Premios Princesa de Girona

El premiado que se puso el lazo amarillo para salir en la tele se lo quitó para cenar con los Reyes

El matemático Xavier Ros-Otón se retiró la insignia excluyente tras el discurso de Don Felipe

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El matemático catalán Xavier Ros-Oton , nacido en Barcelona en 1988, se puso ayer un lazo amarillo en la solapa cuando subió al escenario del Palacio de Congresos de Cataluña para recibir el premio Princesa de Girona a la Investigación Científica. El matemático podía haber renunciado a recibir este premio cuyos valores y principios van en contra de toda ideología excluyente y violenta. Sin embargo, Ros-Oton decidió aprovechar la tribuna que se le brindaba y la retransmisión del acto en directo por RTVE para hacer apología de su ideología separatista en presencia de la Familia Real.

Como uno de los valores que inspiran a la Fundación Princesa de Girona es la tolerancia, Ros-Otón pudo subir al escenario con el lazo amarillo junto al Rey y a la Princesa sin que nadie le expresara su desagrado. Una actitud que contrastaba con la de los cientos de separatistas que, en los alrededores del recinto , trataban de evitar violentamente que Don Felipe y la Heredera de la Corona se expresaran y que muchos de los invitados pudieran asistir al acto. Ros-Oton, un experto en ecuaciones en derivadas parciales, debió constatar la diferencia entre la tolerancia que imperaba en la ceremonia y la exclusión violenta que se vivía en la calle.

Tras recibir el galardón, el matemático escuchó las palabras del Rey, quien afirmó que en Cataluña «no pueden tener cabida ni la violencia ni la intolerancia ni el desprecio a los derechos y libertades de los demás». Don Felipe también habló de democracia, de libertad y de superación y reivindicó «la mejor historia de Cataluña», aquella que se mostraba «integradora, constructiva y solidaria».

Después de la ceremonia, los Reyes cenaron con los premiados y los patronos de la Fundación Princesa de Girona, y fue entonces cuando Ros-Oton volvió a sorprender a todos, al aparecer sin el lazo amarillo . El matemático no debía sentirse muy cómodo con una insignia excluyente en presencia de sus tolerantes anfitriones, especialmente, tras oír al Rey.

Ros-Oton fue premiado por ser «uno de los matemáticos más brillantes y con más impacto a escala mundial en su franja de edad. Su investigación sobre ecuaciones en derivadas parciales, un campo central en muchas disciplinas científicas, ha tenido una repercusión muy destacada en la comunidad científica», según la fundación.

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