El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, junto al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. JAIME GARCÍA
ELECCIONES GENERALES

Los partidos buscan nuevas estrategias para atraer a los indecisos a un mes del 20-D

Los atentados yihadistas en París y el escenario catalán han trostocado los temas centrales de campaña. Todos plantean nuevos escenarios para atraer a los indecisos en un contexto de extrema volatilidad

Madrid Actualizado: Guardar
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A un mes para la celebración de las elecciones del 20 de diciembre todo está marcado por los atentados yihadistas en París y los acontecimientos en Cataluña. Existe la sensación generalizada que el nuevo escenario puede beneficiar al Gobierno, aunque algunas encuestas no lo detectan todavía.

En cualquier caso, los partidos buscan que estos dos asuntos no sean los únicos que marquen la campaña electoral. En un escenario novedosos, con cuatro actores relevantes, todo el año ha estado marcado por la volatilidad. Un contexto en el que cobran más importancia que nunca el 22% de indecisos que, según los datos del último barómetro del CIS, todavía no tienen claro a qué partido votar.

Sin embargo, las últimas encuestas parecen consolidar tres tendencias que se retroalimentan entre sí: el PP sería el partido más votado y parece haber tocado suelo, el PSOE podría bajar de los 100 escaños

por un desgaste tras el 27-S que estaría capitalizando Ciudadanos que, con ello, ya superaría a Podemos como principal partido emergente.

Con ese escenario claro, los indecisos decidirán la composición final de un parlamento en el que la única cosa que parece clara es la ausencia de una mayoría absoluta.

En el partido del Gobierno la estrategia que se imponía antes del verano era el de centrar la campaña en un discurso económico que presentase a los populares como los únicos capaces de consolidar la recuperación económica. Los otros tres principales partidos tratarán por contra de plantear esa recuperación como «fragil e injusta».

Los últimos acontecimientos han mostrado a un nuevo Rajoy, que ha incrementado notablemente sus intervenciones públicas. Algo que se hizo patente con la resolución independentista en el Parlamento de Cataluña. Se destaca en el PP que ese escenario refuerza la imagen de solvencia que querían trasladar con el discurso económico. Su objetivo es claro: recuperar votantes que en las encuestas están apostando por Ciudadanos y recuperar aquellos que no han dado todavía ese paso y están cerca de quedarse en casa el 20-D.

Por su parte, en el PSOE, tras las diferencias entre sus barones con Pedro Sánchez a cuenta de si debía derogarse la reforma laboral por completo y también a cuenta del fichaje de Irene Lozano, la estrategia pasa ahora por presentar que los comicios son solo en realidad un duelo entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy. En un intento de aislar a los emergentes y presentarse como única alternativa real al Gobierno de Rajoy. Se quiere combinar un discurso responsable con el tema catalán y el terrorismo, pero no que la campaña se centre solo en esos temas.

Ese mismo «sentido de Estado» es el que pretende trasladar Ciudadanos. Aunque en la dirección del partido reconocen que prefieren una campaña centrada en cuestiones programáticas y el discurso sobre la regeneración, se asegura que no se va a utilizar esas cuestiones para atacar al Gobierno. Creen que un debate sobre medidas concretas y regeneración política es lo que más les favorece.

En el caso de Podemos, los últimos acontecimientos han permitido al partido tratar de exaltar un perfil diferenciador. La estrategia es equiparar a Ciudadanos con el PP y el PSOE (el búnker, dice Iglesias a cuenta de lo que considera inmovilismo en el tema catalán). En el partido se está trasladando el mensaje de la remontada, asumiendo por tanto una caída pero que ésta ya se ha frenado.

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