El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, preside la reunión habitual del Govern de cada martes
El presidente de la Generalitat en funciones, Artur Mas, preside la reunión habitual del Govern de cada martes - EFE

¿Quiénes son los consejeros leales a Mas?

La deriva secesionista del presidente en funciones ha fracturado la sociedad catalana, su partido y ahora también su Ejecutivo

Barcelona Actualizado: Guardar
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La deriva secesionista de Artur Mas dividió la sociedad catalana. Más tarde fracturó la histórica coalición que Convergencia mantenía con Uniò. Pero conforme el proceso ha entrado de lleno en la vía de la ilegalidad la fractura ha llegado al seno mismo de su propio Ejecutivo. ¿Quiénes le serán leales hasta el final? ¿Quién liderarían una hipotética revuelta interna?

Neus Munté. Vicepresidenta.

Fiel a Mas en tanto que aspira a contar con su favor para sucederle. Exsindicalista, es más de izquierdas que el president y la CUP ha llegado a decir que podría votar su investidura.

Meritxell Borràs. Consejera de Gobernación y Relaciones Institucionales.

Fiel a Mas. No tiene ningún perfil político consignable, es hija de un histórico de Convergència, Jacint Borràs. Todo se lo debe a su padre, a la cuota femenina y a Mas.

Su fidelidad se basa en la más estricta supervivencia.

Andreu Mas-Colell. Consejero de Economía.

Ha anunciado que no quiere repetir como consejero pero es demasiado educado y señor para discrepar públicamente de Mas. Pero cuando le dieron a leer la resolución de la CUP sobre el inicio de la ruptura con España exclamó, visiblemente enfadado: "¿Pero esto que es?"

Felip Puig. Consejero de Empresa y Ocupación.

Fue el primer consejero que salió a discrepar públicamente del acercamiento a la CUP, por ser contradictorio con el espíritu de Convergència. La CUP le ha vetado para un hipotético posible gobierno.

Germà Gordó. Consejero de Justicia.

Es leal a Mas en el sentimiento pero a la vez es el único que se atreve a discrepar con él cara a cara. Aspira a sucederle, pero a diferencia de la vicepresidenta Munté, no para seguir su línea sino para fundar un tiempo nuevo de entendimiento con el Estado.

Ferran Mascarell. Consejero de Cultura.

Exsocialista recuperado por Mas, no sólo le será fiel mientras le mantenga el sueldo y el cargo, sino que es su principal instigador en el Govern en lo referente al secesionismo. Cuando Mas deje de mantenerle, es un misterio lo que hará. Tiene algo de Rosencrantz, el falso amigo de Hamlet.

Santi Vila. Consejero de Territorio y Sostenibilidad.

Tiene agenda propia, es más moderado y de derechas que Mas, a quien pretende suceder. Pero de momento no le interesa cargárselo, porque Mas le protege por ser cuota gay, moderada y joven.

Irene Rigau. Consejera de Educación.

Gran partidaria de Mas, firme defensora de de la inmersión lingüística, está imputada junto con Mas por el 9N. Ha anunciado que deja la política y que volverá a ser maestra de escuela.

Jordi Jané. Consejero de Interior.

Le gusta la política y va a intentar mantenerse en ella. No es tan radical como Mas, en una agenda menos rupturista se sentiría más cómodo, pero no incomodará al president mientras crea que pueda ayudarle en su carrera política.

Boi Ruiz Garcia. Consejero de Sanidad.

Ni es independentista ni pueda concebir que Convergència se haya aproximado de este modo a la CUP. Está en total fuera de juego total. Los antisistema le han vetado de cara a un posible futuro acuerdo. Intentará ser correcto con Mas y tratará de no desautorizarle en público.

Jordi Ciuraneta. Consejero de Agricultura.

Perfil gris donde los haya, se apuntará sin escrúpulo al caballo ganador dónde y cuándo convenga. Si no hay novedad, será razonablemente fiel a Mas porque es -y probablemente- será el único al que se le ha pasado por la cabeza nombrarle consejero.

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