Problemas de personal y aumento de costes en el Congreso por el récord de comisiones creadas

El Pleno pone en marcha 20 nuevos órganos en año y medio, la mayoría impulsados por Ciudadanos y Podemos

Diputados, letrados y taquígrafos multiplican los esfuerzos para atender a los 49 órganos en funcionamiento

Los grupos pequeños admiten su incapacidad para asistir a todas las sesiones que se convocan

Irene Montero y Juan Carlos Girauta, portavoces de Unidos Podemos y Ciudadanos EFE
Ana I. Sánchez

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La llegada de la nueva política al Congreso ha provocado varios cambios en los usos y costumbres de esta Cámara pero, sin duda, el que está teniendo más impacto sobre el día a día parlamentario es la proliferación de nuevos órganos .

En el año y medio que va de legislatura, y fundamentalmente por el impulso de Podemos y Ciudadanos, el Pleno ha puesto en marcha 20 nuevos órganos repartidos en cuatro nuevas comisiones permanentes, tres comisiones de investigación, nueve subcomisiones y cuatro ponencias, de las que solo dos han acabado sus trabajos. En este momento existen 49 órganos parlamentarios en funcionamiento al margen del Pleno.

Todo un récord que amenaza con atragantar la labor parlamentaria de partidos pequeños como PNV (cinco diputados), Compromís, UPN, Coalición Canaria o Nueva Canarias, y pone en peligro el propio modelo ya que los propios partidos admiten que la falta de formaciones en las sesiones perjudica al debate parlamentario en sí mismo. Y hay cola: existen cuatro comisiones pendientes de constitución -dos de ellas de investigación para los accidentes del Alvia y Spanair- y 33 solicitudes pendientes de tramitación para la creación de 17 comisiones -16 de investigación-, 24 subcomisiones y dos comisiones mixtas. En legislaturas anteriores, estas cifras podían verse al final de los cuatro años, y ni siquiera en todas, pero en ningún caso en el primer año y medio.

«Buscan la foto»

«Nos genera problemas» denuncian fuentes del grupo vasco, reconociendo no poder participar en todas las sesiones. "A veces coinciden tres convocatorias de comisión para el mismo diputado", lamentan, recordando que han advertido al resto de los grupos de que este nivel de nuevas comisiones "no es operativo y podríamos generar frustración".

«Es un problema que haya tantas comisiones, por una cuestión física. Cada sesión dura de media unas cuatro horas y es materialmente imposible que los grupos más pequeños lleguen a todas. Nosotros apoyamos que se trabaje al máximo y apoyaremos que se haga todo lo que se pueda hacer pero también reconocemos que hay que tener sentido común en este tema», advierten fuentes socialistas.

Desde Ciudadanos y Podemos no han querido hacer comentarios, pero el PP denuncian que la existencia de tantas comisiones está provocando que en varias de ellas los debates se aborden con superficialidad. «La mayoría de las veces solo buscan salir en la foto el día en que se constituyen las nuevas comisiones, pero después muchas veces ni siquiera los partidos que las impulsan se estudian a fondo los temas. Podemos y Ciudadanos está recurriendo a las comisiones para no decir lo que en verdad piensan en temas polémicos, porque así pueden escudarse en la necesidad de consultar primero a expertos. También las impulsan para dañar a otro grupo como en la caso de la financiación del PP. Y cuando el trabajo no apunta hacia donde les interesa, proponen fórmulas al margen de estos órganos como en el caso de la reforma electoral o en la subcomisión de Justicia», señalan fuentes del grupo mayoritario.

«Con las comisiones y subcomisiones, la nueva política está instrumentalizando el Congreso como herramienta de enfrentamiento político. Es un mal método y trae peores resultados porque como solo interesa el desgaste del adversario, no hay interés por cerrar acuerdos ni certeza en las negociaciones. Además, los trabajos se alargan a base de prórrogas, provocando al Congreso costes innecesarios para unos resultados insatisfactorios», comenta otra fuente del mismo grupo.

Más viajes y agencias externas

Pero no solo los parlamentarios se ven afectados por esta lluvia de nuevos órganos. En cada sesión que se celebre, debe estar presente un letrado de la Cámara. Este cuerpo está teniendo que trabajar a máximo rendimiento para compaginar sus habituales labores con la cobertura de todas las comisiones ya que, como se mencionaba arriba, cada sesión puede durar de media cuatro horas. Además, cada debate transcrito para ser publicado después en el Boletín Oficial del Congreso. Sin embargo, el cuerpo de taquígrafos solo tiene capacidad para cubrir la actividad de dos o tres comisiones a la vez. Para el resto de sesiones, la Cámara Baja está recurriendo a una agencia externa a la que envía la grabación de los debates para su transcripción posterior. Después, el equipo de taquigrafía de la Cámara revisa el trabajo antes de su publicación. Este recurso se viene utilizando desde hace varios años en la Cámara pero en esta legislatura los encargos se están multiplicando y con ellos el coste.

«Cuestan más los taquígrafos y se están incrementando también otros gastos como los viajes. Algunas comisiones están solicitando tener actividad fuera de los periodos de sesiones y ello conlleva sufragar el traslado de los diputados que participan en ellas. Y no hay que olvidarse de los comparecientes. Cada comisión o subcomisión cita a un elevado número de expertos a los que se les pagan los traslados y, en caso de ser extranjeros, el hotel».

Como ejemplo, solo la subcomisión para el Pacto de Educación ha citado a 83 comparecientes. Por último, cada sesión tiene que ser grabada en formato audiovisual para ofrecer la señal a los medios de comunicación y los canales del Congreso, de manera que la multiplicidad de sesiones obliga también a dedicar mayores recursos tećnicos. Ningún grupo tiene aún un cálculo estimado de los sobrecostes, pero es evidente que si este ritmo continúa la factura al final de la legislatura no será barata.

Faltan salas

La concentración de la actividad parlamentaria en tres días a la semana, martes, miércoles y jueves, es parte del problema de la proliferación de comisiones. Dado que la sesión plenaria prima sobre cualquier otra, las comisiones, subcomisiones y ponencias se reservan para los momentos sin Pleno, esto es, martes por la mañana, miércoles y jueves por la tarde. «Ha habido días en los que han llegado a convocarse sesiones de 13 órganos distintos», recuerda un diputado del PP.

Así, están existiendo problemas de disponibilidad de salas ya que las reuniones de los grupos parlamentarios y los actos que quieran convocar los partidos tienen que concentrarse en los mismos márgenes temporales. El Congreso dispone de unas diez salas para albergar sesiones de órganos parlamentarios, de manera que en muchas ocasiones los grupos tienen que hacer encaje de bolillos para poder celebrar algún otro acto o cuando se producen comparecencias incapaces de prever cuando se hace el calendario de reparto de salas como las relacionadas con las comisiones de investigación, por el elevado peso de los comparecientes. Este mismo martes, los grupos parlamentarios recibieron siete convocatorias entre comisiones y subcomisiones a las que hubo que sumar dos reuniones de grupos.

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