POLÍTICA

Podemos se estrena en el Senado apoyando el 95% de los vetos y Ciudadanos refugiado en la abstención

¿Qué han hecho las fuerzas emergentes en su primera experiencia en una institución nacional? Los de Pablo Iglesias sólo dieron un «si» a una ley, y por error: un crédito de 850 millones para armamento. Los de Rivera, partidarios de cerrar la Cámara Alta, han guardado un perfil bajo. «No queremos entrar en el populismo parlamentario», defienden.

Madrid Actualizado: Guardar
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Podemos ha votado a favor de paralizar prácticamente todas las leyes que ha tenido a su alcance en el Senado al respaldar en el hemiciclo el 95,7% de los vetos planteados y Ciudadanos se ha revelado como un gran abstencionista, en tanto ha renunciado a apoyar o rechazar el 54,3% de las enmiendas, paquetes de enmiendas, mociones o tratados sobre las que ha tenido que pronunciarse en pleno, y ante los que ha optado por la abstención. «No hemos querido entrar en el populismo parlamentario», zanja su senador Tomás Marcos.

Estas son algunas de las conclusiones que arroja el análisis del comportamiento de los dos partidos emergentes más importantes de España en su estreno en una institución nacional, la Cámara Alta,

durante el último periodo de sesiones, que empezó el 1 de septiembre y concluyó el 27 de octubre con la disolución de las Cortes. A ella accedieron por primera vez estas fuerzas tras las elecciones autonómicas y municipales de este año por la vía de la designación directa de los parlamentos donde lograron mejores resultados. Esto es, Podemos ha estado presente con tres miembros por mandato de Madrid (Ramón Espinar); Andalucía, (Maribel Mora) y Comunidad Valenciana (Pilar Lima), a los que realmente hay que sumar otros dos -Virginia Felipe por Castilla-La Mancha e Idoia Villanueva por Navarra-, aunque prestaron acatamiento constitucional a última hora y no han registrado actividad alguna.

En cuanto a Ciudadanos, ha contado con dos escaños, uno por Madrid (Tomás Marcos) y otro por la Comunidad Valenciana (Luis Crisol), y está a la espera de nuevas incorporaciones que deberían llegar por acuerdo de Cataluña, que celebró elecciones a finales de noviembre. Cuando eso suceda habrá empezado la XI Legislatura y, con toda probabilidad, Podemos y C's -integrados estos meses en el Grupo Mixto- tendrán ya grupo propio y, si se confirma lo que avanzan las encuestas, además bien nutrido.

Tomás Marcos y Luis Crisol, senadores de Ciudadanos
Tomás Marcos y Luis Crisol, senadores de Ciudadanos - I. B. Permuy

Qué hacer con 20 leyes

Del mapa de sus actuaciones en los apenas dos meses que ha durado el periodo de sesiones conviene destacar la foto final: la de cuál ha sido su posición respecto a los 20 proyectos y proposiciones de ley que han pasado por el Senado, y que siempre han prosperado a partir del respaldo de la mayoría del PP, sea o no en compañía de otras fuerzas. Nunca la de Podemos, cuyos senadores no han votado por la aprobación de ninguno de esos textos, entre los que se han contado algunos tan significativos como la Ley de Seguridad Nacional, la reforma del aborto o los Presupuestos para 2016. En concreto, los representantes del partido morado se han opuesto a quince de las leyes y abstenido en las otras cinco. A saber: proyecto de ley del Código Penal Militar, modificación de la Ley General Tributaria, de la ley de Carrera Militar, y de Protección Social del Sector Pesquero.

Para ser exactos hay que referir que desde uno de los escaños de la formación sí se emitió el 3 de septiembre un voto positivo dirigido a un proyecto de ley, el relativo a la concesión de un crédito extraordinario de 850 millones al Ministerio de Defensa para la compra de armamento, que se apoyó por error.

El sentido del voto de Ciudadanos respecto a esas 20 leyes que han pasado por el Senado desde septiembre ha sido mayoritariamente la abstención, puesto que con ese signo ha enfrentado la mitad de los textos, diez de diecinueve. Contra otros seis ha votado «no» y a favor en cuatro: la ley de Seguridad Nacional, la recuperación del recurso previo de inconstitucionalidad para las reformas de los Estatutos de Autonomía, la ley de protección social dentro del Sector Pesquero y la de Inmunidad de los Estados Extranjeros.

La abstención del partido naranja tiene una explicación. «No hemos ido al Senado a hacer demagogia, -explica Tomás Marcos- a nuestra llegada nos encontramos el periodo de sesiones muy trazado por parte del PP, que ha querido aprobar todo deprisa y corriendo, y nosotros no habíamos estado ni en los debates previos y no podíamos conocer, por tanto, los temas. Flaco favor hubiéramos hecho a los ciudadanos tomando posiciones desde esa perspectiva». La formación presidida por Albert Rivera pone como ejemplo la modificación del Tribunal Constitucional introducida para que pueda sancionar el incumplimiento de sus propias sentencias, asunto con cuyo fondo -subrayan-, estaban de acuerdo, pero no en que la reforma se hiciera «por la puerta de atrás». Y más aún, precedido del hecho de que fuera Xabier García Albiol, líder del PP en Cataluña y que siquiera es diputado, quien anunciera la medida. Ciudadanos también afea las formas en la tramitación de la reforma del aborto, en el último momento, y frente a la que se abstuvieron. «No tuvimos tiempo ni para leerla», señalan desde el partido.

Muy meditados han sido también los «noes» de Ciudadanos, en particular el dirigido a los Presupuestos Generales del Estado de 2016, ley de máxima importancia en la que sus dos senadores centraron los mayores esfuerzos estos meses y ante la que presentaron un veto, el único que han formulado en el Senado en esta fase de estreno. Con él, destaca Marcos, dejaron clara «nuestra oposición al conjunto de las políticas del PP».

Podemos, por su parte, tampoco ahorra una justificación de peso a sus decisiones de voto. «Hemos votado en función de lo que nos parecía correcto o no, con independencia de qué partido lo hubiera planteado», expone Maribel Mora, designada por el Parlamento andaluz, que subraya el «esfuerzo soberano, con días durmiendo solo cuatro o cinco horas» que han realizado para revisar cada propuesta o proyecto legal y definir qué botón pulsar en cada ocasión.

Rechazo a la totalidad

Para frenar los proyectos de ley del Gobierno y las proposiciones de ley del PP se han presentado en este periodo de sesiones 70 vetos, -equivalentes a enmiendas a la totalidad- sobre los que ha habido oportunidad de significarse. Los senadores de Podemos, autores de cinco de ellas, han dado su «sí» al 95,7%. Esto es, a todos excepto tres: uno presentado por el Grupo Parlamentario Catalán o algunos de sus miembros al Proyecto de Ley del Sector Ferroviario, otro procedente también CiU contra la reforma de la Ley General Tributaria y un tercero que pedía frenar ese último texto suscrito desde el PSOE. «Hemos votado afirmativamente a los vetos porque tenían una orientación parecida a lo que nosotros efectivamente apoyamos, no por una razón de querer sumarnos a todos, sino porque coincidían con nuestro punto de vista o con los mismos vetos que nosotros habíamos formulado», reitera Mora.

Iglesias, junto a los senadores de Podemos
Iglesias, junto a los senadores de Podemos - Ó del Pozo

Por su parte, Ciudadanos no ha estado del lado de los intentos de rechazo a la totalidad formulados por unos y otros, como lo refleja que solo han respaldado once de 70, un 1,5%.

Conviene recordar que ningún veto ha salido adelante, -se requiere una mayoría absoluta, y cabe repetir que la tenía el PP, que lo ha impedido-, y la misma suerte han corrido las enmiendas parciales a los textos que desde todos los grupos parlamentarios se han propuesto y, en muchas ocasiones, agrupado en paquetes. Al margen del debate de totalidad de los Presupuestos 2016 celebrado el 30 de septiembre, que tiene formato propio, ha habido unas 427 votaciones en el Senado para valorar qué hacer con esas adiciones, supresiones o modificaciones únicas o agrupadas que han puesto sobre la mesa las diferentes fuerzas, ante lo que Podemos y Ciudadanos han adoptado posiciones muy diferentes.

Ausencias y compañías

Las formación naranja, como ya se ha apuntado anteriormente, ha apostado principalmente por abstenerse (57% de las ocasiones), ha rechazado con un «no» el 32% de lo que la oposición ha querido incorporar a los proyectos impulsados por el PP y ha apoyado otro 9,6% de esas iniciativas, y en varias fechas lo ha hecho además con el voto de uno solo de sus senadores.

El detalle de la actividad en el pleno del Senado revela que entre el 2 de septiembre y el 15 de octubre se ha votado ocho días en la Cámara Alta, y que los días 10 y 15 de septiembre, y parte de los días 3, 9 y 30 de septiembre, ejerció ese derecho solo uno de los dos representantes de la formación. El partido explica que las ausencias pueden coincidir con un viaje de Luis Crisol a Valencia, su circunscripción, y a la actividad de Tomás Marcos, que debe repartir su tiempo ya que es a la vez diputado en la Asamblea de Madrid, aunque destacan su intenso trabajo también en las comisiones del Senado.

Diputado autonómico y senador es la doble condición también de Ramón Espinar, de Podemos. A pesar de ello, su participación y la de las otras dos parlamentarias de la opción morada en las votaciones es muy alta y el reflejo de las votaciones delata únicamente la incomparecencia de uno de ellos el 15 de octubre. Han utilizado esa constancia para ponerse del lado de buena parte de las enmiendas que la oposición ha suscrito con intención de trastocar lo propuesto por el PP: concretamente han votado «sí» al 55% de las correcciones y se han abstenido frente a otro 38,4%. Dicho de otro modo, Podemos tan solo no ha secundado 28 enmiendas o bloques de enmiendas de las 427 que se han planteado a las leyes en tramitación, lo que representan un 6,5%.

La radiografía de esos votos revela una particular sintonía de Podemos con las modificaciones que, sin éxito, se han tratado de introducir en los textos legales desde el PNV, el PSOE y la Entesa pel Progrés de Cataluña -que integra al PSC e ICV-, como lo demuestra que han apoyado el 64, 58 y 58 por ciento de las enmiendas que respectivamente se han planteado desde esos grupos. En el lado contrario, los representantes del partido de Pablo Iglesias han exhibido poco acuerdo con las propuestas de CiU, de las que solo han respaldado un 38%, y del PP, al que no han acompañado en ninguna de sus 13 enmiendas.

Fachada del Senado
Fachada del Senado - D.B.

En todo caso, el mayor grado de afinidad lo revela Podemos con respecto al Grupo Mixto, -el cajón circunstancial en el que convive junto con UPN, ERC, Bildu, AHI (Agrupación Herreña Independiente) Compromís o Ciudadanos-, y en cuya cuenta global figuran 79 enmiendas o bloques de enmiendas, un 75% de los cuales han tenido el visto bueno de la formación morada. No en vano, sus tres senadores son autores de una parte de esas propuestas de corrección que figuran en el haber del Grupo Mixto, ya que han formulado 53 en todo el tiempo estudiado, 44 de ellas planteadas durante a los Presupuestos Generales.

Ciudadanos ha presentado una enmienda en este periodo de sesiones, también contra la Ley de Presupuestos, rubricada junto con el Grupo Parlamentario Socialista y un senador de Compromís, y gracias a la cual se consiguió un millón de euros para el puerto de Sagunto, puesto que fue una de las poquísimas aportaciones al proyecto que el PP aceptó.

El mapa completo de los votos de Ciudadanos en el pleno refleja, al contrario de Podemos, un escasísimo aval del partido de Albert Rivera a los cientos de adiciones, supresiones o modificaciones que han pedido las otras fuerzas parlamentarias de oposición. Ha dado su voto a favor a solo el 16% de las formuladas por el PSOE y en torno al 13% de las firmadas respectivamente por el PNV y por el Grupo Mixto. El ratio baja aún más en el caso de las siglas con significado catalanista: un 8,5% de respaldo a lo presentado por CiU y a solo 4 de las 120 enmiendas de la Entesa, lo que representa un 3,3%. Ciudadanos apoyó también una de las 13 que el PP registró para mejorar sus propios textos.

Que no ayudaran a impulsar los intentos de otros de rectificar las leyes no quiere decir que la voluntad de Ciudadanos haya sido ponerse del lado del PP. «Les dimos un repaso muy duro, a fondo, y con nuestras propuestas, al debatir los Presupuestos», especifica Tomás Marcos. Y a renglón seguido, el senador defiende el trabajo general que ha desarrollado junto a Luis Crisol, el signo de la abstención que ha presidido sus votos y su actividad parlamentaria, no sin entrar en comparaciones. «Nosotros no hemos venido al Senado a salir en las fotos, actuar como ha hecho Podemos, queriendo participar en todo, ha significado mucha veces que opinaran en el vacío... hay debates en los que han resultado desastrosos técnicamente».

Los dos miembros de Ciudadanos han realizado tres intervenciones en el pleno del Senado sobre iniciativas legislativas y una en iniciativas de control. Los tres representantes de Podemos han disertado 28 y 13 veces desde la tribunal en esas respectivas categorías.

Las mociones de los otros

Por su incorporación tardía a la Cámara Alta, ninguna de las dos fuerzas analizadas ha tenido oportunidad de ejercer plenamente su función de control e impulso político mediante la formulación de mociones, interpelaciones o preguntas orales, ya que a su llegada, el Grupo Mixto tenia repartido el cupo que le corresponde entre sus anteriores integrantes. Pero Podemos y Ciudadanos sí han podido pronunciarse sobre las de otros, relativas a asuntos tan diversos como la necesidad de empujar el empleo en Canarias, las subvenciones al tercer sector o la problemática aplicación de la Lomce.

De las dieciocho que se han sometido a votación en el hemiciclo, Ciudadanos ha estado de acuerdo con ocho y Podemos con trece, entre las que no se cuenta una particularmente polémica -y para muchos, oportunista- que se aprobó el 2 de septiembre a iniciativa del PP para pedir al Gobierno que emprendiera gestiones ante Venezuela dirigidas a la liberación de dirigentes opositores encarcelados por el chavismo. Los representantes del partido de Pablo Iglesias se abstuvieron.

Especialmente destacado en estos meses ha sido que, en aquella misma sesión, los senadores de Podemos dijeran «no» a la ampliación del acuerdo de Defensa con Estados Unidos, todo ello dentro de una votación que ellos mismos propiciaron. Es tradición en la Cámara Alta que convenios y tratados internacionales ya vistos en Comisión de Exteriores obtengan luz verde en el hemiciclo por asentimiento -y así ha sido en 16 en el último periodo de sesiones-, pero la costumbre decae en cuanto alguien solicita que sean sometidos a voto, explica la senadora Mora. Podemos hizo uso de esa vía, a través de la cual también rechazó otros cuatro tratados y se abstuvo en uno. Ciudadanos respaldó los siete.

Al margen, también por asentimiento el Senado ha aprobado dos ponencias de estudio, una comisión especial, dos mociones -una del PP sobre hiperactividad y otra sobre impulso al sector editorial firmada por todos los grupos- y dos declaraciones institucionales, una de ellas redactada por Podemos para exigir a Arabia Saudí el indulto de un activista pro Derechos Humanos.

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