debate abierto en su partido y evidenciar que solo hay «cuatro personas» que quieren hacer presidente al actual inquilino del Palacio de la Moncloa.

Arrimadas quiso también quitar hierro a la petición pública de Igea y afirmó que no hay «ninguna novedad». Sigue habiendo una «mayoría abrumadora» que opta por contestar el coqueteo de Sánchez con el nacionalismo con su propia medicina: «no es no». Respecto a la posibilidad de que Sánchez tome la iniciativa y plante sobre la mesa a Cs una oferta con un documento programático idéntico al que suscribieron PSOE y Cs en 2016, Arrimadas es firme: «Nadie se puede creer que el mismo Sánchez que pacta con Batasuna vaya a cambiar de la noche a la mañana».

Otra voz de la Ejecutiva lanzaba ayer también un recado para Roldán y le reprochaba haber escogido un mal momento para anunciar su adiós, más si cabe tras haberlo desmentido el viernes. Pero además apuntó dos claves para entender la estrategia de Cs: primero, el sector mayoritario de la Ejecutiva prefiere ser alternativa a PP y PSOE y no «bisagra»; y segundo, las mismas voces que hoy piden la abstención a Cs, criticarían su cambio de criterio al día siguiente de producirse.

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