El PP tropieza en el debate territorial, su piedra angular, y da aire a Vox y Ciudadanos en plena precampaña
Desconcierto en sectores del partido ante los errores y el discurso sobre las nacionalidades de los dirigentes populares
Feijóo recita el artículo 2 y zanja la polémica en el PP: «España es la nación más antigua del mundo»
En el Partido Popular se ha extendido el desconcierto en los últimos días, al ver cómo sus dirigentes nacionales tropiezan en un debate básico y nuclear de su proyecto político, el territorial , el de la defensa de la indisoluble unidad de la nación española. Un concepto político básico, a partir del cual llega todo lo demás. Pues justo ahí ha chocado la cúpula del PP, ante el asombro de propios y extraños, mientras sus rivales en el espacio de centro-derecha, Vox y Ciudadanos , se frotan las manos y han aprovechado los supuestos errores de su adversario para hacer sangre en plena precampaña electoral.
Primero fue Alberto Núñez Feijóo , quien sorprendió dentro de su partido, sobre todo en el PP catalán, al hablar abiertamente de la 'nacionalidad' catalana, un término, el de las 'nacionalidades', que está incluido en la Constitución, pero que en las filas populares gusta lo justo, por no decir nada. Se acata, pero se obvia y no se pronuncia. Al menos hasta ahora.
La idea de exportar el 'modelo gallego' , un autonomismo identitario y amable, unido a un 'bilingüismo cordial', como lo llama Feijóo, a otras comunidades como País Vasco o Cataluña es una idea que crea debate, y muy vivo, dentro del PP.
Pero lo que dejó a todo el partido paralizado fueron las palabras del coordinador general, Elías Bendodo , en una entrevista en 'El Mundo', el lunes pasado. Ahí aseguró, con todas las palabras, que en su opinión España es un «Estado plurinacional». Y eso ya son palabras mayores, fuera del PP, y mucho más dentro, donde si Bendodo no llega a rectificar de forma inmediata, el terremoto interno habría hecho temblar los cimientos del partido de don Manuel Fraga.
Bendodo rectificó a su manera, que no fue al gusto de todos, porque se quedó a medio camino. Escribió esto en su cuenta de Twitter: «Mi postura es clara pero ayer no la expliqué correctamente. La aclaro: España es una Nación indisoluble de 17 autonomías con identidades propias. Se pueden respetar las diferencias de cada CCAA y defender una España única y respetuosa con el art. 2 de la Constitución.»
Lo de 17 autonomías con identidades propias seguía chocando con el alma del PP, por no hablar de otras declaraciones suyas, como cuando dijo que Cataluña es una nacionalidad, «como cualquier otra comunidad autónoma». Es decir, que según Bendodo, Madrid es una nacionalidad , La Rioja también y Murcia no se queda atrás. Y mientras tanto, Vox y Ciudadanos reuniendo munición para la campaña electoral andaluza, a la vuelta de la esquina.
En pleno revoltijo de ideas e inventos territoriales, y a pesar del intento de rectificación, Feijóo tuvo que hacer el martes una declaración durante su visita a Ceuta en la que asumía de hecho la necesidad de dejar claro que el PP no ha cambiado y que sigue sosteniendo que España es una nación, y no 17.
El presidente del PP fue clarísimo hasta llegar a la hipérbole, «España es la nación más antigua del mundo, junto con Francia», y su mensaje trató de zanjar el debate y de tranquilizar la zozobra de los suyos: «Es una obviedad que España no es un Estado plurinacional, ni lo es ni lo será».
Y por si quedaba aún alguna duda sobre su 'credo' territorial, recitó de memoria el artículo 2 de la Constitución , con lapsus incluido cuando dijo que reconocía el derecho de las naciones a la autonomía. Se corrigió al instante e hizo suyo todo el artículo 2, desde el principio hasta el final, incluido el reconocimiento a las nacionalidades:
«La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas».
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