Independencia Cataluña

Puigdemont deseaba un «Govern español débil» para lograr sus objetivos

El expresidente de la Generalitat veía como una «oportunidad inmensa» las terceras elecciones generales

Puigdemont, ayer en un mitin desde una pantalla EFE

P. MUÑOZ/C. MORCILLO

El independentismo lo tenía muy claro: cuanto más débil fuera el Gobierno español más fácil era conseguir sus objetivos. El 22 de septiembre de 2016 Carles Puigdemont hace un análisis de la situación de ese momento. Admite que «el referéndum (unilateral) es el que genera más consenso pero ¿se podrá hacer?» y aboga porque se haga «sí o sí en julio».

Vaticina en esa cita que habrá terceras elecciones en el conjunto de España -finalmente la abstención del PSOE en contra del criterio de Pedro Sánchez lo impidió-, y las ve como una enorme oportunidad: «Son una oportunidad inmensa. España falla ante la comunidad internacional más posibilidad de hacer un golpe de efecto todo el independentismo unido (...) Govern español débil o antiindependentista más movilización popular (...) Eso facilita condiciones para llegar a junio/julio aprobar leyes y hacer el referéndum en septiembre. A partir de entonces abrir negociación y solicitar implicación internacional. Sigue siendo un escenario incierto, pero no tanto si además el govern y los altos cargos se hacen responsables».

Artur Mas, su antecesor en el cargo, compartió el análisis del presidente de la Generalitat y vaticinó que «tenemos el conflicto seguro y será más duro que el 9-N». Y se pregunta: «¿Qué papel juega el Parlament? ¿Qué harán las grandes empresas del país? Asegurarnos tráfico financiero los primeros tiempos. No podemos confiar en los impuestos y son millones de euros». Y aborda otros aspectos: « Esquemas de seguridad de país . O hemos garantizado la seguridad o algunos actores nos girarán la espalda. Calibremos bien las reacciones del Estado. Magnitud y consecuencias (ir contra funcionarios individuales, recuperación de competencias de seguridad, suspensión de autonomía...)».

Oriol Junqueras cree que todo eso se puede discutir con más detalle y más adelante, según reflejan las anotaciones de Josep Maria Jové.

Los independentistas, incluida la CUP , tenían además muy claro que para que la gente saliese a la calle y avanzar en el proceso había que generar más microrupturas. El 9 de abril de 2016 se dejó constancia de que había que «avanzar hacia la ruptura social y nacional porque es la herramienta para construir la República».

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