Rajoy, Sánchez, Rivera: el teléfono rojo vuelve a sonar

Las próximas elecciones generales se juegan por primera vez en una partida a cuatro. Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias ejemplifican cuatro estilos de liderazgo muy diferentes pero muy marcados que cada día chocan entre sí. La rcomunicación entre ellos no es excesivamente fluida y hasta el momento los contactos entre ellos son escasos.

Ayer, a raíz de la resolución independentista planteada por Junts Pel Sí y la CUP, el presidente del Gobierno tomó la iniciativa de contactar con Pedro Sánchez y Albert Rivera para informarles del contenido de su declaración.

La relación entre el líder del Ejecutivo con el jefe de la oposición no son especialmente buenas, pero para cuestiones de Estado los dos han buscado destacar un perfil institucional.

La primera vez fue a cuenta del pacto antiterrorista, que Rajoy y Sánchez suscribieron en Moncloa el pasado 2 de febrero.

El pasado 3 de junio mantuvieron en La Moncloa la que fue su tercera reunión, a cuenta esta vez de las elecciones municipales y autonómicas. Un encuentro en el que se escenificó la total distancia entre ambos, a cuenta de la decisión de Sánchez de alcanzar acuerdos con Podemos para hacerse con el poder local y autonómico en muchos territorios en los que el PP había sido la primera fuerza. Desde entonces la distancia entre ambos es más evidente. Aunque ayer se hizo una tregua para buscar la unidad ante el desafío separatista.

Destacar su perfil institucional, de hombre de Estado, es algo que Rivera llevaba tiempo buscando. Y ayer quedó patente que lo ha encontrado. Una de las anécdotas que más recuerda Rivera es cuando hace un par de años solicitó una reunión con el presidente del Gobierno para explicar su posición respecto a Cataluña. Primero fueron derivados a Jorge Moragas, Jefe de Gabinete de Rajoy, que a su vez les remitió al Partido Popular de Cataluña.

Ayer, en cambio, Rivera recibió la llamada del propio Rajoy, en su condición de líder nacional y como presidente del partido que lidera la oposición en Cataluña. Desde esta posición Rivera pidió a Rajoy que le mantuviese informado sobre las actuaciones que tuviese pensado tomar en lo que respecta a Cataluña.

Antes de esta llamada Rivera ya había tenido otros contactos con Rajoy. La primera vez que hablaron fue el día después de los comicios municipales y autonómicos. Una conversación en la que se emplazaron a una reunión, que finalmente se produjo en forma de almuerzo el pasado 2 de junio.

Aquel mismo día, unas horas antes, Rivera mantuvo una reunión con el líder del PSOE, Pedro Sánchez. Desde entonces, y a cuenta de que Ciudadanos apoyó mayoritariamente al PP en sus pactos poselectorales, la relación PSOE-Ciudadanos se tensó. Sin embargo, en las últimas semanas los dos han escenificado un cierto acercamiento. Los dos se saludaron en la receprción posterior al 12 de octubre en el Palacio Real, cosa que no ocurrió con Mariano Rajoy. Volvieron a coincidir en Oviedo, en los Premios Princesa de Asturias, y en Barcelona en la entrega de los Premios Planeta.

De todos estos encuentros se ha mantenido al margen Pablo Iglesias. Con la excepción de una reunión con Pedro Sánchez tras el 24-M en lo que supuso el visto bueno definitivo para cerrar los pactos que arrebatarían el poder municipal y autonómico al PP.

Ayer, sin embargo, el presidente del Gobierno no incluyó a Iglesias en su ronda de llamadas. El líder de Podemos tampoco hizo manifestaciones explícitas respecto a la declaración de Junts Pel Sí y la CUP. Sí se manifestó su número dos, Iñigo Errejón, que tachó la resolución de «inaceptable». El jefe de campaña de Podemos aprovechó la ausencia de una llamada a su formación desde el Palacio de la Moncloa para asegurar «qué tipo de pactos tienen en la cabeza» tras las elecciones generales del 20 de diciembre.

Con Rivera tampoco se ha mantenido una reunión oficial de trabajo, aunque los dos han coincidido recientemente a raíz de su debate televisivo. Una grabación que los obligó a estar juntos durante casi una jornada entera. Previamente, Rivera e Iglesias habían coincidido en un vuelo desde Bruselas a finales de junio. En aquella ocasión hablaron de las elecciones catalanas y el líder de Podemos le reconoció a Rivera lo «difícil» que era su tierra.