Francina Armengol en una imagen reciente
Francina Armengol en una imagen reciente - EFE

El PP facilitó que Armengol siguiera gobernando en el Consell de Mallorca cuando quedó en minoría

La actual presidenta del Ejecutivo balear insiste en su «no» a una posible abstención del PSOE que pueda permitir investir a Rajoy

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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La presidenta del Gobierno balear, la socialista Francina Armengol, volvió a escenificar ayer su oposición a que el PSOE pueda facilitar con su posible abstención la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Durante la recepción de los Reyes en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional, Armengol reiteró al presidente de la gestora socialista, Javier Fernández, su idea de que debería ser la militancia la que decidiera sobre ese punto.

«Le he dicho que me parece mal que abra la puerta a la abstención sin que se haya debatido en el seno del partido», señaló Armengol, que siempre fue uno de los apoyos más firmes con que contó el exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Cabe recordar que Armengol fue investida presidenta del Ejecutivo balear en junio del pasado año, gracias al apoyo de la coalición econacionalista MÉS y de Podemos. Armengol teme ahora que una eventual abstención socialista ante la investidura de Rajoy pudiera suponer que Podemos rompiera a continuación los pactos suscritos con el PSOE y con MÉS en las principales instituciones de la Comunidad.

El actual cargo institucional que ocupa Armengol no es el primero de su dilatada trayectoria política, ya que en la legislatura 2007-2011 fue presidenta del Consell de Mallorca. Paradójicamente, Armengol pudo seguir gobernando durante su último año al frente de la institución insular gracias al apoyo del PP, tras haber quedado en minoría en febrero de 2010.

Aquella legislatura fue, hasta el momento, la más convulsa que han vivido las instituciones de Baleares desde su creación. En los comicios autonómicos y municipales de mayo de 2007, el PP quedó a un solo escaño de la mayoría absoluta en el Parlamento autonómico, el Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma. Esos resultados permitieron la conformación de sendos tripartitos en las principales instituciones, integrados por el PSOE, la coalición rojiverde BLOC —antecedente de MÉS— y Unió Mallorquina (UM).

En aquellas fechas, la cúpula de UM ya estaba siendo investigada por diversos casos de presunta corrupción, pero aun así tanto el PSOE como el BLOC decidieron gobernar con la formación nacionalista. Una de las primeras decisiones conjuntas de esos tres partidos fue la de votar a Maria Antònia Munar como nueva presidenta de la Cámara regional. Entre quienes dieron su voto afirmativo a Munar se encontraban el socialista Francesc Antich, que a continuación sería investido presidente autonómico, y la propia Armengol, que en 2007 relevó a Munar al frente del Consell de Mallorca.

A lo largo de aquella legislatura empezaron las actuaciones judiciales contra dirigentes de UM, incluida la primera imputación contra Munar en noviembre de 2009. Sin embargo, los tripartitos del Gobierno balear, el Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma se mantuvieron aún hasta febrero de 2010, tras varios amagos previos de ruptura. En aquella fecha, el PSOE y el BLOC decidieron expulsar a UM de los respectivos equipos de gobierno por la continua aparición de nuevos casos de corrupción en el seno de la formación nacionalista. Fue también en febrero de 2010 cuando Munar dimitió como presidenta del Parlamento balear y anunció su abandono de la política.

Aún quedaba en aquel momento más de un año para que acabase la legislatura 2007-2011. Antich podría haber convocado entonces elecciones anticipadas, algo que no hizo, por lo que las principales instituciones de Baleares parecían verse abocadas a una situación de ingobernabilidad. El PP superaba en escaños la suma de diputados del PSOE y del BLOC, mientras que UM amagaba con apoyar las hipotéticas mociones de censura que los populares pudieran decidir presentar. Los populares isleños, por su parte, no estaban pasando tampoco por sus mejores momentos, tras la aparición del caso Andratx —de corrupción urbanística— y las primeras investigaciones contra su antiguo líder Jaume Matas.

Finalmente, quien en aquel momento era el presidente del PP balear, José Ramón Bauzá, optó por permitir que el PSOE y el BLOC pudieran seguir gobernando, ya en minoría, en el Parlamento autonómico, el Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma. Bauzá señaló entonces que el PP había tomado esa decisión por responsabilidad política e institucional.

En el caso concreto de Armengol, el apoyo del PP permitió que pudiera seguir como presidenta del Consell de Mallorca hasta el final de aquella legislatura. El portavoz conservador en la institución insular era entonces Jaume Font, que en la actualidad es diputado regional de Proposta per les Illes (PI), formación sucesora de la extinta UM.

Los únicos problemas que en aquellas fechas tuvo Armengol con el PP no provinieron del Consell de Mallorca, sino del Ayuntamiento de Palma, pues los ediles populares denunciaron presuntas irregularidades en la adjudicación de un concurso municipal a la empresa de jardinería de la pareja de Armengol. El concurso había sido convocado por el consistorio para el mantenimiento de las zonas verdes de los cementerios de la ciudad.

La polémica por ese asunto se prolongó varios años, e incluyó un informe de la Sindicatura de Cuentas que detectó irregularidades administrativas en el proceso de adjudicación, una denuncia del PP ante la Fiscalía y, finalmente, el archivo de la investigación por parte del Ministerio Público, en marzo de 2013, «por no desprenderse infracción penal alguna».

Por lo demás, el consistorio palmesano fue la única institución en que en 2010 hubo un amago de moción de censura, que no llegó a concretarse, contra la entonces alcaldesa, la socialista Aina Calvo. Ese intento de desbancar a Calvo estuvo promovido por el antiguo líder popular local José María Rodríguez, quien recientemente ha vuelto a ser noticia tras haber sido imputado por su presunta vinculación con una supuesta trama de corrupción en la Policía Local de Palma. El pasado mes de agosto Rodríguez negó ante el juez cualquier posible relación con dicha trama.

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