Un PSOE dividido y necesitado de rumbo

Los tres candidatos a liderar el PSOE afrontan hoy un debate crucial a solo seis días de las primarias, de cuyo resultado no solo dependerá la elección del nuevo secretario general, sino el propio futuro del partido, puesto que los socialistas llegan a esta cita más divididos que nunca y, lo que es más grave, sin un rumbo claro al que dirigirse, lo cual genera incertidumbre y desapego entre su base electoral. Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López se verán las caras para explicar su particular proyecto a los militantes en medio de una campaña que se está caracterizando por la tensión y la fragmentación interna que presentan las filas socialistas, tras la reñida pugna que dejó tras de sí la recogida de avales entre susanistas y sanchistas.

Ambos candidatos se disputan la dirección del PSOE con visiones muy diferentes acerca del camino que debe emprender la formación para volver a ser una alternativa seria de gobierno, mientras que López se presenta como la opción intermedia para tratar de acercar dos posturas que, a priori, parecen irreconciliables, con el fin de aunar a la militancia.

Sin embargo, más allá de las caras y las luchas de poder a nivel interno, el problema del Partido Socialista es que sufre una grave crisis de liderazgo político e indefinición ideológica que debe solventar cuanto antes para revertir la sangría de votos sufrida en los últimos años. Díaz, que cuenta con el respaldo de buena parte del aparato socialista, todavía tiene que demostrar si tiene gancho electoral fuera del tradicional feudo andaluz para hacer olvidar las históricas derrotas cosechadas por Sánchez, al tiempo que el partido debe apostar por la moderación y la coherencia en su discurso político si quiere recuperar el liderazgo del centro izquierda.