Javier Fernández y Miquel Iceta se reunieron ayer en la sede de Ferraz
Javier Fernández y Miquel Iceta se reunieron ayer en la sede de Ferraz - Isabel Permuy

PSOE y PSC se dan dos meses de plazo para recomponer su maltrecha relación

Iceta se aleja de Pedro Sánchez y ofrece a Susana Díaz «lealtad a prueba de bombas» si es elegida secretaria general

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Miquel Iceta sabe que el trasfondo de este nuevo episodio del conflicto de nunca acabar entre su partido, el PSC, y el PSOE no es la indisciplina en la investidura de Mariano Rajoy sino la certeza que existe en Ferraz de que los socialistas catalanes son el motor de la crítica interna a la gestora y a Susana Díaz, en particular.

Y sospecha también Iceta que el fin último de la reclamación de Andalucía y otras federaciones del sur para acabar con la «asimetría» en la relación es, lisa y llanamente, impedir que los 18.000 militantes catalanes voten en las primarias del PSOE.

Así que ayer, cuando fue preguntado en la sede de Ferraz, tras hora y media de reunión a solas con el presidente de la gestora, Javier Fernández, Miquel Iceta no tuvo empacho en marcar distancias con Pedro Sánchez, condición sine qua non no escrita para empezar a hablar.

«El PSC ha demostrado una lealtad a prueba de bombas con todos los secretarios generales del PSOE» y así seguirá siendo si la elegida en el próximo congreso es Díaz, dijo el hasta ayer sanchista primer secretario de los socialistas catalanes sin mover un músculo... «solo faltaría».

Iceta lanzó guiños permanente al actual poder en Ferraz, simbolizado no solo en Díaz, también en Javier Fernández -«es difícil discutir con él», llegó a decir-, tales como recordar que en el PSC hay «una regla no escrita» desde 1978 de «máxima lealtad» al secretario general, «sea quien sea».

Como adelantaba ayer ABC, tanto Iceta como Fernández, que comparecieron por separado después de hora y media de reunión «franca y cordial», en palabras del segundo, se esforzaron por enfriar un conflicto muy enconado por la pelea orgánica. Fernández admite una relación «estrechísima» que debe seguir manteniéndose.

Una comisión decidirá

Eso sí, ambas partes reconocen que hay un «problema» político con la concepción que tienen los socialistas catalanes de España, y otro problema orgánico derivado de la indisciplina; y que, si el primero se arregla, el segundo será menos problema.

Por eso, ayer decidieron darse tiempo: van a crear de una comisión, integrada por «tres o cuatro» dirigentes de cada parte, que durante los dos próximos meses analizará las posibles salidas.

De entrada, PSOE y PSC coinciden en que la Declaración de Granada (2013) sigue vigente. Pero mientras para el PSC ese texto es solo un «punto de partida» al que seguirá el reconocimiento de Cataluña como nación en un futuro Estado Federal, para el PSOE la declaración es un «punto de llegada», advirtió un Javier Fernández mucho más parco en palabras que Iceta.

Los socialistas catalanes conciben la nación como expresión «cultural y de sentimiento», pero Fernández, minutos más tarde advirtió que en derecho «un significante no puede tener varios significados» y que en la Constitución «la nación es una», España.

En esto, el asturiano habló ayer en nombre de barones como Díaz, Fernández Vara, Lambán o Emiliano García-Page, contrarios a «cualquier cosa» que sobrepase esos límites; y el PSC los ha «rebasado», dijo, con las resoluciones que ha aprobado en su último Congreso en defensa de Cataluña como «nación».

El presidente asturiano no quiso dar su opinión sobre ningún tema para no condicionar el dictamen final de la comisión; ni siquiera quiso opinar si el final del proceso, la posible salida del PSC de todos los órganos federales, incluido el congreso (sus 18.000 militantes no participarían en las primarias del PSOE), bastaría con que fuese aprobada por un Comité Federal.

El acuerdo PSOE-PSC (1978) fue integrado como disposición primera de los estatutos federales sin que mediara congreso alguno y eso, según fuentes de la gestora, hace innecesario que otro congreso ratifique los cambios; pero el PSC sí necesitaría hacer un congreso, matizó Iceta.

Díaz: Revisar «asimetrías»

La clave de bóveda de la actual escalada, el «no» de los siete diputados del PSC en la investidura de Rajoy saltándose lo decidido por el Comité Federal, para Fernández fue «antidemocrático y no es serio», y justifica por sí sola la denuncia del acuerdo.

Pero para Iceta, fue solo una excepción «que confirma la regla» de una colaboración que ya dura 38 años. Susana Díaz, por su parte, reapareció ayer en varias entrevistas televisivas y abogó porque se revisen las «asimetrías» para «fortalecer los vínculos» y continuar «caminando juntos».

El presidente valenciano, Ximo Puig, cree que al PSOE «le conviene» mantener la relación y Alfredo Pérez Rubalcaba aseguró ayer que no ve necesario «revisar» el acuerdo. «Se habla de separación, ruptura y divorcio, pero no he oído a ningún responsable del PSOE ni del PSC que hable de eso».

Ver los comentarios