Radicales próximos a los terroristas de París y Bruselas se refugiaron en España

Tuvieron contacto con los asesinos pero no participaron en los atentados. Desde su llegada han estado vigilados de forma permanente

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Islamistas radicales que mantenían contactos con los terroristas que atentaron en París y Bruselas viajaron a España para aliviar la presión que los servicios policiales e inteligencia de esos países ejercían sobre ellos, según fuentes de la lucha contra el terrorismo consultadas por ABC. Se trata de individuos que no tuvieron participación alguna en los ataques pero que se movían en los mismos círculos que los yihadistas, por lo que se trata de personas potencialmente peligrosas.

Las informaciones acerca de que estos radicales habían viajado hasta nuestro país fueron suministradas por los servicios de Inteligencia e Información franceses y belgas, con los que hay un constante intercambio de datos. Desde el primer momento, según las fuentes a las que ha tenido acceso este diario, los recién llegados han estado permanentemente vigilados.

No se ha detectado que hayan realizado ninguna actividad sospechosa en nuestro país y consta que algunos ya han regresado a sus lugares de origen. No obstante, sobre los que permanecen se mantiene un control constante, que no cesará hasta que salgan de España.

Intercambio de información

«Es lógico que se trasladaran a España tras los ataques –precisan las fuentes consultadas–, puesto que la actividad policial y de Inteligencia sobre todo el entorno de los terroristas que atacaron en Bruselas y París ha sido muy intensa. Lo más importante es que esos movimientos fueron detectados y tuvimos la información de su llegada en tiempo real, del mismo modo que nosotros ya les hemos advertido de todos los que han regresado a sus lugares de origen».

Son individuos, además, que cuentan con una de las capacidades que más valoran los dirigentes del Daesh: la de moverse libremente por el espacio Schengen, ya que disponen de la documentación para hacerlo, lo que complica la labor de los responsables de seguridad de esos estados.

En la estrategia actual de los terroristas, la desestabilización de Occidente es condición imprescindible para la consecución de su objetivo: la instauración de un Califato universal. Para lograrlo, el Daesh necesita la implantación de una importante masa crítica en los distintos países donde quiere expandirse. En este sentido, y según las fuentes de la máxima solvencia consultadas por ABC, la organización considera una «oportunidad inmejorable» los grandes movimientos de refugiados que han salido de Siria con destino a Europa, por lo que en la gestión de esta crisis, ante todo humanitaria, entienden que se está jugando una gran parte de nuestra seguridad.

«Por supuesto que están intentando aprovechar estos flujos para introducir terroristas en Europa; y no admitirlo o mirar para otro lado es una imprudencia colosal», sostienen los expertos en la lucha contraterrorista. «Que nadie piense que los que dirigen Daesh son gente sin experiencia, poco preparada o que no tiene un plan perfectamente trazado. Para la organización, atacar Occidente con el objetivo de desestabilizar sus sociedades es vital. Consideran que si llevan la yihad a las ciudades europeas, sus poblaciones se revolverán contra sus gobiernos, que caerán, y con ello sus objetivos estarán más cercanos».

Desencanto

Pero no se trata solo de «colar» terroristas entre la oleada de familias desesperadas que solo buscan una vida mejor. Daesh está convencido de que el aumento de la población musulmana en los países europeos allanará el camino para su radicalización:bastará con aprovecharse del desencanto que, inevitablemente, les invadirá cuando dentro de un tiempo, los gobiernos de acogida dejen de prestarles las mismas ayudas. O cuando las segundas y terceras generaciones vean no solo que no se integran, sino que se sientan marginados del resto.

«Es el caldo de cultivo perfecto para una estrategia de radicalización», precisan las fuentes antiterroristas. «Desde su óptica –añaden–, la llegada a Europa de esas decenas de miles de refugiados supone saltarse un montón de pasos en el proceso para conseguir el Califato universal. Están convencidos de que, simplemente, tienen que esperar. Por eso, esta es una amenaza que viene para quedarse, y si no nos adaptamos a ella nos superará».

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