Cementerio de Biriatou (Francia), donde se sospechó que se encontraban los restos de «pertur»
Cementerio de Biriatou (Francia), donde se sospechó que se encontraban los restos de «pertur» - AGENCIAS

¿«Pertur»? Pregunten a Otegui

La familia del dirigente de ETA desaparecido, conocido como «Pertur», sigue buscando el paradero de su cadáver 40 años después

Madrid Actualizado: Guardar
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Cuando fuisecuestrado por ETA en 1979, la banda, siguiendo en ello los hábitos terroristas, dio a la publicidad las fotos que recogían mi imagen desaliñada y un punto perdida, las de hombre que ya no está del todo en el mundo de los vivos. En la cutre imaginería que los de la pistola y la ikurriña practicaban, inspirada a medias del tremendismo soviético y del social realismo nazi, no podía faltar el elemento de contraste. Lo daba un cartel colocado a mis espaldas que recogía en primer plano la foto de un muchacho de faz juvenil e imberbe, con gafas negras de concha que miraba al espectador con abierta sonrisa. Pertenecía a Eduardo Moreno Bergareche, más conocido por «Pertur», el perturbado, según sus colegas, un dirigente terrorista desaparecido en 1976 sin dejar rastro y que los de ETA utilizaban como reclamo

contra las fuerzas de seguridad del Estado, supuestas responsables de su destino. No se me podía escapar la torpe implicación del grafismo: mi vida valía la del «ausente», héroe mitificado cuya vuelta los suyos aparentemente reclamaban.

En realidad, y según abundantes indicios, fueron los suyos los que le dieron el «paseo» que las gentes de su calaña acostumbran a dedicar a los disidentes y desde muy temprano corrió la noticia de que el «Pertur» había sido víctima de un ajuste interior de cuentas por un quítame allá esas pajas ideológicas. La familia Moreno viene manteniendo desde hace décadas la responsabilidad de la dirección etarra en el asesinato. Y ahora, según veo, cumpliéndose cuarenta años de que «Pertur» fuera visto por última vez con vida, la familia vuelve a reclamar noticias no ya de su situación, para todo bien conocida, sino del paradero de su cadáver. Debería ser fácil averiguarlo. No tienen más que preguntar a los autores de mi secuestro, Arnaldo Otegui Mondragón, Luis María Alcorta Maguregui y José María Ostolaza Pagoaga. Ignoro que ha sido de los dos últimos. Al primero lo tienen muy a mano: está preparando su candidatura a la presidencia del gobierno vasco. No debe ser muy difícil localizarlo. Hasta ha tenido tratamiento preferente en alguna cadena española de televisión.

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