Mariano Rajoy, Cristina Cifuentes y Soraya Sáenz de Santamaría, juntos el 2 de mayo
Mariano Rajoy, Cristina Cifuentes y Soraya Sáenz de Santamaría, juntos el 2 de mayo - EFE

Rajoy pide al Gobierno y al PP ser una piña

Las imágenes de unidad interna entre dirigentes y ministros se multiplican para mostrarlas como «fortaleza» del partido

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Mientras en el PSOE las luchas internas por el poder están marcando el periodo electoral, Mariano Rajoy quiere transmitir en el Partido Popular exactamente el mensaje contrario: unidad, fortaleza interna, liderazgo. En definitiva, que los populares se muestren como una piña. Ese es el llamamiento que ha hecho el presidente de los populares a los dirigentes del partido, pero también a sus ministros.

En estos más de cuatro meses desde las elecciones generales del 20 de diciembre, se han retratado todos los partidos, pero también muchos políticos y miembros del Gobierno. De hecho, cuando se puso sobre la mesa un debate sobre la sucesión de Rajoy, en seguida salieron voces avisando de la guerra que podría estallar dentro del PP.

Así, el ministro Margallo fue de los más claros cuando advirtió de que discutir del liderazgo de Rajoy pondría en grave riesgo al Partido Popular.

Un aviso a navegantes, justo cuando en algunas encuestas salían varios nombres para su sucesión, entre ellos el de Cristina Cifuentes o el de Soraya Sáenz de Santamaría.

El incipiente debate sobre un relevo de Rajoy al frente del PP coincidió con la exigencia que se hacía desde otros partidos, en plenas negociaciones para alcanzar un acuerdo de Gobierno, para que el líder de los populares se echara a un lado. El más claro fue el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien en el debate de la investidura fallida de Sánchez pidió la cabeza de Rajoy.

Rajoy dejó claro que no pensaba echarse a un lado y se presentaría como candidato si se repetían las elecciones. Pero el runrún continuó, al menos hasta que, de forma definitiva, concluyó el plazo para intentar elegir un presidente y el Rey convocó otras elecciones para el 26 de junio.

En este periodo electoral, una de las fortalezas que quiere mostrar el PP frente a sus rivales es precisamente la unidad interna de su organización y el liderazgo consolidado, sin discusión, sin divisiones.

El pasado 2 de mayo, en la fiesta de la Comunidad de Madrid, Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría acudieron juntos por primera vez a los actos festivos en la Puerta del Sol y a la recepción oficial que ofreció Cristina Cifuentes, en una clara imagen de unidad interna. Esa misma semana, Rajoy y Santamaría volvieron a participar juntos en un mismo acto público, esta vez en el Palacio de la Moncloa, con motivo de la entrega de las medallas al mérito del trabajo.

Y ese mismo viernes, Sáenz de Santamaría compareció en rueda de prensa junto al ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, en una imagen que se ha repetido en muy contadas ocasiones esta legislatura. En la comparecencia de ambos, fue evidente que la relación entre ambos es manifiestamente mejorable, y que la tensión podía cortarse. Pero ahí estaba la imagen de unidad, justificada de forma oficial por un informe sobre Acción Exterior que era público y conocido desde varios días antes.

Ver los comentarios